The New Raemon: «Siempre hay esperanza en mis canciones»

El cantautor catalán ha publicado en pleno confinamiento «Coplas del andar torcido», séptimo trabajo discográfico que define como el más personal a nivel sonoro y en el que reflexiona sobre la vida, la muerte y el paso del tiempo

Ramón Rodríguez Theneoraemon.com

Alejandro Escribano

Detrás del grupo The New Raemon se encuentra el catalán Ramón Rodríguez (Barcelona, 1.976), uno de los cantautores más respetados de la escena independiente española. En pleno confinamiento publica «Coplas del andar torcido» , séptimo trabajo discográfico que define como el más personal a nivel sonoro y en el que reflexiona sobre la vida, la muerte y el paso del tiempo.

- ¿Cómo está? ¿Qué tal está viviendo el confinamiento?

Pues mira tengo la suerte de estar en un pueblo y de que no me haya pillado en la ciudad, que creo que es mucho más agobiante. Además estoy aprovechando para leer bastante, desde los «Escritos» de Jacques Lacan a los «Cuadernos» de Cioran, pasando por «La rama dorada» de Frazer (risas). Estoy con esos tres «tochos» porque así tengo para rato (más risas). En cuanto a música estoy disfrutando de Joao Gilberto, que me relaja mucho. Aunque si te soy sincero tampoco estoy escuchando mucha música porque he empezado a hacer otro disco, obviamente a distancia, con David Cordero y Marc Ros. Para aprovechar que estamos aquí en casa, que si no se hacen las horas muy largas.

- Nuevo trabajo en el que destaca precisamente la labor de David Cordero.

Sí, es el primer disco en el que colaboro con él y su trabajo ha sido muy importante para la estética sonora del disco. En un disco en el que apenas hay guitarras eléctricas él ha generado toda una serie de paisajes sonoros con las pistas de guitarra, piano y voz que le han dado unidad a las 11 canciones. Son una serie de motivos sonoros, sobre todo una estética muy concreta, que hace que el disco suene bastante distinto a mis otros trabajos.

- ¿Cree que es su obra más personal?

Pues no lo sé. Bueno, todas lo son, porque, como muchos autores, al final lo que haces siempre es escribir de lo que tú conoces, desde la experiencia propia. Y aunque haya una parte que sea ficticia siempre está basada en tus propias experiencias o en cómo entiendes tú tu relación con el mundo, con la gente y con las cosas. Sí que creo que es la más personal sobre todo a nivel de sonido porque es lo que estoy intentando hacer desde hace muchos años, seguir haciendo mis cosas a mi manera. No presto mucha atención a lo que hacen otros compañeros porque no quiero que se me pegue nada de lo que hacen. No lo digo de manera peyorativa, pero quiero que mis discos suenen personales, no como los de los demás.

- « El árbol de la vida» es la canción del disco de la que más orgulloso se siente.

Efectivamente, es el tipo de canción que realmente me gusta y que no siempre consigues. Es una canción que no es un single al uso: larga, aparentemente muy sencilla, que va creciendo y que tiene una narrativa lírica muy ligada a la narrativa musical. Este tipo de canción me gusta mucho, de hecho la he compuesto varias veces en mi carrera. Al igual que «Orion’s belt» o «Devoción» tiene una cierta épica contenida, una épica bien entendida. Sabes qué pasa, que también en los últimos años en la música independiente se ha tendido mucho a la épica por la épica, a la broma por la broma. Y creo que la épica debe tener un sentido, una narrativa, una lógica, … si no, no es nada. No vamos a empezar la canción arriba como muchos grupos de los que escuchas las dos primeras canciones del disco o del concierto y ya lo has escuchado todo. A mí me gusta la dinámica, que esté justificada esa épica, si es que existe.

- En dicha canción afirma que «la vida quita, la vida dá» ¿qué cree que le ha dado y quitado la vida?

Esta pregunta es complicada, eh. Vamos a ver, tal y como yo entiendo la vida ésta no deja de depender de ti en la medida de lo posible… tú decides siempre, aunque tú no te des cuenta, con pequeñas decisiones que pueden afectar drásticamente a tu vida. De lo que la canción habla es de vivir las cosas en el momento, de no estar rememorando un pasado que ya no existe o de un futuro que tampoco existe. También me apetecía escribir una canción donde se hablara del viaje de la vida que conduce a la muerte, pero no como una cosa negativa, sino como algo que es un tabú. No nos enseñan a vivir siendo conscientes de ello sino que es algo que tenemos siempre ahí como un runrún y que, por ejemplo, aparece en tu vida cuando pierdes a un ser querido. Tienes que estar preparado para entenderlo de una forma positiva, no destructiva.

- Una canción llena de tristeza pero también de esperanza.

