Madonna, «afortunada de estar viva» cuando se cumplen 40 años del álbum que la encumbró al éxito y las polémicas
La cantante ha compartido un mensaje de agradecimiento a su familia tras su hospitalización coincidiendo con el cuadragésimo aniversario de su primer disco
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
A punto de completar 65 vueltas alrededor del sol (cumple años el 16 de agosto), Madonna está agradecida a la vida. Por todos sus éxitos profesionales, pero sobre todo por los personales. Su familia ha sido su mayor apoyo en sus horas más oscuras, ... durante su ingreso en la unidad de cuidados intensivos de un hospital neoyorquino tras ser hallada inconsciente en su casa. Y ha querido verbalizarlo con un mensaje compartido en sus redes sociales en el que asegura sentirse «afortunada por estar viva».
«El amor de la familia y los amigos es la mejor medicina», escribe la Ciccone, que acompaña el texto con una foto de ella abrazando a uno de sus hijos, David Banda Ritchie. «Después de un mes fuera del hospital, puedo reflexionar. Como madre, realmente puedes quedar atrapada en las necesidades de tus hijos y en una generosidad aparentemente interminable, pero cuando se ha visto la otra cara de la moneda, mis hijos han estado ahí para ayudarme. Vi un lado de ellos que nunca había visto antes. Eso marcó la diferencia».
La cantante ha acompañado la publicación con otras dos imágenes, una junto a su hija Lourdes León y otra en la que muestra un regalo de su representante, Guy Oseary: una Polaroid tomada por Andy Warhol, en la que se ve al artista Keith Haring con una chaqueta con la cara de Michael Jackson pintada. «Me he dado cuenta de lo afortunada que soy por estar viva, y de lo afortunada que soy por haber conocido a estas personas y a tantas otras que también se han ido. Gracias a todos mis ángeles, que me protegieron y me dejaron seguir aquí para terminar de hacer mi trabajo».
El emotivo mensaje de cariño y agradecimiento ha coincidido con el cuadragésimo aniversario del lanzamiento de su primer disco, 'Madonna', una efeméride que ha celebrado subiendo a Instagram un vídeo en el que se la ve bailando uno de sus temas.
Aquel no fue un trabajo tan rompedor como los siguientes, pero con él ya quedaron demostradas las altas capacidades de resiliencia de la artista de Bay City (Michigan). Al empezar a grabarlo en los estudios Sigma Sound de Nueva York, casi nada le salió como ella quería. Su productor, un ejecutivo de Warner llamado Reggie Lucas, sobrecargó las canciones con demasiadas instrumentaciones para su gusto y acabaron teniendo tantas discusiones que rompieron su relación profesional antes de terminar el trabajo. Madonna se puso entonces en manos de John 'Jellybean' Benitez, un DJ de la discoteca Funhouse que remezcló toda la grabación siguiendo sus indicaciones hasta que quedó satisfecha.
Mientras tanto, su relación con su padre, Tony Ciccone, empeoraba por momentos. «Él nunca creyó que lo que yo estaba haciendo en Nueva York valiera la pena, ni que mis intenciones fueran buenas», confesaría en una entrevista con la revista 'Time'. Necesitaba que su álbum de debut fuera un rotundo éxito comercial para hacerle cambiar de parecer respecto a su decisión de ser cantante, pero un mes y medio después de su publicación, no pasaba del puesto 190 de las listas de ventas. Sin embargo, ella aguantó, esperó y confió. Y las tornas fueron cambiando poco a poco.
Cada semana que pasaba, el disco subía un poquito más alto en los ránkings. Su padre empezó a reconocer el error de su falta de confianza, y ella se puso a grabar su siguiente álbum, el legendario'Like a Virgin'. Un mes antes de su salida, en octubre de 1984, 'Madonna' había llegado hasta el puesto número ocho y se habían vendido casi tres millones de copias (hoy ya superan los diez). Para entonces Madonna ya era una megaestrella del pop, una diva del mundo del espectáculo a la que nada ni nadie podría derribar, pero que tuvo que lidiar constantemente con los golpes de unos y de otros.
En el verano de 1985, las revistas 'Penthouse' y 'Playboy' le dieron una puñalada por la espalda al publicar una serie de viejas fotografías tomadas en Nueva York en 1978 en las que aparecía completamente desnuda, y por las que había cobrado unos míseros 25 dólares. Pero ella se mantuvo firme, igual que haría siempre en el resto de su carrera.
En 1989 los grupos religiosos más radicales de Estados Unidos la declararon enemigo público por la quema de crucifijos en su videoclip de 'Like a prayer', y acabó perdiendo un contrato publicitario millonario con Pepsi. Un año después, la MTV censuró el vídeo de 'Justify My Love' por sus imágenes de erotismo bisexual, y en 1994 protagonizó uno de los momentos más tensos de la historia del programa de televisión de David Letterman, cuando le llamó «puto enfermo» en directo delante de millones de espectadores después de que éste le preguntara por su vida sexual.
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La controversia volvió a agitar las aguas en 2003, cuando se dio el famosísimo beso en la boca con Britney Spears en la gala de los premios VMA, y en 2006 volvió a estar en el punto de mira del fundamentalismo cristiano por aparecer crucificada en el escenario de su gira 'Confessions'. Pero siempre ha sabido salir al paso de las polémicas, reforzando una imagen rebelde que, si bien es más puro márketing que otra cosa, ha hecho de ella un mito fundamental de la historia de la música moderna que llega a la edad de la jubilación con el aura de diosa del pop intacta.
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