Muere Pansequito, una de las grandes leyendas del flamenco
El artista gaditano, cantaor de una escuela dorada del arte jondo, ha fallecido en Sevilla como consecuencia de un tumor
Ha muerto el loco del cante como si estuviese cantando su propia letra. «A mí me llaman el loco», decía José Cortés Jiménez por bulerías. Pansequito del Puerto, leyenda del flamenco, se ha ido este viernes en Sevilla tras padecer un tumor cerebral. Casado con la cantaora Aurora Vargas y padre de tres hijos, el maestro ha sido una de las grandes leyendas del cante de la segunda mitad del siglo XX, época dorada del flamenco. Nació en la Línea de la Concepción, donde desde su juventud trabó amistad con Camarón, pero siendo aún un niño se trasladó a Sevilla siguiendo los pasos de su padre, que tenía un negocio relacionado con el textil. Pero Panseco nunca perdió los vientos del Estrecho en su manera de cantar. En el Concurso Nacional de Córdoba tuvieron que inventarse un premio especial para él, el de la Creatividad, porque su personalidad tan revolucionaria no se adaptaba a ninguna categoría.
Con éxitos como 'Tápame' se encumbró en la radiofórmula española y desde sus inicios cantando para el baile y en los tablaos de Madrid ha sido considerado una figura. José era autor de sus propias letras y adaptó los cantes más clásicos a su estilo personal, que ha dejado discípulos de la talla de Antonio Reyes, Rancapino Hijo o Israel Fernández.

Durante muchos años encabezó los principales carteles del flamenco junto con sus coetáneos Camarón, Lebrijano, Enrique Morente o Rancapino al tiempo que compartió escenario con Manolo Caracol, a quien idolatraba, Antonio Mairena, la Fernanda de Utrera, la Paquera de Jerez y tantos otros grandes de la historia. Con Panseco, que ha muerto con 77 años, se acaba definitivamente una época del flamenco que puso a este arte en los grandes teatros de todo el mundo.