LIBRO
Jesús Álvarez: «En Alemania no hubieran despedido de su trabajo al ingeniero sevillano»
El periodista de ABC presenta en Sevilla «El ingeniero que no sabía bailar» y defiende el valor de la experiencia en un acto introducido por el consejero de Economía y Conocimiento de la Junta de Andalucía
«En España no se premia ni se valora la experiencia profesional como se merece. Muchas empresas tienden a valorar más la juventud y la mayoría de ellas, cuando llegan las cosas mal dadas, como ha pasado durante la crisis, se libran de esas personas veteranas que conocen bien su oficio y a las que se les aplica el principio de obsolescencia programada de las lavadoras y los frigoríficos», ha afirmado el periodista de ABC, Jesús Álvarez , autor de «El ingeniero que no sabía bailar» (Amazon), durante la presentación este martes de su primera novela en el colegio San Francisco de Paula.
«Creo que las empresas se están deshaciendo en España durante estos últimos años de un valioso capital humano . En Alemania, el país más desarrollado de Europa, no ocurre como aquí. Allí no se despide a los senior sino que se cuenta con ellos para que ayuden a los jóvenes a adquirir la excelencia y a desarrollar mejor su trabajo y en ese país seguramente no se despediría a Álvaro Peña, el ingeniero que protagoniza la novela», añadió.
Para Jesús Álvarez, «estos veteranos son los maestros y la maestría en algo, en lo que sea, es admirable, y es algo que sólo se adquiere con el tiempo. Empieza a ocurrir en España -añadió- que un joven llega a una empresa y en ella ya no queda nadie con la suficiente experiencia para enseñarle el oficio. La experiencia se ha extirpado de muchos lugares de trabajo. Creo que mal vamos si seguimos así», afirmó el autor.
«El ingeniero que no sabía bailar» es un libro que retrata la dureza de la crisis pero que contiene un mensaje de esperanza y que habla de segundas oportunidades para las personas que se quedaron desubicadas. El libro surgió en la Navidad de 2014 a raíz de un reportaje que el autor hizo para ABC sobre el comedor social de la Orden de San Juan de Dios de Sevilla.
En él descubrió que la crisis económica había conducido hasta allí a un nuevo tipo de visitante nunca visto hasta entonces en esas instituciones de caridad, el de profesionales maduros , algunos con títulos universitarios superiores, que habían perdido su empleo y todo lo que tenían y que compartían mesa y mantel con los tradicionales usuarios de los comedores sociales: indigentes, personas sin hogar y otras con problemas mentales, de alcoholismo y de adicción a otras drogas.
«Está a la vista que el mercado laboral no funciona tan bien en España como el de Alemania pero la solidaridad familiar sí que funciona aquí mejor que en Alemania y que en casi cualquier otro país del mundo», dijo. «Sin ella -añadió-, habría muchos más Álvaros en los comedores sociales españoles. También ha funcionado la solidaridad civil de instituciones como Cáritas , órdenes religiosas como San Juan de Dios y ongs como Banco de Alimentos , que han ayudado y siguen ayudando a muchas personas necesitadas».
El autor, que fue presentado por el consejero de Economía y Conocimiento de la Junta de Andalucía, Antonio Ramírez de Arellano, afirmó que «si esta novela ha conmovido a algunas personas que la han leído es porque se han dado cuenta de que a cualquiera de nosotros nos puede ocurrir lo que a Álvaro. Todos somos Álvaro en potencia. Cuando yo empecé a escribir la novela, en 2015, tenía a tres de mis mejores amigos en paro. Hoy, dos años y medio después, siguen sin trabajo. También un familiar muy cercano y muy querido lleva más de cinco años sin trabajo. Han buscado empleo desesperadamente, han echado miles de currículos, pero las empresas no quieren gente de su edad. De estos amigos de los que hablo uno es ingeniero y otro es licenciado en Derecho y tiene un master MBA », dijo
El autor afirmó que «en la novela aparecen distintos personajes de los que cualquiera de nosotros ha podido conocer a lo largo de su vida: gente muy buena, gente no tan buena y gente mala. Gente que es capaz de hacer lo mejor y gente que es capaz de hacer lo peor. A mí me resultó fascinante averiguar que hay dentistas en Sevilla que arreglan gratuitamente la boca a personas sin recursos. Me reconcilió con estos profesionales que me han hecho sufrir tanto y que cobraban tan caros sus servicios. También averigüé en el comedor de San Juan de Dios que hay fontaneros a los que no les sobra el dinero que van a las viviendas de las personas necesitadas a arreglarles las tuberías cuando se les estropean, y electricistas que no andan boyantes que les reparan las averías eléctricas sin cobrarles nada
«En la novela -dijo Álvarez- aparecen personas solidarias y generosas pero también otras que odian a los pobres . La pandilla de adolescentes que agrede y humilla a uno de los protagonistas que vivía entre cartones en la plaza de los Azahares no estaba formada por chavales procedentes de familias desestructuradas sino por hijos de empresarios, abogados, médicos, artistas. Gente de buena familia que perdió sus valores y desarrolló esa violencia gratuita. Estos dos tipos de personas constituyen, en mi opinión, los contrastes emocionales de la crisis en España», afirmó el autor. La editorial Samarcanda publicará próximamente la novela.
Un documento periodístico
El consejero de Economía y Conocimiento, Antonio Ramírez de Arellano, aseguró que «esta novela es un relato humano, pero también es un relato de nuestro tiempo en lo que significa la coyuntura de la economía. De la ‘Gran Recesión’, y de su efecto sobre las personas, y cómo ven el presenta y miran el futuro». Añadió que se trata de «un documento, de carácter también periodístico, sobre la desafección que se ha instalado sobre los problemas de los demás... espacio que han ocupado instituciones como San Juan de Dios y que ayudan a las personas a buscar una salida en base a su autoestima».
Por su parte, Luis Rey Goñi, director del colegio San Francisco de Paula y promotor de Singularity University en Sevilla, afirmó que «es un libro que atrapa con fuerza casi irresistible al lector. Muestra con enorme dramatismo las consecuencias de una crisis económica sobre la sociedad. Una crisis agravada por el terrible localismo de Andalucía, por la tremenda escasez de iniciativa y la hipertrofia del sector público. La descripción de los años 2010 a 2015 se enlaza así con la situación actual, con una Sevilla absolutamente irrelevante en el ámbito económico nacional, incapaz de atraer a ninguna empresa importante de las que se están yendo de Cataluña, cuyos parlamentarios, independentistas o no, se expresan correctamente en varios idiomas».
«La novela -añadió- es un espejo escalofriante en el que se refleja, no solo la crisis que hemos pasado, sino el futuro que nos espera si la escasa y empobrecida sociedad civil no es capaz de frenar la decadencia económica y cultural a la que el sistema público nos está llevando».
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