Los Rodríguez: 30 años de la epifanía de Ariel Rot viendo a los Stones

El 28 de septiembre de 1990, Andrés Calamaro aterrizó en Barajas y nació la mítica banda. «Sol y sombra», la nueva biografía oral de Kike Babas y Kike Turrón, recuerda la historia de aquel grupo hispano-argentino demasiado breve y que no tuvo un disco malo

Un soplo la vida, artículo de Andrés Calamaro sobre las tres décadas de Los Rodríguez

Los Rodríguez junto a los autores de la nueva biografía oral de la banda Isabel Permuy
Javier Villuendas

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El 28 de septiembre de hace 30 años, Ariel Rot y Julián Infante fueron parados por la Guardia Civil de camino a Barajas. Sus pintas los señalaron, demacrados «con los ojos en las manos». Iban a recoger al recién aterrizado Andrés Calamaro , todavía ignoto en nuestro país, y que dejaba atrás en Argentina una vida organizada, con su colección de discos, su pareja y su casa. Traía un teclado mágico. La Benemérita no les puso en problemas, y ese día fue notable para la música española: ese día nacieron Los Rodríguez . Y, ayer, tres décadas después, se presentó en la SGAE «Sol y sombra », biografía oral de Kike Babas y Kike Turrón , o sea su historia. La de un grupo hispano-argentino demasiado breve y que no tuvo un disco malo.

Al acto acudieron tanto Rot como el baterista Germán Vilella y el propio Calamaro. «Yo percibí que Ariel había tenido una epifanía viendo a los Rolling Stones … Y me encontraba en disposición de renunciar a todo y volver a nacer en Madrid, casi con 30 de edad. Me recuerda a la película brasileña “ Macunaima ”, que hay un bebé que nace con bigotes y que tiene 30 o 40 años», dice el artista argentino, que acudió con «bómber» y cresta, uniforme punk, y al que no podemos olvidar su reciente defensa del Emérito. «Viva el Rey. Los juancarlistas seguimos de pie», tuiteó el pasado 3 de agosto en plena polémica. «Vanguardia política», él mismo lo explica.

Por su parte, Vilella revela que no conocía a Calamaro ni su música, pero se fiaba del gusto del exTequila Ariel. De hecho, éste formó la banda con la condición de elegir al cantante. Porque Rot conocía bien a Andrés de Buenos Aires, habían tocado juntos incluso, así su visión triunfó: «En tres compases ensayando, ni siquiera cuatro, vi el talento del grupo. Y me dije: “Yo sigo con esto hasta el final”», dice el batería. «Para mí era fundamental que estuviera Andrés», apunta el muñidor. Calamaro menciona varias veces esa «visión» que tuvo el profeta Rot. Conclusión: una experiencia de seis años única y de enorme intensidad: «Podíamos discutir dos horas por un acorde », dice Ariel. « Es una buena razón para discutir », apunta Calamaro. «Seis años que fueron diez o doce», replica el guitarrista con una sonrisa.

En esta biografía oral hay sexo, droga y rock and roll, por supuesto, y nos la cuentan ellos mismos y también invitados de lujo como Enrique Bunbury , Raimundo Amador o Josele Santiago , que fluyen o chocan por diversos escenarios. Como los míticos locales de ensayo de Tablada 25 en Tetuán, donde también paraban Gabinete Caligari . «Un lugar casi místico», recuerda Rot, en donde les dejaban practicar gratis «porque tuvimos la suerte de aceptar muchos favores», dice Vilella, entre risas. «Tendría que ser un museo», sostienen por toda la memorabilia que se dejaron por allí todos estos grupos, también Almodóvar y McNamara . Otros decorados clave serían la noche malasañera de la posmovida y «El Rancho», la base en Chamberí que tenía Rot pagando alquiler antiguo y donde se alojaban varios Rodríguez. Había sido antes la peluquería de Ruphert . Calamaro saca la erudición callejera: «Rancho en Argentina es “vivienda humilde” o, en argot carcelario, cuando los presos se juntan en las comida». Pero era «un rancho de lujo». A la vez, y como contraste divertido, iban fatal de dinero.

«Unos Tequila reposados»

¿Por qué Los Rodríguez? Explica Calamaro en la parte de la biografía llamada «Un nombre raro»: «Lo de llamarnos Los Rodríguez fue más bien porque me enteré de que tenía una equivalencia social, en el cine… Una especie de leyenda urbana de perdedores». Ojo, el nombre no fue recibido entre ovaciones: «Nos encantó. Sin embargo, todo el mundo, todos nuestros amigos, lo odiaron ». Con esta marca de personalidad, como toda banda que se precie, Los Rodríguez renegaron y reniegan también de la etiqueta que les adjudicaron: «rock latino» . «Para mí eso es Santana , me encantaba y lo escuchaba mucho. Todas esas escalas melódicas venían de ahí y de lo que se oía en casa. Pero en ningún momento teníamos ni tenemos un concepto de rock latino», aborda rápido la cuestión Rot. «Creo que la industria se inventó aquel término para vender a grupos que salían como Maná u otros tantos», aporta Vilella. «O Los Lobos , superbanda», dice el teclista y cantante, aunque durante la charla se habla muchos de los Rolling Stones, Burning, Leño o los Allman Brothers . El autor de «Honestidad brutal» concreta : «Fuimos un Tequila reposados».

En la portada de «Sol y sombra» vemos a los ahora ya tres veteranos y al desaparecido Julián Infante desnudos tapándose con sus discos las partes pudendas, tal cual hiciera Albert Rivera para promocionar Ciudadanos pero antes estuvieron ellos inspirados en una portada de Red Hot Chilli Peppers. Salen esbeltos y melenudos. Y en la biografía hay un momento clave: « “Sin documentos” » fue un disco que cambió muchas cosas». Y volvemos al añorado Infante, a su muerte. Para Calamaro, el año 2000 hubiera sido un buen momento para recuperar a Los Rodríguez, pero ocurrió su pérdida. « Para mí personalmente reunirnos en el 2000 habría sido una auténtica salvación . Era un periodo en el que me hubiera hecho muy bien», confiesa.

Así, solo fueron seis años de crecimiento y esplendor, del 90 al 96, en donde comenzaron a la sombra conspiradora de los sueños apasionados hasta tocar el sol de actuar y arrasar en Las Ventas. «Como decía Janis Joplin , hicimos el amor con 25.000 personas y volvimos solos a casa», lanza Calamaro, bromeando a la vez porque, en realidad, vivían juntos. ¿Y cuál sería el escenario ideal para una futura reunión? « Me gustaría volver a Tablada , tres o cuatro personas, nada más. Sería un buen destino. Y empezar de cero », sigue el argentino. Sus «hermanos» asienten. « Los Rodríguez disfrutamos tanto de eso », apunta Rot, nostálgico.

Noticias relacionadas

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación