Crítica teatral

«La geometría del trigo»: Conejero, trabajada sencillez

La obra busca concretar, solidificar en un puñado de momentos (en algunos asaltos y encuentros antes de volver al banco), una historia de regusto lorquiano

Un instante de la obra que Alberto Conejero ha llevado a las tablas del Teatro Central ABC

Alfonso Crespo

Al borde de la escena, en bancos, los actores de «La geometría del trigo» esperan ingresar en el espacio bajo la luz de los focos. Se diría que a veces son como contendientes de boxeo que fueran a cruzarse en el ring. En otras ocasiones, aliados que se relevaran por turnos; miembros de un equipo intergeneracional que ansiara llegar a la meta, entender el pasado para poder proyectarse en el futuro.

La obra con la que el dramaturgo Alberto Conejero , que aquí dirige por primera vez, ha recibido este año el Premio Nacional de Literatura Dramática, busca así concretar, solidificar en un puñado de momentos -en algunos asaltos y encuentros antes de volver al banco-, una historia de regusto lorquiano (el Sur, la represión sexual, la emigración, el destino y el peaje que se paga al torcerlo) asumida como un pretérito resonante (familiar, histórico, político, sentimental y, claro, teatral) que extiende sus raíces en una actualidad donde la nueva generación recibe esta herencia como una carga y una oportunidad para resolver sus propios problemas identitarios y representativos (incluidos, de nuevo, los teatrales).

Es decir, se ambiciona mucho más de lo que parece en «La geometría del trigo». Y si la obra funciona es porque en un momento determinado toda esta carcasa fragmentaria, todos estos sedimentos de dolor cruzado, encuentran un ritmo escénico apropiado que los sutura, logrando que el conjunto se sienta como una obra pequeña y humilde. De la vuelta de tuerca se encarga un compenetrado grupo de actores -José Troncoso y Eva Rufo sobresaliendo- que, concentrados en el «menos es más», abrillantan la superficie de sencillez del denso melodrama que se escancia y se juega en un contado número de viñetas.

Así es que los actores atraviesan las épocas encarnando el texto depurado, ligeramente lírico y musical de Conejero, donde registros, acentos y lenguas se mezclan con naturalidad. Sus bailes y cruzamientos, su grácil pero también escultórica gimnasia escénica , hacen que nos olvidemos de las metáforas, como la torpe grieta que preside este pulular de los cuerpos y las almas.

Dramaturgia y dirección: Alberto Conejero . Producción: Teatro del Acantilado. Espacio escénico: Alessio Meloni. Intérpretes: Consuelo Trujillo, Eva Rufo, Zaira Montes, José Troncoso, Juan Vinuesa, José Bustos. Fecha: Viernes 29 de noviembre. Lugar: Teatro Central . Aforo: Lleno.

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