Pedro Lavirgen, el quinto tenor
Formó la élite española de la cuerda de tenor en los sesenta y setenta junto a Alfredo Kraus, Plácido Domingo, José Carreras y Jaume Aragall
En 1976, fue secuestrado en Caracas por el chófer que le llevaba al teatro; a los pocos minutos fue liberado al «tratarse de un error», según sus raptores
«He vivido como un asceta»
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La alineación de tenores que la ópera española presentaba en los años sesenta, setenta y ochenta del pasado siglo presentaba nombres tan ilustres como los de Alfredo Kraus, Plácido Domingo, José Carreras, Jaume Aragall... Y Pedro Lavirgen. El cantante cordobés (nació en Bujalance el 31 de julio de 1930) brilló en el repertorio de tenor lírico-dramático ('Il trovatore', 'Aida', 'Carmen', 'Pagliacci', 'Turandot'...) con una voz vigorosa y enérgica, una vehemente y expresiva línea de canto y unos agudos fulgurantes, que le llevaron a cantar en los principales teatros de todo el mundo.
Pedro Lavirgen murió el domingo en Madrid a los 92 años. Hace tan solo un lustro que el Teatro Real -en cuyo escenario estuvo tan solo una vez, y cuando era sala de conciertos, no teatro de ópera - le dedicó sus funciones de 'Aida', uno de sus caballos de batalla. «'Aida' -dijo entonces el tenor cordobés- fue una de mis obras predilectas desde que tenía ocho o nueve años. Me la sabía de memoria antes incluso de aprender solfeo. Ha sido una obra emblemática para mí».
El que, según Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real, fue «uno de los tenores españoles más extraordinarios de su generación» debutó en la ópera precisamente con 'Aida' en el Teatro Bellas Artes de México. Ya desde niño había demostrado sus aptitudes musicales, pero un accidente sufrido cuando tenía siete años le llevó a tener que estar ingresado durante otros tres en el Hospital de Hermanos de San Juan de Dios: allí descubrió el canto de la mano de Ladislao Senostaín, el párroco de su localidad natal, que formó un coro y le convirtió en solista. Tras terminar sus estudios y con el título de maestro nacional en el bolsillo, se trasladó a Madrid, donde alternó la enseñanza con la música. Ingresó en el Coro de Cámara de Radio Nacional (se le puede escuchar en el papel del primer cofrade en el número de la Cofradía de la Bulla en la grabación de 'Doña Francisquita' que protagonizó Alfredo Kraus).
Tras pasar por el Coro del Teatro de la Zarzuela, Pedro Lavirgen se formó con Miguel Barrosa. De su mano logró debutar en Zaragoza en 1959 como Jorge en 'Marina', de Arrieta. Tras varios años interpretando este repertorio, José Tamayo lo contrató como primer tenor en su Compañía Lírica Amadeo Vives (años más tarde participó a menudo en su conocida 'Antología de la Zarzuela', un género que siempre defendió el tenor).
En esos años, según él mismo revelaba en el Teatro Real en 2018, hizo audiciones para los teatros de ópera. «Siempre cantaba 'Celeste Aida' en ellas». Lo hizo en la Scala de Milán; «no me contrataron entonces, pero sí lo hizo el teatro Bellas Artes de México, precisamente para cantar 'Aida'; fue mi debut operístico». Antonieta Stella y Robert Merrill fueron sus compañeros de reparto de aquella función el 12 de septiembre de 1964.
Apenas dos meses después, Pedro Lavirgen debutó en el Liceo barcelonés -donde llegaría a cantar cerca de cien funciones a lo largo de diecinueve temporadas- con la ópera 'Carmen', cantada en italiano; el tenor la cantaría posteriormente en el original francés... y en español, en una versión de Fernando Quiñones que José Tamayo puso en escena en 1980 en la plaza de toros de Las Ventas. Fue la ópera que cantó en mayor número de ocasiones: 151.
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En los siguientes años se produjeron sus debuts en la Ópera de Viena, el Covent Garden londinense, la temporada de ópera del Teatro de la Zarzuela de Madrid, el Colón de Buenos Aires, el Metropolitan neoyorquino o la Scala de Milán (el 3 de febrero de 1976, con 'Aida' y al lado de Montserrat Caballé).
El 29 de abril de 1976, Pedro Lavirgen tenía que cantar 'Il trovatore' en el Teatro Municipal de Caracas pero, al igual que le pasara a Alfredo di Stefano unos años antes, fue secuestrado junto al director de orquesta Michelangelo Veltri y su esposa, Susi. Según sus captores, se trató de una equivocación y los tres fueron liberados.
Tras dejar los escenarios -su última ópera fue 'Carmen' en Córdoba y Murcia en 1990, y tres años después anunció su retirada durante un homenaje que se le tributó en Madrid-, creó en 1998 el Concurso Internacional 'Pedro Lavirgen' de Priego de Córdoba. También fue profesor en el Conservatorio Superior de Música de Madrid hasta 1995 y siguió su actividad docente, además de ofrecer, esporádicamente, recitales.