CULTURA

«Necesitamos que las inteligencias artificiales sean inclusivas y justas»

Cristina Aranda presenta su libro 'Vidas futuras' el próximo 11 de diciembre en la Fundación Cajasol de Cádiz, donde abordará la IA como una herramienta más de progreso

Cristina Aranda, autora del libro 'Vidas futuras'. L.V.
Esther Macías

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La filóloga y lingüista Cristina Aranda ha publicado 'Vidas futuras', un libro que ofrece una visión inspiradora de la convivencia con las Inteligencias Artificiales y que ayuda a comprender el futuro inmediato, sus retos y oportunidades. Además, se puede descubrir cómo gestionar las interacciones entre las personas y cómo no hay que tener miedo a esta nueva tecnología.

El próximo día 11 de diciembre a las 19:00 horas la escritora estará en la Fundación Cajasol de Cádiz para abordar la IA como una herramienta más de progreso. «Hay que tratar de entenderla como lo es la electricidad, el tren de alta velocidad o la llave allen. Solo hacen falta mentes diversas con buenas ideas y buen corazón que diseñen, desarrollen y lancen productos y soluciones con un impacto positivo en la sociedad», introduce.

- ¿Qué se encuentra en 'Vidas futuras'?

- Esta idea surge a petición de la editorial, lo pide para que cuente la inteligencia artificial a todos los públicos, sea cual sea su conocimiento o su experiencia con ella, ya sean desde cero a cien. Básicamente la escribo para que la gente pierda el miedo y también para que aprendan lo que esta apasionante tecnología nos ofrece, porque es mucho.

Ya la utilizamos y la llevamos usando de forma silenciosa muchos años, tanto en la industria, en la aviación, cuando cogemos un tren de alta velocidad, pero también desde nuestros teléfonos móviles, cuando compartimos la geolocalización, las redes sociales, Whatsapp, todo.

- La IA tiene sus ventajas, pero también sus inconvenientes, ¿no?

- Las ventajas son que nos va a permitir trabajar de forma más ágil y vamos a tener más tiempo libre, porque pensemos en la calculadora. Nadie prescinde de la calculadora, pues estas guías, sobre todo guías generativas que se han abierto de forma masiva al público y que utilizando nuestro lenguaje natural podemos ya operar con estas inteligencias artificiales, cosa que antes tenía yo que saber programación. Para trabajar con estas inteligencias artificiales y ahora con nuestro lenguaje natural puedo hacer muchísimas cosas, desde vídeos, presentaciones, editar el folio en blanco.

Pero sus limitaciones son muchas, por ejemplo, a nivel lingüístico, pues son muy complacientes, inventan muchas cosas. Luego, también, no respetan la propiedad intelectual, por ejemplo, roban todo el conocimiento, pero no mencionan las fuentes.

Están muy sesgadas, les falta mucha calle, les falta esa información. Todo ese conocimiento que tenemos los hablantes, esa parte social. Y también tienen muchísimos sesgos, porque son entrenadas, sobre todo en estas guías generativas, por todo lo que encuentran por Internet, que está muy sesgado, es muy homofóbico, muy racista, muy machista, entonces se replican estos sesgos también a la hora de generar contenidos de cualquier tipo.

- ¿Y qué es lo que no se podrá conseguir jamás con la IA?

- El alma, el arte, el arte representado por personas y muchas más cosas. El cuidado, la interacción humana que tenemos. De hecho hay muchas profesiones que nunca las va a suplir una inteligencia artificial, como es el cuidado, las personas que saben vender, que rápidamente observan y que tienen esa inteligencia emocional o social de identificar a esa persona como es, y qué gustos tiene para saberles vender, no solamente saberles vender, también personas que intermedian entre otras personas.

Las máquinas nunca las van a hacer mejor que las personas indudablemente, e insisto, las máquinas a día de hoy hacen muy bien una tarea concreta y la hacen incluso mejor que las personas. Como por ejemplo la gestión documental que es muy grande, tedioso o la búsqueda de información, pero luego la forma de procesarla o la forma de aplicarla no es lo mismo, y obviamente las personas tenemos esa parte de alma, esa parte de movernos y conmovernos, cosa que las máquinas no van a llegar a hacer.

- ¿Cree que somos conscientes de todo ello?

- En vuestro caso, para los periodistas esto puede que sea también una limitación. Pero será para los periodistas mediocres, para las personas que no se esfuerzan en su trabajo o que no intentan ir a la calidad, que se conforman con lo que la IA les genera, entonces esas personas sí que tienen que estar preocupadas, las personas que van más allá y utilizan más de una inteligencia artificial, que mencionan fuentes, etc., pues ahí sí que puede aportar cosas positivas. Como persona que trabaja en la IA, voy a saber valorar si eso ha sido luego trabajado por una persona, de ahí que las personas que trabajamos, los especialistas en inteligencia artificial, decimos que es necesario que la IA se incorpore en todo el sistema educativo y en el entorno empresarial, pero también que vuelva la filosofía a las aulas.

Este mantra de la relevancia de las humanidades, de la vuelta a la filosofía en las aulas, lo repito mucho en vidas futuras, porque necesitamos espíritu crítico, tanto para distinguir las fake news, como para otros asuntos de esta importancia.

- Hay valores que incluye en el libro, como el trabajo, la salud, la educación, pero también resalta mucho la presencia de la mujer, ¿no?

- Necesitamos que las inteligencias artificiales sean inclusivas y justas. Que esos algoritmos se programen de forma justa, que no discriminen a la sociedad o parte de ella. Necesitamos diversidad tanto en los equipos de dirección, como en los equipos que están desarrollando esas inteligencias artificiales. Cuando hay que tomar decisiones, si no hay regulación, yo me autorregulo.

Por eso necesitamos la diversidad para que se incluya esta ética, se tome conciencia del impacto que se va a hacer en la sociedad.

- Si nos centramos en Siri, Alexa, son mujeres servidoras...

- Claro, exacto. Está altamente sesgado. En muchos eventos, si te fijas, los robots son mujeres...

- Cristina, ¿qué va a encontrarse el público en la Fundación Cajasol el próximo 11 de diciembre?

- Pues va a ser un rato muy agradable. Porque, además, estarán Ruth Falquina y Ángel Alonso, que son los componentes del Estado Latente. Ellos utilizan la Institución Artificial en sus campañas de creatividad, tanto de branding como de publicidad, marketing. Son un referente mundial y resulta que viven en Chiclana.

Son personas muy, muy expertas y que dominan determinadas áreas. Será un encuentro en el que todos aprenderemos de todos. ¡Y este asunto es muy importante para todos los ámbitos!

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