CONCIERTOS SEVILLA
Carlos Tarque: «Da miedo hablar y decir lo que te apetece»
El líder de M-Clan estará en la Sala Custom este sábado presentando «Tarque», su primer disco en solitario
Puede que la de Carlos Tarque (Santiago de Chile, 1969) sea una de las mejores voces de la música española contemporánea. Lo que es seguro es que, sin duda, su voz suena en algunos de los himnos intergeneracionales más famosos de nuestro país ( «Carolina», «Miedo», «Llamando a la Tierra» ). Canciones que pasan de vender millones de copias y sonar en todas partes a formar parte imprescindible de cualquier karaoke que se precie. La vida lógica de todo himno, vamos.
Ahora, y en la hora, Carlos resume en «Tarque» (2018) -su primer disco en solitario- todo un repertorio de rock clásico: guitarra, bajo, batería y una cuchilla en la garganta con la que cortar los versos inspirados en Joplin, Led Zeppelin o AC/DC. Apoyada en las seis cuerdas de Carlos Raya, otra de las piezas imprescindibles de la música española, la voz de Tarque envolverá este sábado la Sala Custom con sus nuevas canciones. Que sean himnos o no ya no importa: ahora toca disfrutar.
Saca disco en solitario y he leído que para usted este proyecto tiene que ver también un poco con la «autorrealización». A pesar de que ha liderado durante muchos años uno de los grupos más prolíficos del país, ¿siente esa necesidad de salirse del tiesto y romper algunos corsés?
La verdad es que yo con M-Clan siempre he estado muy realizado. No quiero que tenga una lectura como de que reniego de cosas anteriores. Toda persona, o artista, quiere hacer un proyecto en el que él tenga la primera y la última palabra. Eso es algo legítimo. Sin ánimo de que sea peyorativo. Sin defenestrar lo anterior o que no me guste. Todo el mundo sentimos que queremos hacer algo solos y eso es un poco lo que ha pasado.
Con M-Clan tiene pensamiento de volver en 2020 pero, ahora que ya lleva algunos conciertos en esta gira y está viendo la respuesta del público, ¿no le entran ganas de continuar un poco con este proyecto y ver a dónde le lleva?
Sí, creo que se pueden hacer varias cosas en la vida. Sí que quiero. He abierto una puerta y no la quiero cerrar. No quiero cerrar la puerta de M-Clan tampoco. Yo abro puertas, no las cierro y luego ya veremos. No con prisa o urgencia, pero sí que me gustaría seguir con ambas cosas.
No sé si lo ve así, pero este proyecto también es un poco un reto. Tiene que volver a ganarse un público, a pesar de que ya tiene un nombre hecho y un bagaje. Habrá ciudades donde tendrá que cambiar locales donde antes cabían miles, por algunos donde caben cientos, ¿no?
¡Sí! [Ríe]. ¡Tienes toda la razón! También eso es muy bonito. A pesar de que tienes un nombre y un recorrido y no eres un desconocido, la marca M-Clan es muy potente. Esto me supone un reto y me gusta. Cierto es que no estoy notando tantísima diferencia entre lo que podemos meter con M-Clan y lo que puedo meter yo. Hay, pero no es abismal. En Sevilla vamos a la Custom y es a la misma que vamos con M-Clan y a lo mejor no hacemos sold out pero sí que hacemos casi lleno, creo.
Está habiendo una buena respuesta del público entonces.
Sí, sí. Está habiendo muy buena respuesta del público. Es verdad que, por lo que sea, M-Clan es un grupo más masivo y aquí hay gente más afín al rock and roll. Eso me gusta. No le digo que no a nadie, pero mi corazón es roquero.
Hablando de rock and roll, me gustaría preguntarle cómo ha sido el proceso compositivo. Porque entiendo que habrá afrontado las letras de otra manera y, además, en cuanto a la música cuenta con el sello inconfundible de Carlos Raya.
Puntualizo que en las canciones en las que he cantado también he participado en la música, no solo en las letras. Hay gente que piensa que yo solo hago la letra y no es así. Hago la letra de todos los temas que he cantado y casi siempre participo en la música. Yo no toco mucho la guitarra, pero hago cosas con la boca o sugiero… No suelo hacer canciones que ya están hechas, muy pocas hechas. Creo que para hacer las tuyas tienes que formar parte del proceso compositivo en la música también. En este caso ha sido así. Bueno, también a partir de un riff de Raya o de alguno que tenía yo en la mente y grabado con notas de voz, de ideas que yo tenía, hemos hecho las canciones.
¿Está el rock un poco más descafeinado en los últimos años?
Bueno, el rock es un estilo que lleva setenta años en el planeta. El viejo rock and roll. Todo es más descafeinado hoy en día. No sé si esto es bueno o malo. En el rock ha habido mucho exceso. Muchos lo han pagado de una manera muy dura. Pero bueno, entre comillas, que no sé si quitárselas, las censuras sociales, a todos los niveles, hacen que te pienses dos veces lo que tienes que decir. Para mí, no es tanto estar descafeinado, sino que la cafeína la pone la interpretación y el sonido en sí.
La censura de lo políticamente correcto también llega a la música, ¿no?
Llega a todo, evidentemente. Claro, lo políticamente correcto no se sabe muy bien lo que es… Estamos en una época en la que, desde las instituciones oficiales, ya has visto lo que ha pasado con este rapero. Da miedo hablar y decir lo que te apetece decir.
Normalmente, cuando un artista va madurando suele tirar a otros estilos, probar nuevas armonías, otros instrumentos, cosas más acústicas o suaves. Sin embargo, su caso es el contrario: ha vuelto al rock. La urgencia del rock and roll no es solo para adolescentes, sino también para maduritos, ¿no?
[Ríe] Yo creo que el rock no debe tener una edad. Nació como una música juvenil y rebelde. Creo que, para mí, va más allá de una filosofía. Es un estilo musical que tengo grabado en el ADN. Es cierto que físicamente este disco en directo requiere más energía, y yo ya tengo una edad. Pero me siento muy cómodo con esto que suena.
Componiendo los temas de este disco, ¿ha sentido alguna presión de estar a la altura de M-Clan o, por el contrario, se ha visto mucho más libre y desinhibido?
Creo que el planteamiento del disco no es comercial. No he pensado en sonar en la radio. Hace veinte años sonaban todas las novedades que salían y ahora no quieren, quieren radio fórmulas. En ese sentido, no hay planteamiento comercial sino con gustar a gente a la que le guste el rock.
El disco termina con la canción «Cactus en el corazón» que habla sobre la inmigración. Es una canción que reboza empatía. ¿Estamos perdiendo la empatía como sociedad y como democracia?
Bueno, no sé si como democracia, pero el mundo desde que es mundo es injusto. Esta injusticia, por difícil que sea resolverla, no debemos de cejar en el empeño de que otro mundo es posible. Hay personas que se tiran al mar para poder vivir mejor y vivir una vida digna y no podemos mirar para otro lado y cerrarles las puertas. Sé que es complicado, yo no tengo la solución, pero eso no quiere decir que no podamos ayudar al prójimo, eso que tanto se defiende desde círculos más conservadores, como puede ser la Iglesia Católica. Lo decía Jesús, ¿no? No quiero entrar en temas religiosos pero ayudar al prójimo debe ser un tema humanitario.