Peter Guralnick, el hombre vivo que más sabe de Elvis: «La idea que se tiene del Coronel Parker es falsa, él solo le protegió»

Libros del Kultrum publica su biografía en castellano en dos volúmenes, 'Último tren a Memphis: La construcción del mito', y 'Amores que matan: la destrucción del hombre'

Coronel Tom Parker, el mánager que exprimió a Elvis hasta su muerte

Elvis Presley el Coronel Tom Parker, durante un rodaje abc

Nacho Serrano

Madrid

La primera vez que Peter Guralnick escribió sobre Elvis Presley fue en 1969, cuando debutó en la revista 'Rolling Stone' con una crítica del disco 'From Elvis in Memphis'. Desde ese momento tecleó docenas de textos e investigó todo lo investigable sobre el Rey, hurgando más y más en su leyenda hasta que consideró que ya tenía lo necesario para publicar dos biografías ordenadas por orden cronológico, 'Last train to Memphis: The rise of Elvis Presley', en 1994, y 'Careless love: The unmaking of Elvis Presley', en 1999.

«Siempre hay algo más que decir, sobre cualquier persona. Depende completamente del ángulo de percepción. En otras palabras, si utilizara exactamente la misma investigación que utilicé en mi biografía, podría escribir un libro completamente diferente», dice el periodista y escritor, que ahora lanza los dos volúmenes juntos en castellano a través de Libros del Kultrum.

A través de innumerables testimonios directos, y siempre sin hacer juicios de valor, Guralnick desnuda al mito para someter a total exposición a un ser humano que, lejos de lo que se veía en el escenario, escondía una sensibilidad femenina cuyo análisis se convierte en una herramienta indispensable para desentrañar los enigmas de su éxito. «Creo que se sintió más cómodo con las mujeres desde una edad temprana, porque podía abrirse a ellas, no tenía miedo de exponer su vulnerabilidad», asegura el autor. «Puede verse en sus relaciones con todas las diferentes mujeres en su vida, comenzando, por supuesto, con su madre, Gladys, pero también con Dixie Locke, June Juanico, Priscilla Beaulieu, y en mi opinión también de Ann-Margret, Linda Thompson, Joyce Bova y Sheila Caan. Estas mujeres eran todas muy diferentes entre sí, todas tenían personalidades fuertes e independientes, pero buscó en cada una de ellas la oportunidad de compartir cosas que quizás no se hubiera sentido tan cómodo compartiendo con 'los chicos'».

Se explica así el «incalculable» sufrimiento que torturó a Elvis cuando murió su madre, un suceso que «alteró su vida para siempre y lo puso en una búsqueda de significado, que es el tema dominante de 'Careless Love'», explica Guralnick, que en ambos tomos despliega una argumentación aún más sorprendente en el caso de la relación del cantante con su manager, a quien pudo conocer en persona en los años noventa antes de que muriera dejando una leyenda negra que persiste a día de hoy. «Era brillante, un genio, y un verdadero devoto de Elvis. Ahora estoy trabajando en un libro analizando sus cartas, que son verdaderamente reveladoras, y creo que revertirán las ideas preconcebidas de cualquiera que las lea con una mente abierta. Toda su misión en los primeros diez años junto a Elvis fue protegerle y darle la oportunidad de expresarse musicalmente exactamente como él quería».

Pero, ¿y qué hay de la última etapa de Parker como representante de Presley, esa en la que supuestamente lo maltrató de muy diferentes formas? «Hay presunciones sobre Parker que son falsas», sentencia Guralnick. «Realmente no hay una manera fácil de resumir en pocas palabras cómo fue su relación, pero no se parecía en nada a la forma en que ha sido comúnmente aceptada. Era, en un sentido muy real, como un matrimonio que se ha estancado y en el que cada una de las partes está cansada de continuar en la dirección a la que se han acostumbrado, o tal vez en la que ambos se sentían encerrados. Como suele ocurrir, ninguno quería ser el primero en romper la relación».

La biografía de Guralnick está totalmente fundamentada en datos objetivos, nunca en rumores ni mucho menos en las controversias que éstos desataron, y tampoco se concentra en ese lado oscuro que tanto morbo despierta entre el público casual, explayándose en fragmentos más luminosos donde brilla el «anárquico» sentido del humor del intérprete de 'Jailhouse Rock'. «Le encantaban las películas de Monty Python, y también era un gran fan de Peter Sellers y el Goon Show. Amaba todo tipo de películas. Es una lástima que nunca consiguiese trabajar en una película al estilo de 'Dr. Strangelove' ('Teléfono Rojo, volamos hacia Moscú' en España), que era una de sus favoritas de todos los tiempos». Tal fue la obsesión de Elvis con la parodia apocalíptica, que en 1965 alquiló un cine de Memphis para poder verla todas las veces que quisiera sin molestias. Y ese mismo año, cuando Nixon le recibió en la Casa Blanca, el cantante recreó una de las escenas del filme ante el rostro atónito del presidente.

