La tienda de discos más antigua de España busca dueño

Los propietarios de Oldies se jubilan y solo traspasarán el local (y su preciado stock) a quien se comprometa a mantener «el mismo espíritu»

La tienda valenciana Oldies ABC

Nacho Serrano

Dicen que uno nunca se jubila de sus pasiones. De ahí que resulte bastante normal no querer dejar un trabajo que también es tu hobby. «Pero en la vida tiene que haber de todo, incluido el merecido descanso», dice Vicente Fabuel, uno de los propietarios de Oldies , tienda de discos con cuarenta y tres años de vida ubicada en el centro de Valencia. Cierto es que hay alguna otra, como la madrileña Escridiscos, que le gana en antigüedad por cosa de unos meses. Por eso hay que matizar eso de 'la tienda más antigua' añadiendo las palabras «con los mismos dueños», como dice Fabuel, que estos días sigue recibiendo a «mucha gente interesada» en tomarle el relevo. «Nosotros pedimos 175.000 euros por el traspaso íntegro de la tienda, que cubre el valor de los discos que se van a quedar allí. El alquiler es estupendo, de unos 500 euros al mes en el centro de Valencia, gracias a que el propietario del local es una asociación cultural, que no te sube el precio como otros caseros».

La búsqueda de un digno heredero va bien, o incluso muy bien, desde que la noticia de su jubilación ha recibido atención mediática incluso en televisión. «Estamos muy sorprendidos con la de noticias que se han hecho sobre nosotros», dice Fabuel, que ahora mismo tiene tres candidatos serios. «No es que estemos haciendo un casting, dios nos libre (risas), pero sí buscamos cierto perfil y los tres cumplen lo más importante. Lo que queremos es que quien nos tome el relevo sea alguien tan trabajador como apasionado».

Los socios de Oldies comenzaron vendiendo discos en el rastro en los años setenta , y luego abrieron una papelería donde también ponían cajones con vinilos. «Yo en ese momento era cliente suyo, y también amigo por supuesto», recuerda Fabuel, que entró en el proyecto en 1987 ya en su ubicación actual en el número seis del Carrer de la Mare de Déu de Gràcia, donde han vivido de primera mano la evolución de la industria fonográfica. «El primer suceso que nos cambió la pauta fue la llegada del CD. No simpatizamos mucho con el formato, ni entonces ni ahora, y siempre hemos seguido con el vinilo. Sí es cierto que fue un formato muy económico que benefició mucho a todas las tiendas de discos, incluida la nuestra. Pero el vinilo nunca se fue de aquí».

Después, en los años 2000, llegó lo que en Oldies califican como 'el gran atraco': la creación de Napster, eMule y demás herramientas de descarga pirata. «Lo de la música gratis ha sido lo más terrible que le ha pasado a la cultura en las últimas décadas. A los artistas se les robó a mano armada y las tiendas de discos cayeron como moscas». Afortunadamente, el fuerte arraigo de Oldies entre los melómanos de la ciudad la salvó de la quema, tanto entonces como después, cuando llegó «la crisis de 2009» , y más tarde con la pandemia, en la que han «seguido vendiendo discos a buen ritmo», asegura Fabuel, «yo creo que porque la música nos sanaba el alma en los momentos más duros». Hace unos años también fueron testigos, cómo no, del 'revival' del vinilo. «Mucha gente se cansó del formato digital y empezó a comprar vinilos, y de pronto empezaron a pasarse por la tienda quinceañeros e gente incluso más joven, que estaba descubriendo el vinilo como si fuese una cosa de la Edad Media, una antigüedad que les fascinaba. Y a nosotros eso nos emocionaba, claro».

En Oldies siempre se ha trabajado con un amplio rango de estilos, desde blues a hip-hop, pasando por rock, garaje, soul, funk y casi todo lo que queda al margen del mainstream pop actual. « Lo que nos define es el respeto absoluto a nuestra clientela, con la que tratamos de mantener una relación casi de amistad, y el respeto a toda la cultura musical del siglo XX », describe Fabuel. «Tenemos clientes mayorcitos que entran sabiendo perfectamente lo que quieren, pero también chavales que entran con el móvil mirando una lista de los mejores discos de la historia del rock, para ver si encuentran alguno. Lo que movemos menos es cosas muy comerciales, como C. Tangana por poner un ejemplo. Cosas que son más pasto de grandes superficies».

El interior de Oldies Facebook

En estos más de cuarenta años, tanto Vicente como sus socios Carmen Arnal, Isabel Aguilar y Pepe Salvador han despachado auténticas joyas de coleccionismo, de esas que hasta duele venderlas. «Cuando de deshaces de un disco que ya no vas a volver a ver nunca en tu vida, da un cosquilleo especial. Por ejemplo, hace unos cinco años vendimos la edición originalísima del primer disco de Velvet Underground , con un diseño de artwork que tenía una imagen de un bailarín que luego se borró en posteriores ediciones. Cuando lo vendí, por unos mil euros, fue como una despedida». Cualquier coleccionista que esté leyendo esto sabrá que podría haber sacado bastante más, pero es que en Oldies «tenemos esa cosa que a algunos les parecerá muy tonta, que es la de meternos en la piel de nuestros clientes», dice Fabuel. «Por eso nunca nos pasamos con los precios aunque sepamos que podemos hacerlo». Y también por eso es tan importante y está llevando tanto tiempo encontrar a un digno heredero. Quien tome el relevo tendrá el honor de poder conservar la marca Oldies, pero deberá mantener «su espíritu».

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