Festival de Sevilla de cine europeo
Gianfranco Rosi: «No trabajo con un guión cerrado: la cámara es mi lápiz»
El director italiano compite en la Sección Oficial con «Notturno» en la que se interna en una de las zonas más conflictivas de Oriente Próximo
El italiano Gianfranco Rosi es una de las presencias destacadas de esta decimoséptima edición del Festival de Sevilla , que ha arrancado este viernes y que se celebrará hasta el próximo 14 de noviembre. A la cita acude con «Notturno» , que compite en la Sección Oficial y de la que habló este viernes durante un encuentro que mantuvo online con la prensa desde su residencia de Roma.
Un cineasta que es bien conocido en el certamen sevillano, del que ABC es digital partner, al que no ha podido acudir por la situación sanitaria derivada de la pandemia del coronavirus .
Gianfranco Rosi, el único documentalista que ha ganado el León de Oro en Venecia y el Oso de Oro en la Berlinale , ha empleado un proceso de tres años para completar un filme que se mueve en una de las zonas más conflictivas del mundo: las fronteras de Irak, Siria, Líbano y el Kurdistán , donde se deja notar la amenaza del ISIS.
El autor de títulos como «Sacro GRA» , Giraldillo de Plata en Sevilla, trata de mostrar la realidad de la zona a través de momentos de la vida de personas como un madre que escucha en un móvil cómo su hija ha sido raptada por el Estado Islámico, un niño por cuyos dibujos se puede vislumbrar el infierno por el que ha pasado, un hospital psiquiátrico en Bagdad o unas mujeres que visitan la prisión donde han sido asesinados sus familiares.
«Mi reto con estas personas es que su silencio se convirtiera en palabras», señala el cineasta, quien durante el rodaje buscaba ese «fragmento» de la vida del personaje «que es tan profundo para que sea una síntesis de la vida », buscando entre las diferentes historias que se entrecruzan la « universalidad del dolor y la tragedia , porque el dolor es universal, es el resultado de la guerra». «El dolor y la tragedia son universales, el dolor de una madre es igual en Siria, Líbano o Irak», añade.
Para lograr esa dimensión, Rosi recurre a la planificación de las situaciones, en una «búsqueda de la verdad pero con la formalidad del lenguaje cinematográfico », lo que da como resultado un documental más atento a la dimensión poética que a un rígido desarrollo naturalista.
Todo ello con un diálogo constante con la realidad, porque « no trabajo con un guión cerrado , nunca escribo nada. Siempre comienzo con una idea, una síntesis de cosas, como una poesía o una idea abstracta. La cámara es mi lápiz , comienzo las cosas desde cero y la película se crea sobre el terreno con los encuentros. Por eso, una película como esta no se hace en dos semanas o meses, se tarda años en construirla».
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