Música
Asier Etxeandia: «Los artistas somos extravagantes»
Este viernes 24 de julio, junto a Enrico Barbaro, con quien forma la banda Mastodonte, ofrecerá un concierto en el Singular Fest, en la plaza de España de Sevilla
Se elogian el uno al otro con sinceridad no porque se parezcan, sino porque se complementan. Los dos miembros de Mastodonte, Asier Etxeandia y Enrico Barbaro, actúan . Uno interpreta por casualidad, pero siempre quiso ser cantante. Otro toca a su lado los acordes más envolventes y, juntos, prometen un espectáculo inclasificable . Esta es, de hecho, su única etiqueta. Nosotros solo le añadiremos una más, la de salvaje.
La pregunta obligada: ¿Fue el suyo un confinamiento productivo o todo lo contrario?
Asier Etxeandia: Todo lo contrario. Intenté bajar el estrés las dos primeras semanas, pero me di cuenta que, si no me muevo, no funciono. Así que me he dedicado a llenar los días. He «retroavanzado», con la sensación de que todo iba hacia atrás, pero ganando también en motivación y perspectiva. Toqué fondo y ahora resurjo.
Vemos ya algo de luz, ¿no?
Enrico Barbaro: Llevamos mucho tiempo cargando energía para enfrentarnos a un público. La luz es la posibilidad de desprendernos de ella.
La propuesta de su proyecto musical, Mastodonte, no resulta sencilla de explicar. De todo, menos usual.
E.B: Es una obra con una puesta en escena muy potente, música que busca la emoción, el show, una imagen impactante. Es, en realidad, una catarsis de muchas cosas que no se asemejan a casi nada. El cambiar de identidad es una identidad en sí misma. Para entender lo que hacemos hay que vivirlo. Nos define la diferencia. Intentamos crear algo que no se olvide y nos entregamos en absoluto, somos generosos.
¿Cuánto hay de extravagancia?
A.E: Quienes nos dedicamos a esto, los artistas, somos extravagantes. Y no solo sobre el escenario. Cuando nos bajamos, también. Un poco.
Más allá de lo musical, qué referentes tienen en lo estético. Son salvajes, barrocos, una mezcla entre David Bowie y Tino Casal con influencias de «Mad Max».
E.B: Buscar similitudes es reduccionista, pero David Bowie, sin duda, es una referencia que desde el principio compartimos los dos. Él abrió la línea en la que estamos.
¿Cómo compagina, Asier, los rodajes con los ensayos con la banda?
A.E: Compaginar proyectos es lo que llevamos haciendo los artistas toda la vida. Requiere toda tu energía y, como mis compañeros, sigo adelante con la música, las películas, el teatro y las series. Es una suerte y no podemos quejarnos. No hay otra forma de sobrevivir.
Tuvo un papel en el musical «Cabaret» que fue determinante en su carrera, ¿cuándo decidió que quería dedicarse a la música?
A.E: Soy actor por casualidad. Salir a escena y cantar es lo que siempre he querido hacer, desde que tengo uso de razón. No vengo del musical, si no que acabé en el musical por mi propia afición, aunque ya intento alejarme. Estoy más cerca del rock. Es verdad que la gente, al final, me conoce más por los papeles de «Velvet» o el último de «Dolor y gloria», la película de Almodóvar. ¡Hasta dónde llegaron las casualidades!
¿Qué tiene «La transfiguración del Mastodonte» de diferente con respecto a lo que han hecho anteriormente?
E.B: Está basado en nuestro primer álbum. Somos fans de lo conceptual y esto está lleno de mensajes encriptados. Huimos de lo evidente con las performances. Solo trabajamos la emoción. Que te llegue un grito o una nota.
El escenario: la plaza de España. ¿Miedo, vértigo o ganas?
A.E: Vine con mi familia y le guardo un gran cariño a ese lugar. Recuerdo la sensación que tuve la primera vez que entré... Es perfecto para nosotros. Será una gran fiesta con pasajes de la propia vida. ¡Ya está aquí!