CULTURA
«Mi intención es hacer más íntimas aquellas experiencias que en un principio consideraríamos universales»
Irene Reyes-Noguerol ha presentado su tercer libro de cuentos, 'Alcaravea', en la Fundación Carlos Edmundo de Ory este sábado
Las letras de Irene Reyes-Noguerol prometen. La sevillana, con tan solo 23 años, fue destacada en la lista de los 25 mejores escritores jóvenes en español de la reconocida revista 'Granta'. Y nada le para, porque para ella la literatura es una forma de reivindicar todos y cada unos de los sentimientos.
Hace poco, nació su tercer libro, 'Alcaravea', y los invitados que han asistido este sábado a la Fundación Carlos Edmundo de Ory han podido disfrutar de sus reflexiones. En esta obra, se dialoga con De Homero y sus otros dioses, donde la autora retomaba los mitos griegos y, sobre todo, sus protagonistas -Hermes, Héctor, Hera, Aquiles y Penélope- para profundizar en la humanidad sagrada de sus experiencias, pasiones y debilidades.
«He tenido mucha suerte de haber estado este sábado en la Fundación Carlos Edmundo de Ory. Además, Cádiz es un lugar al que yo le tengo mucho cariño, porque he estado aquí varias veces, una de ellas presentando mi anterior libro y la segunda en una conversación con otros narradores, así que me siento muy afortunada de tener la oportunidad de volver. Cádiz es una ciudad que a mí siempre me ha maravillado y donde siempre me encanta pasear», confiesa la autora.
Doce relatos en dos ejes
'Alcaravea' es una obra que lleva consigo doce relatos escritos en dos ejes. «Uno de ellos, que es el de la primera parte, está dedicado a personajes que han tenido relevancia histórica en el tiempo, como pueden ser Van Gogh, López de Vega y otros. Y es estos textos se cuentan sus historias desde una perspectiva cercana, íntima». Irene aclara que no ha querido verlos desde la distancia, «sino que he procurado aproximarlos a nuestras experiencias personales para que podamos entender cómo ellos podrían sentirse y de qué manera su experiencia puede equiparse también a nuestra sensibilidad».
Con respecto a la segunda parte del libro, trata temas que están más vinculados a lo que sería una especie de genealogía familiar a nivel literario. «Es decir, los textos que tratan de la vida de ciertos antepasados míos, una bisabuela, varios tíos-abuelos, aparecen también en esta segunda parte, y lo que he procurado hacer en este libro es que al lector le quedara la sensación de que la experiencia humana es absolutamente igual tanto para unos como para otros, es decir, que no por tener cierto reconocimiento histórico, cierta relevancia a nivel universal, lo que uno vive y lo que uno siente va a ser distinto a aquello que puede experimentar una persona cuya historia se ha considerado menor o cuya historia ni siquiera es conocida», asevera la joven escritora.
La intención del libro, de algún modo, era «universalizar las experiencias familiares y hacer más íntimas aquellas experiencias que en un principio consideraríamos universales». Sólo hay que escuchar a la autora para saber que le ha puesto al alma a todos y cada uno de los relatos escritos. En su voz se percibe.
Entre las intenciones de Irene al escribir, «siempre procuro que cuando escribo mis personajes sean lo más próximos a un ser humano posible, de modo que tengan los sentimientos que todos podemos experimentar; los miedos, las alegrías, las inseguridades, los odios, es decir, todo esto que compone lo que sería la experiencia humana de una manera total. Y por eso procuro también ponerme siempre en la piel de aquellas personas cuya historia me interesa contar. Me gusta mucho imaginar cuáles podrían ser sus reflexiones, qué podrían sentir en determinados momentos. Especialmente me resulta interesante ahondar en ciertos instantes determinantes en la vida de un personaje y a partir de ahí abrir una especie de vía de exploración de toda su sentimentalidad a través de la palabra».
Y por esta razón por la que la escritora hace tanto hincapié en que no le gustan los extremos, ni el blanco ni el negro. «Me gusta la zona de indeterminación, esta zona de grises que aparece mencionada varias veces en el libro y donde se entiende que un mismo hecho puede tener diferentes visiones o distintas perspectivas. Creo que también entiendo así la construcción de los personajes en toda su complejidad, comprendiendo que no deben ser marionetas, sino que deben intentar dar cuenta de toda la complejidad que conforma esa humanidad que nos equipara a todos».
Leer para conformar una visión propia
Reyes-Noguerol aborda también los inicios como escritora, que no son fáciles en ningún sector. Como profesora de Lengua y Literatura explica que «siempre recomiendo, por ejemplo, a mis alumnos, que lean mucho, sobre todo porque yo creo que los grandes escritores se conforman a base de muchísimas lecturas, es decir, de cientos de textos que uno ha podido ir leyendo a lo largo de su vida, y que se han dado cuenta de distintas tendencias corrientes, épocas literarias, y que permiten finalmente conformar una visión propia».
«Por otro lado, recomiendo no darse por vencido. En la vida nos vamos a encontrar muchísimas veces con negativas, nos van a decir que no en numerosísimas ocasiones, pero creo que lo importante está en perseverar, en seguir ahí, en continuar escribiendo, en no darse por vencido, porque siempre va a llegar un momento en el que alguna persona nos diga sí», aconseja Irene.
La escritora le da mucha importancia a las editoriales pues «en los principios, además, esas personas suelen estar más vinculadas a editoriales independientes, que siempre aconsejo yo a aquellas personas jóvenes que están comenzando a escribir, porque este tipo de editoriales tiene el grandísimo mérito de sacar a la luz, de sacar a la luz las voces de estas personas que aún no han tenido la oportunidad de tener presencia en el mundo editorial», concluye la editora sevillana que vuelve a dejar huella en la capital gaditana.