POP

«Hagas lo que hagas te van a criticar así que, si puedes, haz algo bueno por el mundo»

Sofía Ellar estará este viernes 27 de octubre en la Sala Custom de Sevilla presentando su primer álbum titulado «Seis Peniques»

Sofia Ellar en plena actuación ABC

E. MENDOZA

Sofía Ellar hace difícil la tarea de transcribir una entrevista. Con su ametralladora de palabras, poner puntos y comas a sus frases resulta un trabajo casi de puntería. Sofía Lecubarri (Londres, 1993) desprende simpatía a borbotones, algo que también se plasma en sus canciones y en su música. En poco tiempo ha pasado de pedir a sus amigos que vayan a sus conciertos, a llenar la Riviera en Madrid.

Algo impensable para alguien que hace no mucho que terminó sus estudios en ADE . Su primer proyecto musical es todo un «yo me lo guiso, yo me lo como» que está llevando a esta artista a engrosar su cuenta de Instagram con más y más seguidores cada día. Aunque, admite, ha llegado a cansarse incluso de las redes sociales . Así, Sofía Ellar llega este viernes a Sevilla , para presentar en directo en la Sala Custom su primer trabajo titulado «Seis peniques» .

¿Qué es lo más difícil de autogestionar tu música, tu propio trabajo?

Nadie dijo que iba a ser fácil, la verdad. Levantarte cada día y poder poner punto y final a cada reto que se te pueda presentar… bueno, en verdad son cosas distintas de las que me hablas. Por un lado, tienes cosas artísticas, donde como artista tienes que resolver las canciones, tu público, tu gente, etc. Por otro lado, como en mi caso, te tienes que poner en modo empresario, o empresaria, algo que tienes que llevar paralelamente a todo esto. Pero la verdad es que, vuelvo a lo primero que dije, nadie dijo que iba a ser fácil y estamos a tope todo el rato.

He leído que te encargas de administrar todas las llamadas que te llegan. ¿Cuál es la llamada que has recibido últimamente que más te haya sorprendido?

¿Llamadas al teléfono móvil? [Se queda pensando] Pues bueno, la verdad es que estaba pensando en cambiarme de teléfono móvil precisamente por eso. Me han llamado para todo tipo de cosas: eventos, ONGs, me han llamado para decirme que el que está al otro lado del teléfono es Batman… ¡Me han llegado todo tipo de llamadas! [Termina entre risas]

¿Te ha llegado a llamar alguien diciendo «soy Batman?

Eso es. «¡Hola, soy Batman!». Y yo al otro lado respondo «y yo soy Robin, encantada». ¿Qué vas a hacer, si no? [ríe]

¿Y qué es lo que más disfrutas de llevar tu propia «empresa»?

Al final cuando estás tan encima de tantas cosas de tu proyecto, nadie mejor que tú sabe cómo resolverlas y, bueno, cómo salir de un mal paso o un buen paso… hay cosas que son muy gratificantes, como es mi caso. En la gira conoces a muchísimas personas, muchísima gente, que te das cuenta que tu música les hace feliz y que al final, todos creemos que tenemos problemas, y hay problemas muy gordos que ocurren a personas muy cercanas y, al final, tu música acaba incluso siendo una especie de medicina y eso es una pasada.

Aunque se podría decir que más que una empresa, lo de gestionarte tu trabajo se llega a convertir en casi una marca en la que aúnas música, escritura, redes sociales, fotografía, vídeos...

Bueno… yo la verdad es que no entiendo de marcas. Yo, simplemente, sé lo que soy. Soy Sofía Lecubarri, como persona, y ella y Sofía Ellar tienen una línea de separación muy fina que, la verdad, es que da gusto no tener que ejercer ningún papel a la hora de ejercer como «marca», que es como lo llamas tú. Porque es que cuando tu marca no tiene nada que diferenciarse de tu propia persona pues, al final, no es una marca, eres tú.

¿Cómo surgen los versos enrevesados de Sofía Ellar?

Nace un sentimiento, primero, y de ahí una poesía. Y de esa poesía nace una música que acaba transformándose en canción. Y esa canción es lo que las personas atribuyen a su vida personal y a su experiencia propia y… el mero hecho de que la gente pueda empatizar con esas canciones que yo un día escribí en la soledad de mi cuarto, a raíz de algún pensamiento personal… que eso se lo pueda atribuir muchísima gente es gloria pura.

Has pasado de casi obligar a tus amigos a que vayan a tus conciertos, a llenar sitios como la Riviera. ¿Recuerdas el momento en que pensaste: «¿vale, Sofía, esto va en serio?»

