La Cuba de Lorca este verano en el Generalife
Un gran espectáculo de flamenco, música cubana y clásico español reúne a artistas como Loles León, Adrián Galia y Antonio Carmona, bajo la dirección y Fracisco Ortuño
Federico García Lorca pasó en 1930, a su vuelta de Nueva York, tres meses en la Habana. Un poco después confesaría a sus amigos que ese tiempo había sido, «la época más feliz de mi vida».
Desde el 18 de julio y hasta el próximo 26 de agosto en el Generalife de la Alhambra se puede ver el espectáculo «¡Oh Cuba! » en el Festival Lorca y Granada, evento que cumple este año su decimosexta edición, y que está impulsado por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. En este festival un año interviene el Ballet Flamenco de Andalucía y otro se abre a concurso a compañías privadas como la de esta edición, que tiene la producción de Seda y Entre-Arte.
Por este festival que comenzó en el año 2002, han pasado figuras como Antonio Gades , José Antonio, Cristina Hoyos, José Carlos Plaza, Pepa Gamboa, Mario Maya, Blanca Li, Eva Yerbabuena, Rubén Olmo, Fuensanta La Moneta, Manuel Liñán, Rafaela Carrasco o Rafael Amargo.
«¡Oh Cuba!» reúne a trece bailarines, tres de ellos del Ballet Español de Cuba que dirige Eduardo Veitía, con la coreografía de Adrián Galia y la dirección y dramaturgia de Francisco Ortuño , un gran especialista en la figura de Lorca.
En la obra, textos inéditos que García Lorca dejó Cuba, poemas de sus amigos Nicolás Guillén y Alejo Carpentier y otros testimonios. «Es como retratar la relación de ida y vuelta de Federico con Cuba, sin pretender en absoluto contar la historia del poeta», dice Ortuño. En este espectáculo se relata a través de varios cuadros la estancia de Lorca en la Habana, su encuentro con la música de Prokoviev, Lecuona y el son cubano. «A Federico le invitan a Cuba en 1930 tras su paso por Nueva York para dar unas conferencias. En la Habana termina de escribir "Poeta en Nueva York" y empieza "El público". A Lorca, Cuba le cambió hasta personalmente», asegura Ortuño que ha manejado más de veinte libros para hacer la dramaturgia de esta obra.
La actriz Loles León es el «duende lorquiano», «ella es extraordinaria y está en registros diferentes a lo que la gente está acostumbrada, pero magistral. Es una metáfora, una alegoría y el hilo conductor de ¡Oh Cuba!».
Francisco Ortuño asegura que en esta obra «Lorca entra por los sentidos, no tiene hueso. Es el Federico de la alegría sin caer en el folklore de la alegría», añade.
Adrián Galia, un reencuentro con Cuba
El bailarín y coreógrafo Adrián Galia es el responsable de la coreografía de esta obra, en la que también baila, «pero me he vaciado entero para que el cuerpo de baile se luzca», dice. Firman también la coreografía el director cubano Eduardo Veitía , y dos colaboraciones de Manuel Díaz y Emilio Ochando.
Trece bailarines más once músicos conforman el elenco de un espectáculo que se mueve entre el flamenco, el son cubano y el mundo de compositores como Lecuona o Caturla.
La obra que según Galia, «surgió en una terraza de la Latina de Madrid», entre Ortuño, Veitía y él mismo, también conmemora los 30 años del Ballet Español de Cuba, un elenco fundado bajo el cobijo de la gran bailarina Alicia Alonso .
«Queríamos que la obra tuviera flamenco, tuviera son cubano, y algo de en medio, pero no fusión, y qué mejor que una persona como Antonio Carmona , que además de ser de la familia granadina de los Habichuela, nadie como él sabe combinar los ritmos que necesitábamos». La composición y dirección musical es obra del guitarrista Diego Franco y cuenta con la colaboración especial de la cantante cubana, Alina Sánchez.
Seguiriyas, tango flamenco, habaneras, «negro bembón», zorongo..., son los ritmos que bailan estos intérpretes cubanos, «que aman tanto la danza española, y que a veces la tienen mejor conservada, sobre todo la Escuela Bolera, que aquí en España. Pero no mezclamos, cada danza tiene su personalidad», afirma Galia.