Fernando Iwasaki: «En el Barroco se convivía con el dolor»

La conferencia «La mala vida en la Sevilla de Murillo» cierra el ciclo «Noches en la Casa Murillo»

Conferencia de Fernando Iwasaki este jueves en la Casa Murillo Manu Gómez

Pedro Ybarra Bores

La Casa de Murillo acogió este jueves la conferencia «La mala vida en la Sevilla de Murillo» que impartió el escritor y articulista de ABC, Fernando Iwasaki , como clausura del programa «Noches en la Casa Murillo», ciclo impulsado por el Centro Andaluz de las Letras a través de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales.

Durante su intervención, Iwasaki explicó cómo «la Sevilla del Barroco es un periodo muy singular de la historia cultural de España y de Hispanoamerica porque tenía una teoría del mundo. Concebía al hombre como una unidad individual, y al mismo tiempo histórica, que tenía un sentido simbólico, teológico y escatológico . Todo estaba vinculado a una visión provindencialista de la historia y del mundo».

A continuación, enumeró a los autores en los que se basa el escritor, entre los que se encontraban los profesores Fernando Rodríguez de la Flor y León Carlos Álvarez Santalo . Figuras «muy importantes» a las que añadió al profesor Carlos Alberto González o Enriqueta Vila , entre otros.

Basándose en lo que leyó de estos maestros cuestionó los conceptos de «vida»y de «mala vida» del Barroco. « En realidad, lo que era malo era vivir , porque cuanto antes abandonaras este valle de lágrimas, mejor». Por lo tanto, «el concepto de la mala vida de la Sevilla de esa época lo tenemos que extraer de lo que era considerado, digámoslo así, alternativo o alejado de los modelos de piedad de la época».

Habló de pobreza, marginalidad, prostitución, delincuencia...» y destacó que sobre cada una de estas expresiones de mala vida barroca hay grandes libros que citó. Así por ejemplo, sobre la delicunencia recordó la «Relación de la cárcel de Sevilla» de Cristóbal de Chaves (1599) o un libro del sacerdote Francisco Luque Fajardo contra los juegos de naipes llamado «Fiel desengaño». Citó «Amparo de pobres», de Pérez de Herrera, también de finales del XVI. «En realidad se escribieron muchos libros sobre la falsa y la verdadera pobreza. Había mucha gente que engañaba y hacían creer que eran pobres verdaderos, cuando eran pobres falsos», recordó.

El libro más importante de todos es el de la «Mala vida en Sevilla de 1600», del jesuita Pedro León , que hablaba de la prostitución y los presos de Sevilla y ha sido reeditado por Renacimiento. Prostitución, delincuencia, miseria, pobreza, marginalidad... « eran expresiones de mala vida que el propio mundo barroco reconocía. Nosotros desde nuestra época también podemos identificar algunas cosas que demuestran que la vida era muy mala. Una de estas expresiones sería la inutilidad del conocimiento. Se pensaba que por más que leyeras, aprendieras o estudiaras, nada iba realmante a mejorar que todo estaba escrito ya. Es decir, que el conocimiento era inútil. También destacó «la locura lectora, de la que se burla Cervantes porque El Quijote enloquece leyendo. Tenían mucho que leer pero muy poco que aprender. Por ello Cervantes se burla», recordó.

Mencionó el tema «terrible» de «la certeza de la condenación eterna . Nadie se imaginaba salvándose, ni siquiera los santos. Es una época de santos, de miles de santos. En el XVII en España se iniciaron más de 4.000 procesos de santidad. A Roma sólo llegaron 1.800, de los que ni la mitad llegaron a ser santos, porque el modelo de santidad barroca era un modelo verdaderamente terrible, de autoinfligirse muchos castigos corporales», apuntó.

Cerró la conferencia hablando de «otros aspectos de los que muy poco se habla. Desde nuestra perspectiva de hombre del siglo XXI, que estamos viviendo una pandemia, hoy volvemos a reparar en lo terrible que son las enfermedades, pero en el Barroco se convivía con el dolor ». Habló del dolor físico que era constante: amputaciones, dentaduras destrozadas... «y sin embargo vivías permanentemente con esos dolores».

Explicó de manera gráfica, con dibujos de la época, qué hacían contra los cólicos nefríticos o contra la inflamanción de la próstata... En realidad en el Barroco, si no morías en una guerra, batalla o epidemia, finalmente te terminaba matando un cirujano que te quería curar», concluyó. El acto contó con la actuación del músico José Manuel Vaquero y el actor Jasio Velasco .

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