Claro, siempre hay esperanza en mis canciones. La esperanza es el leitmotiv de mis discos y de mis canciones. Lo que pasa es que en mis canciones a veces muestro conflictos porque quiero resolverlos. Lo que hago es no esconder los grises de las cosas, esos matices, no? Porque las cosas no son blancas ni negras. Ni cuando hay un malentendido entre dos personas ninguno de los dos tiene la razón, cada uno tiene su perspectiva y su forma de ver las cosas. No hay malos ni buenos en ese sentido.

- En «Ruido de explosiones» afirma que «ya cumplidos los 43, todo parece reducirse a levantarse, acostarse, sentarse a trabajar». ¿Ve así la existencia?

No es la existencia sino el sistema el que veo así. Un sistema del cual formamos parte y del que no podemos salir. Bueno, ahora con toda esta crisis del coronavirus el sistema puede cambiar, incluso empeorar. Eso ya dependerá de nosotros. Es como una cita de Francisco Umbral que decía que «a lo mejor en la vida no hay grandes cosas». Y nos pasamos la vida buscándolas y a lo mejor no las hay (risas).

- Todo esto era antes del coronavirus. Ahora va a ser peor: «levantarse, buscar trabajo si lo hay, y acostarse».

O arrodillarse. Aunque dentro de lo malo siempre intento buscar la parte positiva de las cosas, porque siempre la hay. Siempre hay un equilibrio entre infortunio y fortuna, y algo bueno tiene que salir de aquí. Si no apaga y vámonos.

- ¿Cómo lleva el paso del tiempo?

Notas cambios en tu cuerpo, notas señales que te llevan a entender que te vas acercando al otoño de la vida (risas), pero en general llevo bien envejecer. Curiosamente el otro día en Instagram colgué una foto no sé, de hace 9 años o así, una foto muy graciosa que encontré en el teléfono. Y entonces una persona que me sigue en esa red me preguntaba ¿Cómo has envejecido tanto? El típico comentario gratuito que te encuentras en las redes sociales. Y yo le respondí «Ostia, chica pues no sé (risas), ¿qué quieres que te conteste? ¿de vivir? (más risas) También es verdad que ahora la gente joven que ha crecido con esta tecnología tiene ahí un espejo muy perverso. Más que nunca. Siempre lo ha sido, todo este rollo de la estética y de los cuerpos, de la juventud y de la belleza. Eso es muy peligroso porque claro, eso no es la belleza, eso es una forma de mirar las cosas, la belleza es otra cosa. Y como soy de otra generación a mí todo esto me da un poco igual porque acepto la edad que tengo, tengo tres hijos, ya he vivido un rato, … y sinceramente no me preocupan estas cosas de la vida moderna porque también entiendo que ese mundo virtual no existe, es mentira. Mi vida, si me olvido del teléfono móvil y lo dejo por ahí, cambia radicalmente a mejor.

- ¿Cómo le está afectando la crisis del coronavirus?

A nivel laboral es un fastidio porque el disco tenía que haber salido al 24 de abril, en plena pandemia, y tanto a BMG como a mí no nos parecía bien publicarlo entonces por todo lo que estaba pasando. Y además coincide con que llevo ya un par de años madurando la idea de tocar menos, porque me gusta dar conciertos pero ya no tengo ganas de coger una furgoneta y de pegarme los tutes que me he pegado durante tantos años porque ya tengo una edad (risas). Estoy en otro momento de mi vida y quiero hacer conciertos pero a lo mejor solo 10 fechas bien hechas en teatros. Hacerlo bien, bonito, que la gente se lo pase bien y yo me lo pase bien también, ésa es mi idea. Y claro, toda esta crisis detiene un poco mis planes pero como estoy acostumbrado a ir solo con mi guitarra me puedo adaptar al engorro que supone tener que limitar las butacas por salud. Me preocupa más por otros compañeros que no pueden hacer esto. Esta pandemia afecta a todos los ciudadanos del mundo tengan el trabajo que tengan y la condición que tengan, no solo somos los músicos los que la vamos a sufrir, lo que pasa es que nuestro sector ya estaba muy tocado. Creo que lo vamos a notar bastante más que otros gremios pero sobre todo aquellos grupos que tenían grandes estructuras y movían grandes cantidades de gente y que ahora van a tener que reinventar sus recitales porque no sabemos cuándo volveremos a la antigua normalidad.

- No sé si ve factible los conciertos online.

Sí, lo único que yo no los entiendo como conciertos. Para mí un concierto es una cosa de proximidad donde tiene que haber un público presencial. El concierto online no es un directo, es como ver un vídeo, no? No sé, la verdad es que no me he planteado mucho cómo va a ser esto porque dentro de lo que cabe voy más o menos a poder adaptarme a la situación que sea pero a lo mejor tienes razón, a lo mejor crearán contenidos de pago, conciertos bien grabados en vídeo, conciertos On Demand, … creo que va a ser un poco así. Porque también es verdad que ver un concierto de un tipo grabándose con un móvil en su casa es un poco triste (risas). Te tiene que gustar muchísimo para verlo en esas condiciones.

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