Coronavirus Sevilla
La música en directo en Sevilla: un incierto escenario
La posibilidad de funcionar con licencia de auditorio da oxígeno a las salas, que se plantean próximas reaperturas, como la Sala X
![Loquillo, durante un concierto en una sala sevillana antes de la pandemia](https://s2.abcstatics.com/media/cultura/2020/11/01/s/salas-conciertos-sevilla-k4aE--1248x698@abc.jpg)
La pandemia ha prácticamente paralizado al sector de la música en directo. Los grandes conciertos y festivales han tenido que posponerse al año que viene, en el que su celebración sigue siendo incierta; mientras que las salas han visto reducida su actividad a contadas citas tras el confinamiento, antes de la parada habitual en verano, cuando la actividad se traslada a ciclos a espacios abiertos.
Estos ciclos veraniegos , como los que acoge el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo o los organizados por el Ayuntamiento bajo el paraguas de «Veraneo en la city», han dado algo de oxígeno al sector. También Nocturama , un cuidado festival de mediano formato, pudo realizarse a finales de agosto, mientras que el Monkey Week apuesta por su celebración en noviembre, aunque con la amplia mayoría de sus contenidos en «streaming» .
La llegada del otoño trajo consigo un nuevo revés para unas salas de conciertos que ya habían asumido que en la llamada «nueva normalidad» iban a tener que operar con importantes restricciones de aforo si querían mantener la actividad, incluso con pérdidas, hasta que llegara una recuperación que se fía a la próxima temporada.
En ese contexto, las restricciones al ocio nocturno el cierre de discotecas , con las que las salas de conciertos tienen sus licencias equiparadas las llevó de nuevo a la clausura de la actividad . Tras negociaciones con el Ayuntamiento de Sevilla, hace pocos días se ha permitido a estos espacios operar hasta el final de la pandemia con licencia de auditorio , lo que les permitirá volver a la actividad.
La Sala X se va a acoger a esta modalidad con idea de volver a ofrecer programación a final de mes . Con esa licencia, explica uno de los socios de este espacio Carlos Moreno , «tenemos un aforo restringido a 86 personas, sentadas como en un patio de butacas de un teatro y con un asiento de separación. Medidas de protección muy exhaustivas, con test rápidos para trabajadores, entradas escalonada y desinfección total».
En este contexto y a pesar de las limitaciones la Sala X y otras como Fanatic apuestan por abrir sus puertas, aunque el beneficio económico sea incierto. «Ahora mismo rentabilidad es una palabra de la que nos hemos tenido que olvidar. Lo que importa ahora mismo es mantener esta industria cultural y el empleo de nuestros trabajadores».
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