Desescalada
El flamenco, todavía en la «fase menos uno»
Un verano con pocos festivales, los tablaos aún cerrados y artistas sin trabajo ni ayudas económicas
Gran parte del territorio español encara la tercera fase hacia la normalidad, pero no todos los sectores lo hacen de la misma forma. Las particularidades del flamenco, por ejemplo, hacen que la industria de este arte siga estancada y que algunos de sus componentes estén viviendo una situación dramática. Casi todos los grandes festivales se han suspendido, aunque con excepciones; algunas peñas han abierto sus escenarios con aforos reducidos; las compañías retoman su actividad, aunque muchas no tienen demasiado que ensayar, pues sus contrataciones se han caído; los tablaos continúan cerrados ante la ausencia de turistas y algunos ciclos, todavía pocos, sirven de esperanza en el futuro próximo. Una desescalada desigual que aún no permite ver la luz al final del túnel, ya que el colectivo se encuentra más a merced de las ayudas económicas que se han comunicado que de alcanzar el siguiente estadío.
El director general de Unión Flamenca, José Cepero , ha explicado a ABC que «el flamenco no puede pasar a la fase tres, porque todavía está en la menos uno». El 90% de las solicitudes que han recibido son de profesionales que no tienen una prestación por desempleo, «están pasando penurias y la perspectiva es de que no haya trabajo en fechas cercanas. Algunos no han cotizado como debían haberlo hecho durante años y las instituciones no han vigilado estas irregularidades. Es una sangría que está dejándolos en una situación de pobreza y exclusión social. Muchos tienen que recurrir a subsidios de mínimos vitales. Ya se han planteando ayudas y subvenciones por parte la Junta, y todos están más pendientes de eso que de pasar a otra fase. También se ha anunciado apoyo a los creadores, pero los flamencos, en su mayoría, no son creadores. Resulta trágico. Parece que al grueso se le está invitando a que abandone el cante, el baile y la guitarra para buscar otro oficio. La dependencia de la temporalidad en este terreno, además, hace aún más daño», argumenta Cepero con preocupación. En cuanto a las ayudas a las que se refiere, la semana pasada, en el BOJA, en edición extraordinaria, se publicaron las convocatorias para que el tejido profesional, asociativo y los festivales soliciten ya subvenciones.
Por estos motivos, esta fase en la que disminuyen las restricciones no ha venido acompañada de un verdadero alivio. Los tablaos , como Los Gallos, el Patio Sevillano y El Arenal, cargan con meses de anomalía. La asociación ANTFE amenaza con el cierre permanente de todos ellos en España ante el desamparo de las instituciones, lo que causaría la pérdida del empleo del 95% de los profesionales del sector. El teatro de la Fundación Cristina Heeren sí espera celebrar las semifinales y finales de los Concursos Talento Flamenco en julio con la entrada por invitación. No obstante, está, como el resto, a la espera de que se recupere el flujo de turistas, público del que depende.
Aperturas y esperanzas
Entre los espacios que sí han abierto, se encuentra la peña Torres Macarena , la más emblemática de la ciudad. A diferencia de los anteriores, su público es local, por lo que no necesitan del extranjero para continuar con sus encuentros. Miguel Camacho, su vicepresidente, ha sido testigo de la buena respuesta de los aficionados: «Empezamos con un tercio del aforo y desde la semana pasada estamos ya con la mitad . Hemos llenado, la gente tiene ganas y por ello hemos creado TorresMacarenaTV para que puedan disfrutar por Internet».
Hace unos días, las compañías de baile tenían que ensayar por separado y desde casa. Ahora, sin embargo, alternan las videollamadas con las quedadas. Este es el caso de la bailaora Asunción La Choni . El mayor temor radica en el entorno desconocido sobre el que están realizando sus montajes: «Estrenamos en septiembre en La Bienal, pero una obra de estas características necesita de un recorrido mayor para que sea rentable. Si se graba, se retransmite y se ofrece gratis, tampoco lo es. Ensayamos manteniendo las distancias, lo cual no es sencillo, después de haber estado meses parados, y comenzamos sin la certeza de que finalmente la llevaríamos a cabo. Bailaremos, eso sí, con mascarilla. El tiempo vale oro y la sensación de estar perdiéndolo nos duele» , sentencia. La falta de proyectos hace que, aunque sea posible reunirse, no se haga o se siga adelante con incertidumbre.
Las mayores esperanzas están depositadas en las citas que se adaptarán a la situación: los Viernes Flamencos de Jerez, las Noches del Alcázar, en Sevilla, o la intensa agenda del Museo Picasso, en Málaga. También en La Bienal y sus 51 espectáculos , que arrancan en agosto y se retransmitirán en directo, y los pequeños ciclos que sobre todo en los últimos días han dado a conocer sus propuestas. No son demasiados, pero sirven de bálsamo dentro de un panorama desolador. Flamenco Viene del Sur tratará de reubicar en otoño las actuaciones canceladas en los teatros y Flamenco Viene del Sur en gira, con una partida de 250.000 euros, según se recoge en el Plan de Impacto para la Cultura, viajará por los municipios andaluces en verano. Patricia del Pozo, consejera de Cultura, ha asegurado la creación de un programa con música y mucho flamenco «que se iniciará en el patio de la Aduana de Málaga y en el de Artes y Costumbres Populares de Sevilla». La falta generalizada de trabajo, aún así, provoca que todo parezca insuficiente.
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