Tequila: ¿El último adiós?
Se despidió el mítico grupo ayer de Madrid en el WiZink Center. La noche era la primera realmente fría del año, pero los rockeros se aseguraron de ponerle calor, mucho calor
Se despidió Tequila . La noche era la primera realmente fría del año, pero los rockeros se aseguraron de ponerle calor, mucho calor. Empezaron a toda pastilla con el 'Rock n’roll en la plaza del pueblo', hit de manual de los eléctricos argentinos. Después, 'Mira esa chica', con unos coros muy acertados de toda la banda. Es el primer triunfo apreciable de su directo: en el escenario hay 6 cantantes, algo efectivo y ligeramente inusual en bandas de su estilo.
Hicieron un fantástico homenaje después al maestro Charly García versionando 'Mr. Jones o Pequeña Semblanza de una Familia Tipo Americana', cuya letra es, sin duda, genial en el sentido más elevado de la palabra.
La propuesta de la banda es la del rock n’ roll más clásico: mucha guitarra, tres acordes y letras pegadizas. Hay quien podría pensar -arrogante- que es algo fácil de hacer... nada más lejos de la realidad. Lo sencillo y lo fácil se confunden con facilidad pero no es lo mismo saber hacer algo que hacerlo.
Cambio de tercio para 'El barco', un buen reggae en el que la banda demostró que tiene muchos recursos. Ariel Rot , inspirado, continuó con su recital con varios arreglos de mucha categoría y un buen solo.
Tocaron una de sus últimas composiciones, 'Yo quería ser normal', una buena canción muy efectiva para el directo que, de nuevo, mejora gracias a las muchas voces que la adornan. Momento después para saltar en 'Quiero Besarte', con su innegable toque disco sobre el que Alejo Stivel , cantante, compositor y sexagenario, se muestra muy en forma.
En este tipo de estilos, hijos y nietos del blues y los espirituales americanos, siempre hay que prestar atención a la batería. Ayer, Lucas Piedra estuvo espléndido, manejando todas las dinámicas de la banda y dando una masterclass de gusto y saber hacer.
Tras 'Qué pasa aquí???' Stivel cedió el escenario a su colega de las seis cuerdas. Ariel Rot dejó bonitas palabras de recuerdo hacia las miembros originales de la banda y todas las personas que les han acompañado en estos años de carrera antes de cantar 'Sábado a la noche', que empieza de maravilla en modo balada con algún acorde realmente interesante para convertirse en otro rock n’ roll más. Ese sería uno de los 'peros' que se le pueden poner a su propuesta: no descubre nada ni destaca por su variedad en lo que es una decisión estilística tomada a conciencia; no es por falta de conocimiento o nivel del personal.
'Yo era un animal', original de Stivel, nos dejó buenos detalles de Martín Laudecina, guitarrista todoterreno, con el slide. Su trabajo durante la noche, a la sombra de Rot por cuestiones de marketing, ayuda mucho a la banda. Es sólido, su sonido de Gibson es perfecto y cuando se le pide brillar, improvisa con brillantez. Más de lo mismo al teclado, donde Luis Prado le puso aroma Nueva Orleans al rock n’roll apoyándolo todo con mucho gusto. Mención especial también para David Salvador al bajo.
En 'Hace Calor', compuesta por Rot para Los Rodríguez, se unió al sexteto Dani Martín . El madrileño fue la única colaboración de la noche, cantando 'Nena' y 'Que el tiempo no te cambie' antes de que la banda empezara la traca final.
'Dime que me quieres', de nuevo beneficiada por voces y 'Me vuelvo Loco' pusieron fin al concierto antes de los bises, que concluyeron con la mítica 'Salta'.
Tequila se despidió ante un Wizink casi lleno en una noche que pareció de todo... menos un adiós . No había esa nostalgia en el aire ni ese temblor miedoso en las voces de los protagonistas. Quién sabe, igual les volvemos a ver sobre las tablas en un futuro próximo.