CRÍTICA DE MÚSICA
Beyer clasicista en Sevilla
La francesa Amandine Beyer dirigió e hizo de concertino en un estupendo concierto de la Orquesta Barroca de Sevilla
![La violinista francesa Amandine Beyer dirigió a la OBS en este concierto](https://s1.abcstatics.com/media/cultura/2017/02/22/s/amandine-orquesta-barroca-kCwD--620x349@abc.jpg)
Volvió un año más la violinista francesa a ponerse al frente de la Orquesta Barroca de Sevilla (OBS), y sorprendíase de que cada vez que lo hace el auditorio es mayor (empezó en la Casa de la Provincia); claro que había que recordarle que ha ido creciendo a medida que el reconocimiento de la ciudad a la OBS , que en plena crisis consiguió por primera vez su temporada estable.
Y que como estamos reseñando, extiende sus tentáculos a todo aquello que se mueva de interés: contribución con la Universidad para la recuperación del patrimonio musical andaluz -que luego se encargan de llevar al disco-, compromiso con las nuevas generaciones (Joven OBS), colaboración continua en programas innovadores y de extrema calidad (propios o de otros: Festival de la Guitarra, Femás, etc.), y la presencia al frente de la misma de los mejores directores de la música barroca o, como en este caso, más cercana al clasicismo.
Beyer inició de forma delicada el concierto, con un «Adagio» conmovedor, en el que evidenciaba un sonido delgado, casi sibilante, lleno de sensibilidad y, por cierto, con respeto al trabajo de las excelentes flautas de Rafael Ruibérriz y Fernanda Teixeira (¿acaso, incluso, deberían haber estado más adelantadas?); después, una fuga perfectamente articulada y encastrada terminaba esta breve introducción a J. S. Bach a cargo de su hijo Wilhelm.
Creemos que era la primera vez que oíamos a Beyer en directo tocando a Mozart, y naturalmente la claridad y la expresividad presidieron su ejecución -además de su virtuosismo-, que sobresalieron inmediatamente. Nos sabemos desde cuándo ha incluido este primer concierto en su repertorio, pero acaso debe pulir todavía algunas notas que se quedaron en sus dedos o que no se aclararon bien a la hora de salir. Poca cosa, en suma.
Y aunque la «Sinfonía» de C. Ph. E. Bach resultó atractiva, nos quedamos con la «Sinfonía en La mayor Hob. I/65» de Haydn, puede que por la belleza de la misma obra en sí o porque todo estaba ya para entonces muy rodado, Beyer fue más ella que nunca, y por fin las increíbles trompas de Rafa Mira (una suerte para nuestro conservatorio) y Pierre-Antoine Tremblay se pudieron disfrutar con claridad. Ovación de gala para todos .