FeMÀS 2021

6 suites 6

Pocas veces una interpretación ha sido tan larga, ejecutada por un solo intérprete, sobre un mismo corpus e instrumento -en principio, monódico-, y que llegue a generar de principio a fin un silencio expectante

Nicolas Altstaedt, con su violonchelo durante un instante de su actuación en Sevilla ABC

Carlos Tarín

Es la primera vez que tenemos la oportunidad de ver y oír a un chelista encerrarse a solas con las '6 suites' de Bach . Al titánico esfuerzo, físico e intelectual, se sumaba la ausencia de descanso para el intérprete, que durante aproximadamente 2 horas y 10 minutos hizo sonar el corpus más imponente al que un chelista puede aspirar.

Acaso haya más de 200 grabaciones de las suites completas, que podrán parecer muchas, pero que no lo son tanto si consideramos cuántos son capaces de llegar a ellas, no sólo técnicamente, sino conceptualmente. Y sea porque no se conserva el autógrafo original de Bach o porque cada gran intérprete (subrayemos esto) las entiende de manera distinta, y porque más que errores de concepción debemos hablar de la intensidad con que cada músico llega al oyente , es por lo que cada una de ellas suena de manera diferente.

En el caso de Altstaedt , nos llegó del todo. Y nos parece que la sensación fue compartida: pocas veces una interpretación ha sido tan larga, ejecutada por un solo intérprete, sobre un mismo corpus e instrumento -en principio, monódico-, y que llegue a generar de principio a fin un silencio expectante.

Es verdad que el público del Femás (como el de la música de cámara) es muy respetuoso y que, como sostiene una gran aficionada, desde que usamos mascarillas no se tose en los conciertos, pero partiendo de esta base, que es igual para todas las actuaciones, el gran aplauso que el público dedicó durante esta interpretación fue el de su absoluto silencio (ya sabemos la imaginación de algunos cuando se aburren).

En las dos primeras suites, Altstaedt parecía querer resaltar el carácter dancístico y ligero de cada pieza , con un arco que acariciaba las cuerdas, galante incluso, como si el recortado Guadagnini apenas alcanzara mayor profundidad o bien se prefiese destacar un universo grácil y etéreo.

Pero a partir del preludio de la tercera suite donde, a pesar de la tonalidad luminosa, Altstaedt hendió las cerdas contra las cuerdas desde el inicio agudo hasta caer por toda la escala en el grave, como si diera por concluida la lectura amable de las danzas. También llevó en estas primeras suites un 'tempo' más rápido de lo que se suele, especialmente en las gigas. Ninguna es danza para bailarla, pero tampoco debieran perder su carácter por dar rienda suelta a esos chelistas de dedos ágiles que culminan cada una de ellas buscando el aplauso.

No es esa la sensación que el joven músico franco-aleman nos dio: el principal peligro que tiene esta lectura es dejar que corran las notas como piedras por una ladera, con tal de que se precipiten como un alud; sin embargo, las frases seguían sonando con sentido, organizaba puntos de reposo en cada 'clímax', articulaba las notas en medio de la vorágine…

Llegó la 'Quinta' suite, y la 'scordatura' sólo quedó en la anécdota, porque él tocaba como si la cuerda La no hubiese cambiado a Sol . Por cierto, no tocó de memoria, pero su juventud le llevó a recurrir a una tablet en pequeño atril colocada en el suelo, pasando las hojas con una suerte 'pedal' (con el pie), ya que hizo toda la actuación con unos calcetines negros.

Para la 'Sexta' sacó un chelo de cinco cuerdas, 'piccolo' (al despedirse lo hizo con un chelo en cada mano, y pudimos ver la diferencia con el, por otra parte, también más pequeño de lo habitual) y era este un instrumento bastante distinto: el equilibrio del Guadagnini , que hasta las cuerdas interiores, por lo general de sonido más oscuro, mantenían el color, sin embargo aquí la zona más aguda sonaba algo más destemplada, es de imaginar que por las cuerdas, pero a la vez parecía costarle más trabajo doblegarlas, lejos de la ingravidez anterior.

Pues aun así, toda la difícil suite, y especialmente la giga final, casi de melodía acórdica -donde es más fácil que alguna cuerda se quede atrás-, sonó increíblemente bien. Bueno, pues todavía hizo un bis, y se le hubiera insistido hubiera seguido tocando.

FeMÀS 2021. Programa: 'Suites para violonchelo solo'. Obras de J. S. Bach. Intérpretes: Nicolas Altstaedt, violonchelo. Lugar: Sala Turina. Fecha: 13/03/2021.*****

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