Coronavirus en Sevilla
Clases de flamenco desde casa en la Fundación Cristina Heeren
La escuela de cante, baile y guitarra continúa con sus lecciones, pero a través de Internet
A ninguna escuela, colegio ni universidad le es ajeno el estado de alarma. A la Fundación Cristina Heeren, donde se enseña cante, baile y guitarra flamenca, tampoco. De este modo, tanto el profesorado como los alumnos han continuado con su rutina de una forma diferente esta semana . Y todos, unos aprendiendo y otros impartiendo, trabajan ahora desde casa.
El cantaor José de la Tomasa les explicó a sus pupilos por el grupo de Whatsapp que «el mundo se puede parar, pero el flamenco nunca se va a parar porque va dentro del alma». Y eso es lo que han hecho: seguir adelante, aunque sea desde una pantalla. La directora, Pepa Sánchez , ha explicado que «no podemos suplir la esencia presencial de nuestro plan de estudios, ni el contacto en vivo entre cantaores, guitarristas y bailaores, pero sí podemos ayudar a los alumnos con lecciones técnicas, recursos y correcciones, utilizando herramientas digitales a nuestro alcance en teléfonos móviles, tablets y ordenadores».
Las asignaturas teóricas se han trasladado de forma sencilla. En el área de cante , las artistas Esperanza Fernández y María José Pérez , así como Liliana Aracil, quien está al cargo de la técnica vocal, se valen de Skype para desempeñar sus funciones. El propio Tomasa y el ex-alumno Manuel Romero tampoco han perdido el contacto con el grupo y los siguen de cerca a través del teléfono móvil. En cuanto a la guitarra , las jornadas han comenzado con las tablas técnicas de Niño de Pura, Pedro Sierra y Carmelo Picón. Pedro Barragán prepara tutoriales para que otros los sigan y con tesón tratan de que nadie se quede atrás.
El baile , por último, es la disciplina que en un principio presentaba mayores dificultades debido a la falta de espacio. Por ello, se envían vídeos y se recomienda practicar sin pisar la calle, absolutamente prohibida por un motivo como este. Luisa Palicio, Beatriz Rivero, Coral Moreno, Milagros Menjíbar y Javier Barón son los que están implicados.
Con las trabas de la situación actual, pero también con ganas de avanzar, la Fundación Cristina Heeren se ha adaptado y enseña flamenco mediante Internet. Una vía fría para un arte tan emocional , según comentan algunos de los que han cambiado el edificio de la calle Pureza por el salón de su hogar. Pero una forma, en definitiva, de reaccionar ante lo sucedido.
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