Flamenco SinCejilla
El declive de los concursos flamencos
Analizamos la situación del Nacional de Córdoba y festejamos el cincuentenario de la Niña de los Peines con recitales y discos
Los concursos flamencos no pasan por el mejor momento de su historia. La pérdida generalizada de fuelle como plataformas de lanzamiento , las ávidas pretensiones que tenemos todos de encontrar a genios en rostros nuevos y su consecuente falta de resultados, así como el crecimiento de las sillas vacías y las que han sido ocupadas de forma poco convincente no generan otra cosa que frustración.
Tal vez las redes sociales o el nacimiento de nuevas citas le han hecho competencia a las más antiguas . Quizá fue una mala gestión, problemas de adaptación en cuanto a comunicación o todo ello junto, pero la realidad es que viven, en general, un período de transición desde hace años que los conduce, poco a poco, a un empobrecimiento cada vez más acusado .
No es una visión pesimista, porque no es el flamenco lo que se muere, sino el formato de concursos como el Nacional de Córdoba, que arrancó en el año 56 evocando al de Granada. Fosforito , Antonio Mairena , Paco de Lucía o La Paquera han protagonizado noches para el recuerdo en este evento. También Merche Esmeralda, Riqueni, Manolo Sanlúcar, Menese o El Lebrijano, figuras elementales en las que queda representado lo más destacado de toda una época.
El conflicto, desde hace varias ediciones, es que da igual lo que sucede en la final . Esta semana hemos conocido los nombres de los tres ganadores de cada disciplina, cante, baile y guitarra, pero lo dramático de la situación en la que se encuentra el festival es que en el fondo no importa lo que ha ocurrido, porque no hay posible resultado bueno. Porque no es trascendental. Porque no pasa nada si lo hace uno u otro. Porque hace mucho que dejó de tener la relevancia que debería recuperar para su supervivencia , para ser de nuevo una referencia y un muestrario de lo mejor del panorama. Ente necesario de los jóvenes intérpretes.
La diferencia entre su pasado glorioso y el presente es que donde antes se presentaban muchos artistas enormes y otros muy dignos, hoy observamos un cartel decaído . Algunos son grandes profesionales. Otros, la mayoría, grandes desconocidos que no han hecho méritos para llegar a la cima de un certamen que debería buscar el máximo talento. La virtud.
Lo que está escrito en la Cordobapedia , donde podemos ahondar en la historia de este emblemático concurso, es una triste metáfora de lo que le sucede . A partir del año 2004, no aparece nada. No hay información de los últimos premiados, porque probablemente la página web no se ha refrescado desde entonces. Ahí está la amarga realidad que nos acecha. Que los nombres se van desdibujando hasta no dar ningún tipo de respuesta a esa búsqueda de clarividencia en esta profunda tempestad.
«Universo Pastora», de Israel Fernández: una voz de mil colores
No es una novedad. Lo sé. Pero tiene sentido traer este disco a estas líneas cuando se cumplen cincuenta años del fallecimiento de la Niña de los Peines . Ha sido un joven de Toledo, el cantaor Israel Fernández, el que ha registrado uno de los homenajes más logrados. No es una queja dedicada a Pastora en exclusiva. También lo sé. Si no a la casa de los Pavón y a otras figuras fundamentales del género.
Su voz laína y quebradiza , un binomio poco usual, llega a unos matices extraordinarios llenos de colores. Su rapidez, la agilidad, las letras. Para quien todavía no consiga ponerle rostro a su garganta, es la que suena en el anuncio de la Cruz Roja cantando aquella canción de Los Chunguitos que dice eso de «si me das a elegir, entre tú y la pobreza...». Un registro que parece pequeñito pero que es capaz de hacer grandes cosas, como la soleá por bulería «Príncipe de la Alameda» , en la que evoca de forma directa a Tomás Pavón.
Su granaína, «Granate» , es igualmente tomasera. Las terminaciones, en ambos cortes, son lo más reseñable. En el primer caso, por el ayeo más armónico que podemos escuchar y que nos lleva por un camino sincero al siguiente tercio. En el segundo, por todo lo contrario: la forma elegante de cortar el tiempo y hacer que el silencio suene a algo .
Israel Fernández es uno de los artistas con más proyección del flamenco. Las bulerías «Pastoreando» o el cuplé «Lagartijera» , de Quintero, León y Quiroga, aunque también popularizado por la de Puerta Osario, son otras dos piezas interesantes para adentrarnos en el universo que plantea.
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