Música

Martirio: «La cultura enriquece, el ocio, sin ella, nos aborrega»

El 29 de agosto la artista onubense presenta en el ciclo Nocturama, en Sevilla, «Travesía» junto a su hijo Raúl Rodríguez

La artista onubense Martirio Isabel Permuy

Luis Ybarra Ramírez

Sus gafas no son únicamente de estrella, sino de visionaria. Por eso pudo predecir a través de ellas esta pandemia en el 88 con sus «Sevillanas de los bloques» . Los nervios: «Estoy atacá», la claustrofobia: «Estoy na más deseandito, riapitá, mira de coger la puerta», el teletrabajo: «Con mi chándal y mis tacones, arreglá pero informal», la rutina: «Ya no hacemos ná de ná sin el televisor», incluso el alborozo de las primeras salidas: «Nos vamos al hiper, que ole, nos vamos al hiper». Su vieja creación se viralizó durante el confinamiento y ahora llega, sin haberse ido nunca, junto a su hijo, el guitarrista Raúl Rodríguez, al ciclo Nocturama, en Sevilla, el 29 de agosto. Lo hace con la vista puesta en los recuerdos, con ganas de reencontrarse con el público tras cinco meses, conservando el paladar entre la sal de su Huelva natal y el repertorio de Chavela y Bola de Nieve, con ideas propias y renovadas, para vadear discos, degustar canciones y quedar estampada, mil colores sobre negro, en una noche de rock, sencillez y folclore.

Martirio para escuchar, así podría llamarse este concierto.

Durante estos meses he revisado mi obra, con tranquilidad, y me apetece reinterpretar cositas que la gente no me ha escuchado en directo. Sentado, con la distancia social y las mascarillas, el público está predispuesto a prestar mayor atención. A lo que no tiene calidad se le ve más el plumero.

Pop, rock, flamenco, copla, bolero, folclore... ¿Hay algún estilo que tenga todavía en el tintero?

Sí, el fado, pero me embarcaré en él en unos años.

«Con las nuevas medidas, el público está predispuesto a prestar más atención. A lo que no tiene calidad se le ve el plumero»

¿Qué música escucha en casa?

Lo que me pone: Chopin, los boleros, el jazz... Últimamente, lo que quiera el ipad, que se ha estropeado y hace su propio aleatorio como le da la gana, pero acertando. Es mi DJ personal. A veces le da por la zarzuela, a veces por Kiko Veneno.

¿Y música actual?

También: El Kanka, Mawi, que me encanta, María José Llergo, Silvia Pérez Cruz, La Tremendita, Chano Dominguez, con quien he hecho mi último disco. Gente muy diversa. Música muy heterogénea.

En ese último trabajo canta a Bola de Nieve. Pianista cubano de hondas letras, voz afable, influyente y a la vez desconocido.

Lo he hecho para descubrir este artista a la gente, como el productor Mario Pacheco hizo conmigo en Nuevos Medios. A Bola de Nieve lo comparo con Chavela Vargas, pues de ambos aprendí que hay que cantar con una sinceridad apabullante, sin artificio, sintiendo, sin necesidad de lucirse. Expresar, no impresionar. Además, grabar otra vez con el pianista y amigo Chano Domíguez, otro que nunca se ha vendido, que ha trabajado por amor e intuición, es un placer.

«Consuman cultura, porque necesitamos luz. Disfruten del arte en sí»

Siempre ha defendido la cultura. ¿Está esta industria enfocada en exceso al ocio?

La cultura te enriquece, te limpia. Hay músicas, letras, libros, programas, películas... que te hacen mejor persona, te hacen alumbrar mucho más, te vuelven más sabia y consciente. El ocio, sin cultura, te adocena y te aborrega. Cada uno que decida si quiere crecer o ir en manada.

Un libro que haya leído recientemente.

«La mujer singular y la ciudad», de Vivian Gornick.

Una película.

«José Martí: el ojo del canario». Cubana, poética, preciosa.

Un consejo para aliviarnos.

Consuman cultura, porque necesitamos luz. Yo trataré de aportar lo mío junto a mi hijo. Pero disfruten del arte en sí más que nunca.

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