Poesía
Generación XXI: Nuevas voces para la poesía sevillana
Rechazan el concepto de grupo, pero esta media docena de autores tiene en común la búsqueda de nuevos caminos a partir del legado poético de la ciudad
La reciente publicación de dos poemarios —«Herbario de sombras», de José María Jurado García-Posada (1974); y «Con todas las de perder», de Víctor Jiménez (1957)— trae de nuevo a la actualidad a un grupo de poetas sevillanos que, curiosamente, tomó conciencia de grupo no en la capital de Andalucía, sino en la sierra de Huelva.
Y aunque no se sientan cómodos bajo el concepto de grupo poético, sí es cierto que Lutgardo García (1979), José Luis Rodríguez Ojeda (1957), Juan Lamillar (1957), Gonzalo Gragera (1991) y los mencionados Jiménez y Jurado García-Posada comparten afinidades estéticas y éticas como poetas que entroncan con la tradición que va de Bécquer a Fernando Ortiz y Aquilino Duque , y que permitirían agruparlos bajo, por apuntar una tentativa de definición como la Generación XXI de la poesía sevillana.
«Lo que nos une sobre todo es la amistad , mantener un contacto continuado y ciertas afinidades », señalan. Algunos de ellos se conocen desde hace décadas, explica Jiménez, respecto a Lamillar y Rodríguez Ojeda, mientras que el resto se fueron conociendo, como reconoce Jurado García-Posada primero por sus versos y después personalmente. «Abrías una revista literaria de los años 80 y 90, y Juan Lamillar era una referencia de la poesía española ».
Pese a las diferencias de edad, todos tienen una carrera literaria, bien larga y consolidada , como en el caso de Lamillar, Rodríguez Ojeda y Víctor Jiménez, o que está empezando en el caso de los otros tres. Todos han recibido el reconocimiento de la crítica y premios. García fue premio Hermanos Machado , Gragera se llevó el de Poesía Joven de Radio Nacional y Jurado García-Posada fue finalista del Loewe .
Sus referentes pueden rastrearse de Bécquer a Aquilino Duque, pasando por los poetas de «Mediodía»
La «foto del 27» del grupo, añade este último poeta, se produjo en «la casa que tiene Lutgardo García en la localidad onubense de Galaroza en noviembre de 2015», una imagen que puede certificar, pese a las diferencias de edad entre ellos, ciertas afinidades poéticas .
Referentes literarios
De entrada, todos ellos comparten numerosas y fundamentales referencias literarias, entre ellas, considerar a Rainer Maria Rilke como un «poeta mayor». Pero es en la tradición lírica sevillana en la que encuentran sus principales anclajes. En la conversación, salen nombres de la llamada «estirpe de Bécquer», como Luis Cernuda , Aquilino Duque, Javier Salvago , Fernando Ortiz… pero también los de Juan Ramón Jiménez y los hermanos Machado.
En consecuencia con estos referentes, se pueden rastrear puntos de unión en la obra de estos poetas. Como explica Lamillar, «aparte del mundo de cada uno, se pueden encontrar temas comunes , como el paso del tiempo, el amor, la muerte, la reflexión sobre la propia poesía…». Y en paralelo, una « preocupación por la forma , la imagen de la metáfora y la musicalidad del poema». «También una poesía moralista , que entronca con la poesía clásica», añade García, y «un sentido de lo elegíaco muy sevillano», concluye Jurado García-Posada.
La elección de estos temas va en paralelo al interés por la forma y los metros tradicionales , del soneto al romance, o buscando el ritmo y prosodia del poema. « T. S. Eliot decía que ningún verso es libre. La poesía tiene que estar siempre embridada en el metro. Sin forma no hay fondo», añade.
También hay que apuntar la influencia de los poetas de la revista «Mediodía», en la que militaron Joaquín Romero Murube, Rafael Porlán, Juan Sierra, Rafael Laffón, Antonio Núñez de Herrera … así como la de autores que, como José María Izquierdo o el propio Romero Murube, que divagaron o tuvieron en los labios a la ciudad de la gracia.
La ciudad
Unas referencias que ilustran otra vertiente de la poesía de estos autores que ofrecen una mirada a Sevilla , a sus barrios —San Bernardo en el caso de Jiménez—, la memoria de la ciudad y sus tradiciones, como la Semana Santa , así como fiestas como la de los toros y un interés por el flamenco , en algunos de ellos como Rodríguez Ojeda, que ha desarrollado en paralelo una actividad divulgativa a la poesía y cuyos versos han cantado cantaores de la talla de Calixto Sánchez y Curro Malena , entre otros.
La mirada sobre la ciudad, el paso del tiempo o la Semana Santa son algunos de los temas que dan cuerpo a sus poemas
«Es una poesía muy alejada de la pandereta y de lo folklórico», indica Jurado García-Posada, donde se busca lo «universal en lo local» , añade Rodríguez Ojeda, para el que un buen ejemplo de ello es el pregón de la Semana Santa de Lutgardo García, que es «un pregón de poeta » y toda una reflexión sobre el tiempo.
Buena muestra del acercamiento a la Semana Santa de estos poetas lo ofrece Gragera poniendo como ejemplo el poema de Rafael Montesinos «El rito y la regla», donde el tema local de la Semana Santa lleva al más universal del padre y su pérdida.
Lo mismo sucede con el poemario de Víctor Jiménez cuando en el poema «Éxodo» rememora un Miércoles Santo a todos los que se fueron del barrio de San Bernardo o en su acercamiento al flamenco en el libro «Con todas las de perder» , que incorpora collages de Juan Lamillar y un prólogo de Antonio García Barbeito, en el que presenta una colección de soleares, palo fundamental del cante, seleccionadas por Rodríguez Ojeda.
Una visión de lo local que no debe confundirse con lo localista , defienden estos poetas, añade el más joven de ellos, que se rebela contra el hecho de que a un escritor de Barcelona que escriba sobre su ciudad «nadie le cuestiona sobre si es un escritor local».
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