«EL PINTOR DE BATALLAS»
Ferrer-Dalmau presenta en el Círculo de Labradores de Sevilla su libro de pintura
En la obra se recogen más de 500 imágenes, casi todas de temática militar
«Hace quince años, cuando yo empecé, nadie daba un duro por la temática militar. Tú estás loco me decían, no vas a vender nada », señala a este periódico Augusto Ferrer-Dalmau, «el pintor de batallas», como le bautizó con éxito su amigo Arturo Pérez-Reverte y así se le ha quedado. Hoy, después de hacerlo en Madrid, presenta la primera gran obra de su trabajo en el Círculo de Labradores de Sevilla. Un libro con más de 500 imágenes en unas cuidadas páginas de la editorial Ediciones Escultura Histórica .
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Ferrer-Dalmau se siente muy identificado con esta ciudad «primero porque soy académico de la Real Academia de Bellas Artes de Sevilla; segundo, siempre he tenido una atracción especial por ella y, tercero, porque pertenezco a la Gran Peña, que está hermanada con el Círculo de Labradores».
La primera edición de este libro se está agotando y ya preparan la segunda
Lo que más ha costado de este libro han sido ajustar las pruebas de color para que reflejaran lo más exactamente posible los originales. «Aunque parezca que el libro es caro hemos intentado reducir al máximo el precio para llegar al mayor número de personas, estos libros de coleccionistas están en torno a los 150 euros , su producción es muy costosa, lo más seguro es que en los próximos las obras aquí reflejadas no vuelvan a salir, hay que mirarlo también como una inversión», apunta el pintor. Que este libro se está vendiendo muy bien lo demuestra el hecho de que la primera edición casi se está agotando y ya empieza la segunda.
El 99% de la obra de Augusto Ferrer-Dalmau ha ido a manos de particulares. Gracias a que él ha documentado con fotografías casi todo previamente ahora se puede presentar este libro.
De lo que más se ha perdido es de su primera etapa, la paisajista. «Yo empecé con el tema urbano, en la línea de Antonio López. También me gustaban mucho los colores de la pintura catalana del XIX y luego vino la pintura militar, que me costó sangre, sudor y lágrimas meterla en el mundo de las galerías». Ahora recuerda con humor esos tiempos donde presentarse con una carpeta de grabados militares a un marchante de arte era lo más absurdo del mundo. «¡Pero qué me estás contando!, me decían; luego se dieron cuenta de que tenía su público, apostaron por mí y la decisión fue acertada».
Más la pasión que el dinero
Ferrer-Dalmau defiende su obra como algo que no es rentable a corto plazo. «Te tiene que gustar mucho lo que haces, necesitas un tiempo muy largo para documentarte, saber todos los detalles de las armas, los uniformes; necesitas especialistas a tu lado para hacer instantáneas de la época como hago yo». «Dejé el mundo de la pintura convencional, de paisajes, mucho más ágil y cómodo que esta temática donde me metí sin saber a dónde iba, pero me podía más la pasión que el dinero», argumenta «el pintor de batallas». Precisamente sobre la meticulosidad de su pintura, el cuidado por el detalle, este redactor (que presentará el acto de hoy junto a la doctora en Historia del Arte y coautora del libro María Fidalgo ), le pregunta si le cuesta terminar una obra, dejar de retocarla. «Eso es imposible. Alguien de muchísima confianza me tiene que decir, déjalo ya, dala por acabada», concluye.