Exmiembros de SGAE denuncian un reparto irregular «millonario»
La sociedad de autores niega las acusaciones de SEDA, lo atribuye a una campaña de desprestigio y avisa de acciones legales
La Sociedad Española de Derechos de Autor (SEDA), la entidad de gestión de derechos de propiedad intelectual de músicos que se constituyó el año pasado descontenta con la labor que venía realizando SGAE, ha denunciado irregularidades de la sociedad de autores en el registro de obras y el reparto de los derechos de autor correspondientes. Las anomalías, denuncia SEDA, podrían traducirse en partidas asignadas de manera errónea entre los autores españoles de estilos como pop o rock y en el ingreso indebido por parte de la SGAE de millones de euros destinados a ingresos sociales de dueños sin identificar.
Su presidente, Patacho Recio , aseguró a ABC que las partidas del «cajón de sastre» de los ingresos sociales sin autor vinculado se dispararon hasta los 16 millones en los ejercicios de 2018 y 2019. En lugar de localizar a los verdaderos titulares y repartir el dinero de manera rigurosa, SGAE lo destina a incrementar el reparto de derechos entre sus socios y a cuadrar cuentas, denuncian. «Son cifras millonarias que la SGAE se embolsa directamente», dicen en un informe hecho a título particular, sin el aval de ninguna empresa auditora .
SEDA ha puesto en conocimiento del Ministerio de Cultura y la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores (CISAC) esta información recabada tras estudiar el repertorio de sus socios provenientes de SGAE. La sociedad de autores aseguró que cumple con todos los requisitos nacionales e internacionales, y que los procesos y procedimientos internos están monitorizados y aprobados por la CISAC, todos regulados por la Ley de Propiedad Intelectual. «Negamos rotundamente las acusaciones. Son afirmaciones que corresponden a un desconocimiento absoluto de la gestión de los derechos de autor, carecen de fundamento». La SGAE se reserva la posibilidad de entablar acciones jurídicas.
«Desprestigio»
Fuentes consultadas por este diario apuntan que estas informaciones han salido a la luz a dos días de la celebración de la asamblea ordinaria de la SGAE , una convocatoria que enervó al sector crítico por hacerse de manera telemática, ahora que las restricciones sociales por el coronavirus empiezan a remitir. Otras fuentes señalan que el plazo de captación de socios por parte de SEDA concluye en los próximos días y atribuyen la difusión el informe a una campaña de última hora.
A esto se refirió también la SGAE: «Estas acusaciones forman parte de una campaña de desprestigio con el fin de intentar captar autores hacia una entidad que carece de estructura para gestionar los derechos de autor. Llama la atención que las supuestas irregularidades datan de décadas atrás cuando algunos de los autores denunciantes formaban parte de los órganos de gobierno de la SGAE». SEDA asegura que las irregularidades datan de los años noventa, pero también de fechas más recientes.
En su nota remitida a los medios, SEDA dice haber apreciado irregularidades en al menos el diez por ciento de los registros de obras que han analizado de la SGAE . Los errores más llamativos se detectan en los casos en que la SGAE atribuía dos números de identificación (IPI) distintos a un mismo socio. Otra anomalía tiene que ver con los casos de autorías compartidas a partes iguales, sin que generen la misma cantidad de dinero.
Habría también errores en los popurrís, composiciones que integran fragmentos de canciones distintas. Sobre las IPI que no se corresponden con autores conocidos, la entidad excindida ha identificado 3.780 obras con la anotación de ‘Registro incompleto’, 9.970 en que se asignan derechos de autor a ‘Sin declarar’ y más de 200.000 obras con la referencia ‘Editor desconocido’. SEDA apunta que las cantidades asignadas a estas categorías sin identificar habrían ido a los ‘ingresos sociales’ en lugar de abonarse a sus auténticos titulares.