Festival de Sevilla de cine europeo
El Festival de Sevilla llevará a las salas una Europa de cine frente a la pandemia
El certamen sigue apostando pese a la situación sanitaria por una edición presencial, aunque renunciando a la presencia de cineastas y productores
Como ha sucedido anteriormente con otras citas del calendario cultural, la Bienal de Flamenco por ejemplo, el Festival de Sevilla de cine europeo va a estar indeleblemente marcado por el coronavirus en su decimoséptima edición, que se celebrará desde este viernes al 14 de noviembre.
La cita arrancará en un ambiente de incertidumbre frente a la pandemia del Covid-19, en un momento en que la provincia tiene todos sus municipios, incluida la capital, en cierre perimetral, lo que se ha saldado ya con las renuncia del certamen a invitar a cineastas y productores, uno de los grandes atractivos del festival, aunque se mantendrán las proyecciones con público en sala en sus habituales espacios Cinesur Nervión Plaza, Teatro Alameda y Teatro Lope de Vega , este último con una limitación de aforo de 200 localidades.
La decisión del Festival de Sevilla, que dirige José Luis Cienfuegos , y del Ayuntamiento, que lo financia, va a tener como consecuencia la cancelación de un amplio abanico de actividades paralelas , desde los conciertos a los seminarios, talleres y conferencias, además del productivo encuentro entre cineastas y productores, vital para la distribución de muchos de los títulos que se pueden ver en las salas. Como dato, solo recordar que el año pasado el certamen tuvo más de 400 invitados, entre los que se contaron cineastas como Pietro Marcello, Robert Guédiguian, Rodrigo Sorogoyen y Joanna Hogg .
A pesar de las dudas que genera la situación sanitaria, el Festival de Sevilla, del que ABC es digital partner, ha querido mantener su carácter presencial , en un momento en que otras citas como Gijón han renunciado a ello, para seguir acercando a los sevillanos una cuidada representación de la cosecha cinematográfica de este año en Europa , pero también para contribuir con sus premios, que suman un total de 150.000 euros, y su marchamo a la distribución de las filmografías de este continente.
Directores, actores, técnicos y productores no podrán viajar a Sevilla, pero la organización se ha comprometido a llevar su presencia vía «online» a las proyecciones, para que puedan como mínimo presentar sus filmes. Con estas premisas, las magnitudes en las que se movía en los últimos años el Festival de Sevilla van a verse reducidas en esta edición. Solo las previsiones de público ayudan a hacerse una idea de la contracción de una cita que cerró el año pasado con más de 78.000 espectadores y que en este ofrece 33.000 localidades .
A pesar de las limitaciones, el certamen mantiene sus seis secciones competitivas e, incluso, refuerza una de ellas: Panorama Andaluz , que contará con un premio al mejor largometraje . También se mantienen ciclos para descubrir a cineastas como Cecilia Mangini , así como la apuesta por el cine español que transita los caminos menos trillados.
Además, destacados representantes del actual cine europeo, como Andréi Konchalovski, Christian Petzold, Gianfranco Rosi, Jasmila Žbanic, Malgorzata Szumowska, Francis Lee, Cristi Puiu o el norteamericano Abel Ferrara competirán por el Giraldillo de Oro , en una edición en la que competirán también cineastas españoles como Luis López Carrasco, María Pérez Sanz y David Martín de los Santos .
La inauguración este viernes, en una gala que se prevé austera y sin público en la alfombra roja del Lope de Vega, será con «Ondina» , del alemán Christian Petzold y una de las triunfadoras de la última edición del Festival de Berlín , en la que su protagonista, Paula Beer , se llevó el Oso de Plata a la mejor interpretación.
En total serán diez de días de proyecciones, en los que exhibirán 150 películas , de las que veinticinco serán estrenos mundiales, mientras que setenta y dos tendrán su «première» en España. Atractivos suficientes para el público para acercarse a unas proyecciones que contarán con las máximas garantías higiénico-sanitarias y no haya excusa para acercarse al presente del cine que se hace en Europa.
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