Sí, bueno, ha sido un proceso. La gente pasa a decirte que ha sido todo muy de repente o cómo cocinas todo esto y sí, ha sido rápido, pero ha tenido un proceso. Siempre he sido partidaria de defender e intentar conservar ese pasito a paso. La única manera de conservar la autenticidad y todo lo que tú estás creando es pasito a paso y manteniendo los pies sobre la tierra. Y eso solo lo consigues con una familia muy encima de ti y, en segundo lugar, con unos amigos que te van a dar collejas toda la vida y te las darán, pase lo que pase, sea bueno o malo. Entonces, creo que tengo esos pilares bien atados en mi vida y en mi casa se ha insistido mucho en ese tipo de cosas. Mientras tengamos los pies en la tierra y sepamos priorizar en esta vida, separar lo profesional de lo personal, pues todo irá, espero, sobre ruedas.

Sofía Ellar ABC

Hablando de «collejas», ¿cuándo ha sido la última vez que un amigo te ha dado un tirón de orejas?

Tirón, colleja y patada [ríe]. Sucede muy a menudo porque, además, yo no soy una persona que no sufre de egos y, además, tengo ese pilar que es mi familia, que te pone los pies en la tierra, y esa es su función a día de hoy, al menos en mi caso. Con mis amigos, pues cada vez que voy a tomar una cerveza, cada vez que suelto una tontería me pegan una colleja como se la pego yo a ellos. Nada cambia, nada ha cambiado y nada tiene que cambiar.

Tras los conciertos de este último año, ¿hay alguna canción de tu repertorio que conecte mejor con el público o que sientas que tiene un aire especial cuando suena en directo?

Bueno… [Ríe] ¡Es una pregunta tremendamente difícil! Nosotros, con la banda, hemos planteado el directo de una forma en la que yo creo que se mantiene una dinámica, en la que empezamos muy fuerte, pero luego hay un poco más de bajón, y luego volvemos con un par de canciones con las que la gente se emociona… luego tienes un momento muy divertido con «Amor de anticuario», que es donde me bajo con el público, y luego acabamos de muy buen rollo… Es cómo… un cúmulo de sensaciones, y la verdad es que es una dinámica que hemos conseguido y al final la gente te dice «he llorado, he reído, me he enamorado, me ha pasado de todo» [ríe]. En un concierto que es simplemente de una hora y media… «¡Y he pasado por tanto!», me dicen incluso. Eso es lo que a mí más me interesa. La verdad es que nos lo pasamos fenomenal, el momento es mágico, hay canciones como «Así no», que tocamos sin micrófono. Hay una dinámica increíble. Es mucha magia, mucha magia. Tenemos muchos momentos. Eso mola mucho.

126.000 seguidores en Instagram, millones de visitas en YouTube y escuchas en Spotify. ¿A medida que crecen los seguidores de tus redes y tu música, crece un poco también la autocensura? ¿Te piensas más las cosas a la hora de decir: no pongo este verso en esta canción o no subo esta foto a Instagram?

Pues te diría dos cosas. Una, sí, y la otra, no. Sí o no, o blanco o negro… Pues no, depende. Muchas veces soy mona y otras veces saco ese carácter que tengo y esa personalidad donde digo «me voy a lanzar y voy a escribir un tema». ¿Acerca de…? Pues, no sé, la gente más necesitada, por ejemplo. Ahora voy a hacer un tema que va a salir a finales de noviembre, que va a ser un tema que no va a estar monetizado en absoluto, al menos no por mi parte, si no que todo lo que se recaude va a ir a una ONG. Llevo todo el día hablando con ONGs distintas para ver cuál es la que más puede encajar con mis valores y con mis fundamentos y, bueno, de repente hago otro tipo de canciones. Es verdad que eso de hacerse figura pública sea estar en el punto de mira y parece que respiras, se meten contigo, y ya lo has hecho mal. Entonces, probablemente se me tiren al cuello cuando salga esta canción: «ah, es muy fácil hacer una canción sobre esto, pero tú no lo has vivido». Otros dirán: «qué bien lo que estás haciendo que estás apoyando esta causa». Pero, ¿sabes lo que pasa? Que hagas lo que hagas te van a criticar. Pues, ¡coño! ¡Si vas a hacer algo por lo menos intenta hacer el bien por el mundo!

En general, entonces, ¿faltan valores en la música?

