Calamaro abre la puerta grande del CAAC
El artista argentino cautiva al público sevillano con su versión más íntima y elegante
Dicen los puristas taurinos que cuando se quiere saber si un matador ha estado realmente cumbre una tarde no hace falta preguntar en la puerta cuántas orejas ha cortado, basta con observar. Si ves salir al respetable trazando verónicas ajustadas y naturales con la mano muy baja significa que la tarde ha sido de pelotazo gordo. Algo así ocurrió anoche en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo.
El cantante Silvio- J. FLORES Así, criticó el abandono de la Cartuja definiéndolo como «un barrio zombi diseñado por un arquitecto satánico en la época jurásica», y expresó sin tapujos su admiración por esta tierra haciendo un repaso por sus bohemios ilustres (Jesús Quintero y Silvio), enalteciendo a su vez a Morante de la Puebla, «el segundo sevillano vivo más importante tras Curro Romero», y la relevancia en la tauromaquia de la capital hispalense. Y es que Andrés no podía perder la oportunidad para seguir con su cruzada contra los antitaurinos con el fin de recuperar «la libertad de poder disfrutar de un arte eterno», algo por lo que se ha granjeado gran animadversión entre determinado sector; aspecto que para él, vacunado contra la viruela del rencor hace ya mucho tiempo, no supone problema alguno. De hecho, todos los conciertos de esta gira los está cerrando con dos canciones de alusión taurina: «Media Verónica» y «El tercio de los sueños».
El argentino se gustó en la capital andaluza. Coqueteó con el baile flamenco, escenificó medias verónicas y saludó «desde el tercio» varias veces. «Los argentinos somos sevillanos pero con menos arte y menos compás», llegó a decir el rockero. Atrás quedaron sus directos en los que se mostraba taciturno, inseguro y pegado a los papeles.
Calamaro demostró anoche que es mucho más que un parlanchín incendiario. Es un artista en mayúsculas capaz de emocionar en cualquiera de los formatos habidos y por haber de la música, un showman que transmite, y que anoche dejó patente que se encuentra en un gran estado de forma a la hora de cantar (dando de largo su mejor concierto en Sevilla) y dio argumentos más que suficientes de por qué lleva más de veinte años en la cima de la aristocracia del rock en castellano.