Qué plan

Hospital del Pozo Santo, inmersión cultural en la Sevilla del XVII

Cuatro siglos lleva este enclave custodiando tesoros no sólo patrimoniales, también históricos y legendarios

Virgen del Tránsito del Pozo Santo ABC

ABC

A pesar de que lleva años ofreciendo visitas guiadas para mostrar su riqueza (no sólo patrimonial, también humana e histórica), el Hospital del Pozo Santo sigue siendo una asignatura pendiente para muchos sevillanos .

La madre Sacramento y la hermana Raquel (el resto de las siete religiosas Terciarias Franciscanas que lo habitan son ya mayores o extranjeras) son las principales guardianas del legado que dejaron las madres fundadoras Marta de Jesús Carrillo y Beatriz Gerónima de la Concepción, quienes fundaron un hospital que en el año 1666 abrió sus puertas para acoger a mujeres impedidas . Muchas de ellas eran indias llegadas del Nuevo Mundo que habían sufrido todo tipo de vejaciones y, aunque durante siglos se mantuvo el precepto de atender sólo a mujeres, hace unos años cambió para no separar a matrimonios de ancianos sin recursos que ingresaban en este espacio.

La leyenda

El hospital se construyó muy cerca del centro geográfico intramuros en el XVII, que se encontraba en la calle José Gestoso. La plaza y el nombre popular del hospital encuentran su origen en la leyenda del niño que se cayó al pozo y los rezos de su madre a la Virgen hicieron que subieran las aguas y se salvara . El antiguo pozo quedó dentro de la planta del hospital una vez se construyó este, en cuya fachada, según explica Manuel Domínguez, debe detenerse el visitante, puesto que en ella se conserva una de las mayores solanas de la Sevilla antigua, espacios habilitados para el secado de la ropa. El edificio, al margen del hospital que han tenido que adaptar para cumplir con las normativas, encierra otras muchas estancias que pueden ser visitadas. Se accede por un patio sevillano con columnas de mármol que se conserva desde el origen. Uno de los espacios más interesantes es sin duda la capilla o iglesia, como prefiere llamarla Domínguez, puesto que tiene entidad suficiente para que así sea considerada.

Puerta del templo ABC

Llama la atención el retablo , una pieza barroca del XVIII únicamente dorado en su parte central, donde destaca el Varón de Dolores. Esta talla se atribuye al taller de Pedro Roldán y fue restaurada por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico en 2004. El paño que envuelve al Señor fue devuelto entonces a su estado y color original, puesto que los pudores de siglos atrás habían motivado que se le pusieran añadidos para tapar la ingle de la talla y se pintara de blanco inmaculado en lugar de las vetas color tinto que tenía en origen, como detalla la madre Sacramento.

Virgen dormida

La otra pieza clave de la iglesia es la Virgen del Tránsito , una de las dos únicas vírgenes dormidas que se hallan en Sevilla junto a la de Santa Rosalía. Es una talla anónima del siglo XVIII y «refleja la dormición de la Virgen, puesto que aún tiene los ojos y la boca entreabiertos y está en pleno tránsito hacia el cielo, mientras que la de Santa Rosalía ya tiene los ojos cerrados», explica el guía. La Virgen se expone en el Altar únicamente durante la Novena del 15 al 22 de agosto, y el resto del tiempo permanece en un lateral de la capilla.

Isabel de Farnesio

Junto a la iglesia, en una sala donde antiguamente se situaban las camas de las residentes del Hospital, hay vitrinas con objetos de valor y testimonios históricos como los delantales de hilo que empleaba Isabel de Farnesio cuando acudía al Hospital y algunas de las colchas que les regalaba. Cuenta la madre Sacramento que fue ella quien llevó por primera vez chocolate a las residentes y religiosas, que dejaron por escrito sus impresiones sobre este manjar que probaban por primera vez.

Otro de los espacios más interesantes del edificio son las salas expositivas de la planta superior, a las que se accede por una escalera de 1676 que se conserva prácticamente igual de cómo la levantó Miguel Lasso de la Vega. Ya en la planta superior, sobrecoge al visitante la riqueza patrimonial que atesoran dichas salas, en las que reposan obras de incalculable valor.

Además de las de contenido pictórico, destacan otras muchas piezas como una Virgen de Trapani en alabastro con el rostro policromado perteneciente al siglo XVII, un Cristo de marfil esculpido con dos colmillos de elefante, un Niño Jesús dormido en un sillón o varias Divinas Pastoras . En esta parte se encuentran también la cama donde durante la Novena reposa la Virgen del Tránsito, una pieza que según cuenta la madre Sacramento se encuentra en muchos conventos pero en la zona de clausura y alejada de la vista del público. Cada esquina de la cama es custodiada por cuatro Niños Jesús vestidos de Arcángeles que representan los versículos de una Letanía lauretana: «Espejo de paciencia», «Quién como Dios», «Medicina de Dios» y «El sol de la Justicia», según narra Manuel Domínguez.

Piezas de su museo ABC

Ya en el coro alto, sorprenden varias tallas de terracota y tela encolada, como un Nazareno de Jesús del Gran Poder del XIX o una Dolorosa del XVIII. Corona el coro un Crucificado barroco de caoba del siglo XVI.

Joyas pictóricas

El patrimonio pictórico que alberga el Hospital del Pozo Santo es seguramente lo que más sorprenda al visitante, que no espera encontrar obras de tal envergadura en un pequeño convento del centro sevillano. Nada más entrar en la primera sala de la planta superior le recibe a mano derecha un cuadro conocido por cualquiera que haya leído o estudiado sobre la epidemia de peste que asoló Sevilla en el siglo XVII . Se trata de una obra anónima que muestra la multitud delante del Hospital de la Sangre, con escenas de muertos, enfermos y moribundos que relatan lo terrible que fue aquel momento para la ciudad. Muy cerca de este cuadro se encuentra el retrato de las madres Marta de Jesús Carrillo y Beatriz Gerónima de la Concepción.

Arcángeles de Zurbarán ABC

La colección de diez arcángeles del taller de Zurbarán es otra de las sorpresas que encierran estas salas. Se trata de una de las mejores series pictóricas de arcángeles canónicos y no canónicos existentes en España, ejecutada por un artista sevillano de la escuela de Zurbarán hacia 1660.

Inmaculadas y otros pasajes bíblicos de los siglos XVII y XVIII decoran las paredes no sólo de las salas expositivas, también de todo el convento.

«El Cristo de la capita»

El Cristo de la Humildad y Paciencia es una pequeña talla del siglo XVI que se conoce popularmente como «El Cristo de la capita». No mide más de medio metro pero es mucho el poder que se le atribuye, puesto que desde hace cuatro siglos ha ayudado a las parturientas al final de la gestación (en los últimos años también a las que no se quedan embarazadas). Su capa se presta a la devota y ésta la devuelve cuando ya no la necesite.

Más información : Se puede visitar con ocasión de la Misa de los domingos por la mañana o en la festividad de la Asunción. Existe la posibilidad de hacer una visita guiada al museo y la iglesia , en grupos previo contacto por teléfono, 656661584.

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