Más allá de lo que cuenta en sus libros, resulta tremendamente interesante abordar con Guralnick cuestiones de actualidad, como las acusaciones de racismo y expolio de la música negra que sobre Elvis han vertido estrellas como Chuck D de Public Enemy, Mary J. Blige o Quincy Jones. «No sé qué dijo exactamente Mary J. Blige, pero espero que haya recapacitado. Quien sí debería retractarse de sus declaraciones es Quincy Jones, estoy seguro de que él mismo lo sabe. Toda su carrera musical se ha basado en el crossover, en la síntesis musical, al igual que la carrera de su amigo de la infancia Ray Charles. Sam Cooke dijo una y otra vez que quería hacer música para todos, no solo para su propia comunidad o cualquier segmento de la población, y lo hizo. Elvis también. Respecto a Chuck D, creo que reconsideró y reformuló por completo su famoso alegato contra Elvis y ha dejado constancia de ello, haciendo un reconocimiento mucho más sofisticado, matizado y positivo de la inevitable mezcla de culturas en una sociedad pluralista».

Guralnick sabe que la cultura de la cancelación tiene temibles efectos retroactivos, y reconoce que «siempre ha existido de una forma u otra, y que proviene de diferentes direcciones en diferentes generaciones», pero cree que el fenómeno exacerbado que estamos viviendo en la actualidad «es propio de un momento particular en el tiempo», y también está convencido de que «el arte que se cancela hoy, acabará volviendo mañana». La obra de Elvis, dice con total convicción, «persistirá al igual que la de Ray Charles, Howlin' Wolf, Sister Rosetta Tharpe y Hank Williams, debido al poder intrínseco y atractivo de su música. Siempre existe el tira y afloja del momento, y surgirán diferentes problemas en diferentes épocas, pero aunque el arco de la justicia sobre el arte puede ser largo, ésta siempre prevalecerá. Y no pienses solo en Elvis, piensa en NWA, Tupac, en George Orwell, Ornette Coleman o John Donne».

El difícil arte de hagiografiar los mitos

En el currículum de Guralnick figuran biografías completísimas sobre el pionero del blues Robert Johnson, el rey del Soul Sam Cooke o el fundador de la discográfica Sun Records, Sam Phillips, y en todas sus investigaciones ha tenido que lidiar con el hecho irrefutable de que jamás se puede llegar a la verdad más profunda de artistas de un tiempo en el que no quedaba todo tan documentado como en la era de internet y las redes sociales. «La clave está en cruzar referencias, e inferir ciertas cosas de manera lógica», asegura. «Por ejemplo, una fecha es ciertamente buena como punto fijo de referencia, aunque no siempre, porque las fechas a veces se confunden. No puedes descartar todas las afirmaciones que engrandecen al artista, porque algunas de ellas son ciertas, pero siempre es bueno que alguien más cuente la misma historia, ¿Cuál es la procedencia de la declaración? ¿Cuándo y dónde apareció por primera vez, y cómo ha cambiado esa historia a lo largo de los años? Tienes que llevar a cabo una gran cantidad de escrutinio para tratar de determinar la verdad del asunto, pero al final tu juicio necesariamente se derivará más que nada de sumergirte en el mundo sobre el que estás escribiendo. Como ha escrito Richard Holmes, el biógrafo siempre busca una relación de confianza con su tema. Pero Holmes señala que siempre existe la posibilidad de que la confianza esté fuera de lugar: «La posibilidad de error», escribe, «es una constante en toda biografía»».

Con mil preguntas aún en la cabeza, despedimos a Guralnick preguntándole qué ha aprendido del ser humano escribiendo sobre sus mitos musicales. «No creo que se trate de explorar mitos musicales», responde por sorpresa. «Se trata mucho más de explorar valores, ideales democráticos y metas igualitarias a través de la individuación, o, como dijo Sam Phillips, del «individualismo extremo» en una sociedad pluralista, mientras que al mismo tiempo, y este es un pensamiento completamente diferente, contamos historias abiertas que sugieren situaciones imprevistas, con muchas posibilidades y que están pobladas por el tipo de personajes fascinantes que habitan algunas de las grandes novelas que todos hemos leído, o los cuentos de Chéjov o Alice Munro».

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