Aula de Cultura de ABC de Sevilla

El flamenco tras el Covid-19: la hora de la unión y la dignidad

El Aula de Cultura de ABC abordó en su sesión de este miércoles el estado del sector de la mano de Eva Yerbabuena, Marina Heredia, Alberto García Reyes y Luis Ybarra

Francisco Robles rodeado de los periodistas y artistas participantes y que asistieron a la sesión J. M. Serrano

Jesús Morillo

El Aula de Cultura de ABC de Sevilla conoció este miércoles una de sus sesiones más vivas , no solo por el tema que abordó, el estado del flamenco tras la pandemia del Covid-19 , que lo ha convertido en uno de los sectores más golpeados de la cultura; sino por el intenso debate que se propició entre los participantes que había sobre el escenario del teatro de la Fundación Cajasol , pero también en el patio de butacas, con la presencia de figuras de este arte.

El título de la sesión ya fijaba el tema en cuestión: «El flamenco y la pandemia: se canta lo que se pierde ». También los participantes: de un lado, el adjunto al director de ABC de Sevilla y reconocido especialista, Alberto García Reyes ; y el periodista y crítico de flamenco de este diario, Luis Ybarra Ramírez ; de otro, la cantaora Marina Heredia y la bailaora Eva Yerbabuena , dos «figuras flamencas de primer nivel».

Con estas últimas palabras presentó a ambas artistas Francisco Robles , director del Aula de Cultura de ABC, que patrocinan la Fundación Cajasol, la Real Maestranza de Caballería de Sevilla y la Fundación Vocento .

Tras la presentación del director del Aula, el adjunto al director de ABC de Sevilla le quiso agradecer «todo lo que haces por nosotros y por el periódico» y señalar en público que «te admiro casi tanto como te quiero», antes de rematar con «que no se puede ser más flamenco ».

Primeras figuras como Arcángel, Rocío Márquez, Dorantes y Andrés Marín asistieron a la sesión

Robles prometió que habría «hondura» cuando los «corazones se acerquen al flamenco» y la hubo entre los participantes para abordar las cuestiones que ha generado en el flamenco la pandemia , manteniendo entre ellos un diálogo fluido, pero también con los artistas presentes en el público: Arcángel, Rocío Márquez, Dorantes y Andrés Marín , junto al abogado y portavoz de la Unión Flamenca, José Cepero .

Luis Ybarra Ramírez situó el debate al señalar que mucha gente «se ha estado sirviendo del flamenco como un bálsamo en el confinamiento, mientras la industria se resquebrajaba por dentro ».

La crisis ha provocado la creación de la Unión Flamenca, que pretende aglutinar a los trabajadores del flamenco para defender sus derechos. «Tenemos que luchar por dignificar nuestro trabajo , que es tan digno como el de otra persona», señaló la coreógrafa y presidenta de la Unión Flamenca, Eva Yerbabuena. «Tenemos que reeducar al sector », añadió la cantaora granadina.

Porque esta Unión, según Arcángel, otro de sus impulsores, busca «diginificar la figura del trabajador del arte », de las primeras figuras a los empleados de los tablaos. Porque el flamenco, como señaló Eva Yerbabuena, «se muere sin no hay artistas que suban a los tablaos o las peñas», motivo por el cual, desde la Unión Flamenca, como explicó Cepero, se busque que tenga algún tipo de salario mínimo interprofesional que le permita estabilidad para crear.

La educación

El otro gran tema de lo introdujo García Reyes: la necesidad de que flamenco forme parte de la educación . «¿Por qué si en literatura se estudia a Lorca , en música hay que estudiar a Beethoven y no a Paco de Lucía o la Niña los Peines ?», se preguntó, antes de lamentar las dificultades de los flamencos para poder enseñar en los conservatorios .

Marina Heredia señaló que «los flamencos siempre hemos sido aquellos con los que te vas de fiesta , pero no lo suficientemente serios para que tu hijo lo estudie», a lo que la bailaora añadió que «lo siguiente es meterlo en la educación », una cuestión sobre la que Arcángel reivindicó no tanto un conocimiento de la historia o los palos, como la explicación de lo que «es antropológicamente».

En este punto, Rocío Márquez quiso valorar el camino andado, al señalar que «estamos en un momento bastante bueno en flamenco y didáctica », aunque sí reivindicó un mayor peso de este arte como asignatura en la formación del magisterio musical.

Porque si hubiera tres palabras que pudieran resumir la sesión estas podrían ser dignidad, unión y educación, que pueden marcar el camino para la recuperación del sector. A las que habría que añadir el «¡Viva el flamenco!» con el que García Reyes cerró el acto, en el convencimiento que este arte siempre ha sacado lo mejor de sí para superar cualquier tipo de adversidad.

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