No es que falten… es que la gente, y me incluyo… no me considero una especie en extinción en ese sentido, pero sí que es verdad que estamos mucho más expuestos. Antes un artista estaba en el póster en el cuarto de una persona y era inalcanzable, nadie sabía lo que hacía con su vida. Hoy en día con las redes sociales se crea una comunicación, un link, un vínculo tan directo, que no sabemos si los artistas lo estamos haciendo bien por ser tan cercanos, o nos estamos cayendo con todo el equipo. Entonces, bueno, pues como todavía no ha surgido una generación que haya vivido y se haya estrellado en este concepto, pues habrá que esperar a los resultados y, ya te digo, por lo menos hay que seguir manteniéndonos fieles a nosotros mismos y ser un poco valientes, siempre y cuando lo podamos seguir siendo. Yo me considero valiente, aunque esté muy expuesta a la gente. Cuando tenga que dar un zasca lo voy a seguir dando, porque son mis letras, y no la de los demás.

Escucho a Silvio Rodríguez, Sabina, Serrat, country, Janis Joplin, Dolly Parton... No tengo un prototipo

Hablando de eso mismo, de que se os puede criticar hasta «por respirar», ¿Cuál es la crítica que más te ha sorprendido, en este caso, positivamente, sobre tu trabajo?

Me encanta que me lo hayas enfocado positivamente, porque negativamente ha sido mucho y ha sido la razón por la que me he quitado Instagram una semana y pico, dos semanas. Yo, que estaba y vivía pegada al móvil. Pero me gusta que lo enfoques de esa manera positiva y te voy a decir que, esta primera gira, que espero que sea la primera de muchas giras, me ha hecho conocer a muchas personas, a muchísimos fans.

¿Qué música escucha Sofia Ellar? Y no vale repetir «Andrés Suárez» en esta entervista.

¡Toma ya! Pues vale, mira: escucho a Silvio Rodríguez, Sabina, Serrat, country, Janis Joplin, Dolly Parton… No sé cómo decirlo, no tengo un prototipo X, Y ni Z, porque no creo en los prototipos. Todo lo que sea bueno o medianamente bueno me gusta, me apasiona, y me supone un motor para seguir escribiendo canciones. Creo que al final todo lo que escuchas, desde que te levantas, tu subconsciente lo absorbe, y yo creo que esta absorción tiene un resultado en mi momento de inspiración.

¿Cuál es el último concierto al que has ido?

Se llama Luis Ramiro, tiene unas canciones muy bonitas, es un cantautor y poeta, porque ahora es que cuando yo escribo también parto de una poesía y esa poesía se convierte luego en una canción. Este cantante tiene una canción que me encanta que habla de una chica que decía que tenía un monstruo en el armario y que él tenía que ir a abrir el armario y ver si tenía efectivamente ese monstruo, o no lo había y era pura fantasía. Es, al final, una connotación de un miedo de cualquier persona, cuando a veces miramos debajo de nuestra cama a mirar a ver si hay alguien que sale a decir: «oye, que nada, que te voy a clavar un cuchillo» [ríe] Entonces, nada, muy divertido y muy bonito, porque compartió con nosotros una canción acerca del tema de Cataluña, en el que no me voy a mojar porque ya te digo que te mojas, y respiras, y te atacan. Pero en un momento tan político y de tantos malos rollos entre nosotros, supo sacar una canción que se llama «Barcelona y Madrid» y, al final, pues hablaba de las personas, no de la política que hay detrás de todo esto ni de los malos rollos que creamos entre nosotros. Y, la verdad, que fue tan mágico… que me quedo con ese momento.

¿Qué artista te gustaría que hiciera una versión de una de tus canciones?

Pues no sé [ríe] ¡No te sabría decir! Hay muchos artistas que admiro un montón. Mira, te hablo de muchos chicos, ¿no? De cantautores sobre todo, pero también me gustan mucho las mujeres que son luchadoras. No me considero feminista como revolucionaria y ya en temas que se nos van de las manos, pero sí que me considero una persona, y una mujer, muy luchadora y muy «curranta», y apoyo muchísimo este tema de ser independientes en todos los sentidos. Mira Janis Joplin cómo era de revolucionaria en aquél entonces, y cómo era de joven, y cómo le daba igual todo cuando todos la criticaban y era tan liberal. Pero ya no solo eso, te hablo de casos más actuales. Hay una cantautora que seguro que la conoces, se llama Rosana, y hemos tenido una conversación hace tiempo, un contacto, y la verdad es que ella es, no sólo auténtica, sino tremendamente maravillosa en sus letras, en cada paso que da, y en todo lo que hace. Y, entonces, pues mira, que vivan las mujeres y el trabajo que hacen, y esa mentalidad de intentar cambiar el mundo en cualquier aspecto que exista.

«Hagas lo que hagas te van a criticar así que, si puedes, haz algo bueno por el mundo»

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación