Viviane Hagner: «Un músico no ha de abandonar nunca el espíritu de juego»

La violinista alemana actúa hoy con su hermana Nicole en el Auditorio Nacional

La violinista Viviane Hagner T.-Scholz
Julio Bravo

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Viviane Hagner (Munich, 1977) es una de las más destacadas violinistas de la actualidad. Alumna de Pinchas Zukerman, ha tocado con las más prestigiosas orquestas como la Filarmónica de Berlín, la Sinfónica de Chicago, la Filarmónica de Nueva York o la Gewandhaus de Leipzig. Hoy tocará, con su hermana Nicole al piano, en el Auditorio Nacional , dentro del ciclo de La Filarmónica . En el programa, tres sonatas para violín y piano de Beethoven: la «Sonata en Mi bemol mayor, Op. 12 nº 3», la «Sonata nº 5 en Fa mayor, Op. 24, "Primavera"»; y la «Sonata nº 9 en La mayor Op. 47, "Kreutzer"».

Usted debutó a los 13 años bajo la batuta de Zubin Mehta. Imagino que tocar el violín era entonces para usted poco más que un juego. ¿Hay que mantener ese espíritu a lo largo de toda la carrera?

A medida que una va cumpliendo años, creo que es prácticamente inevitable perder cierta cantidad de la jovialidad que uno posee de niño. Al mismo tiempo, también pienso que los sentimientos de un niño pueden ser bastante profundos. El espíritu debería conservarse a medida que uno va evolucionando aunque el resultado, el sonido, sea diferente a medida que uno va creciendo.

¿Qué tiene de especial la sonata «Kreutzer», que va a tocar en Madrid?

Fue concebida como una Sonata concierto, tratando con la misma importancia piano y violín. Para mí, cada vez que la interpreto, es una experiencia muy intensa tanto física como emocionalmente.

¿Qué supone para usted tocar con su hermana? ¿Hay un entendimiento mayor o distinto con ella que con otros pianistas?

Mi hermana y yo crecimos interpretando música en diferentes combinaciones –mi hermana al violín y yo al piano, piano a cuatro manos, y por supuesto con mi hermana al piano y yo al violín, tal y como tocamos en Madrid–. Nos conocemos la una a la otra tan bien que hay una inmensa confianza entre nosotras cuando estamos en el escenario.

¿En qué repertorio se encuentra más cómoda, si es que hay alguno?

Decididamente aprecio muchísimo el gran repertorio para violín: Bach, Beethoven, Brahms... También me gustan piezas del siglo XX: Bartok, Shostakovich, Britten... Siempre agradezco mucho tener la oportunidad de interpretar una combinación de estas obras, entremezclando una o dos obras contemporáneas en un repertorio clásico.

¿Cuál cree que debe ser el compromiso de un instrumentista (en su caso, una violinista) con la música de nuestros días?

Creo necesario, así como muy interesante, conocer lo que se escribe hoy en día. También es para mí un reto encontrar tesoros entre las muchas piezas nuevas que se escriben.

¿Un violinista no debe abandonar nunca la música de cámara? ¿Qué le ofrece?

Personalmente no podría imaginar mi vida y la música sin la música da cámara. El repertorio es de una gran belleza e importancia. También creo que compositores como Beethoven o Mozart se expresan con mayor intimidad y de forma más personal cuando componen música de cámara. Por ejemplo, si me enfrento a un concierto para violín y orquesta de Beethoven, es para mí muy útil haber trabajado en profundidad varios de sus cuartetos de cuerda. Por otro lado creo que en la música de cámara hay una interacción muy estrecha entre los músicos, ayuda a desarrollar mejor el oído de cara a una partitura para orquesta con varias voces.

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