La delicadeza y alta tensión lírica de Piotr Beczala llega este sábado al Teatro de la Maestranza de Sevilla

El tenor polaco opina sobre Domingo: «a nadie se le puede declarar culpable si no se presentan pruebas contra él»

Piotr Beczala ofrecerá un recital este sábado en Sevilla acompañado por la pianista Sarah Tysman ABC

Julio Bravo

Piotr Beczala (Czechowice-Dziedzice, Polonia, 1966) es uno de los grandes tenores líricos de nuestros días; basta ver los escenarios en los que canta normalmente para comprobarlo: Metropolitan Opera House de Nueva York, Ópera de Viena, Festival de Salzburgo, Ópera de Múnich, Deutsche Oper de Berlín, Liceo de Barcelona, Teatro Real de Madrid... Estos días se encuentra en España para ofrecer una serie de recitales acompañado por la pianista Sarah Tysman. Después de actuar en Valencia y La Coruña, este sábado a partir de las 20 horas canta en el Teatro de la Maestranza de Sevilla , el domingo 27 en el Auditorio de Zaragoza y el 1 de noviembre en el Auditori de Gerona.

Es inevitable, en estos momentos, empezar cualquier entrevista a un cantante de ópera preguntándole por su opinión del «caso Plácido Domingo» . «Coincidí con él este verano en Salzburgo en “Luisa Miller”, en su reaparición tras publicarse las acusaciones; naturalmente estaba afectado, pero fue muy profesional, y resultó maravilloso estar con él sobre el escenario: eso es lo más importante. Yo no sé lo que ocurrió en el pasado... No sé si es culpable o no lo es, pero a nadie se le puede declarar culpable si no se presentan pruebas contra él. Para ser sincero, no sé mucho más sobre este caso; no hablé de ello con Plácido porque es una situación muy dolorosa para él, para su familia y para todos los que le rodean. No tengo nada más que decir sobre este asunto».

El futuro

Después de casi treinta años de carrera profesional, la ópera se ha convertido para Beczala «en mi vida». Ahora se encuentra, asegura, en una posición en la que mucha gente le pregunta por «millones de cosas acerca del mundo de la ópera». Especialmente sobre su futuro. « Es algo que no me preocupa, porque es un arte que expresa emociones muy profundas. Alguien que descubra la ópera, bien sea un adolescente o un adulto, y tenga la suerte de asistir a una buena producción, se encontrará con un mundo maravilloso que podrá revivir durante toda su vida».

Hay una palabra clave para Beczala: «lo importante en la ópera es la calidad -asegura rotundo-: en la orquesta, en los directores, en los cantantes, en las producciones... Hay muchas soluciones, en este sentido, para los grandes títulos, incluso las versiones en concierto, porque algunas veces es mucho más interesante hacer algunas obras de esta manera. La ópera se puede presentar de mil maneras, porque al final de lo que se habla es de emociones; no hay otro arte en el mundo que las pueda transmitir del modo que lo hace la ópera».

Hace cincuenta años, un cantante de ópera no era más que eso, un cantante; hoy en día cada vez se le exigen más dotes de actor. El tenor se hace una pregunta: «¿Qué es la interpretación? No es algo muy definido; para algún director de escena actuar es cantar mientras salta sobre una sola pierna. Para mí eso no es actuar; para mí, actuar es transmitir la verdad del personaje que estás interpretando. Es estar en el personaje, no hacer lo que te pida cualquier director alocado; esto puede ser un tipo de interpretación, pero no está en mi vocabulario. Ahora se nos exige un mayor nivel de interpretación que hace setenta años, por ejemplo; ahora el equilibrio entre el canto y la actuación, la relación con el resto de los cantantes, son muy importantes. Y eso es muy bueno, salvo en las ocasiones en que lo que pide el director pueda destrozar mi canto, y no me permita cantar con la calidad que yo puedo hacerlo; contra ello yo lucho y lucharé siempre».

Añade Beczala que tiene el privilegio de cantar «solo los papeles que me gustan y rechazar los que no me gustan o no entiendo». Y añade que disfruta con los personajes basados en la gran literatura: Shakespeare, Schiller, Goethe... «Su nivel de profundidad es mucho mayor; en cada producción, en cada representación, encuentras algo nuevo...» Y un deseo en voz alta. «Quizás algún día llegue a cantar “Otello”, de Verdi, que es muy complejo».

Queda hablar del futuro: «En diciembre de este año cantaré por primera vez una ópera polaca, “Halka”, de Moniuszko; pero el próximo papel que incorporaré de una gran ópera de repertorio es el Radamés de “Aida”, que haré precisamente en España, en el Festival de Peralada; dos meses después iré al MET y lo cantaré también en el Teatro Real».

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