Paul Anka sobre Michael Jackson: «Hay que separar la persona de las cosas enfermizas»

La leyenda viva visita España en julio con el espectáculo “Anka Sings Sinatra - His songs, My songs, My way!”

El cantante Paul Anka ABC

Nacho Serrano

En 1957, el propietario de una cadena de tiendas de discos revolucionó la incipiente industria de música en directo estadounidense con una idea rompedora: organizar la primera gira nacional de estrellas de la canción. La caravana de músicos, que recorrió casi una treintena de Estados (además de cinco ciudades canadienses) bajo el nombre de «The Biggest Show of Stars» , incluía a grandes figuras del momento como Buddy Holly and the Crickets, Fats Domino, Chuck Berry, Eddie Cochran, LaVern Baker o The Drifters. Pero entre aquella increíble fauna de proto-héroes y futuras deidades del rock and roll también destacaba un chavalín de dieciséis años llamado Paul Anka , que acababa de alzarse como uno de los primeros «teen-idols» de la historia del pop gracias al éxito de su primer single, «Diana» .

«Aprendí muchísimo aquellos meses. Pero sobre todo me lo pasé en grande, ¡imagínate las cosas que viví en aquel autobús, siendo un adolescente invitado a viajar con sus ídolos de la música!», recuerda el cantante más de seis décadas después. A punto de cumplir 78 años , el mítico «crooner» sigue «dando humildes pasos» en su carrera y nos visita este verano para presentar su espectáculo «Anka Sings Sinatra - His songs, My songs, My way!» en dos conciertos, en Gerona (el 13 de julio, dentro del Festival Castell de Peralada) y Madrid (el 15 de julio, en el Teatro Real dentro de Universal Music Festival) , en los que sonarán grandes clásicos propios además de otros que escribió para amigos como Buddy Holly («It doesn’t matter anymore» , título terriblemente profético, ya que dejaría de cantarla meses después al morir en su infausto accidente de avión), «My Way» (para Sinatra, a su vez basada en la canción francesa de 1967 «Comme d’habitude») o «She’s a Lady» (Tom Jones).

De usted se puede decir aquello de que «ha vivido». ¿Fue su educación la que le mantuvo siempre alejado de los excesos que suelen acechar en su oficio? ¿O simplemente su carácter?

Sí. Yo soy de Canadá, donde vivíamos a la sombra de Estados Unidos, como cualquier otro país (risas). A nivel cultural era otra nivel. En mi infancia, el respeto y el amor por la familia lo era todo y ellos supieron guiarme por el buen camino, de forma que cuando despegué mi carrera con quince años sabía qué debía hacer y qué no. Cuando empezó mi sueño, mi carrera, siempre supe que no habría nada que se interpusiera entre la música y yo . Sabía que el camino de la autodestrucción no era el bueno.

¿Cuándo se dio cuenta de que había sido un pionero de los «teen-idols»?

En 1957, empecé a ver a muchos jóvenes artistas blancos como yo que empezaban. Elvis vino primero. Pero antes habíamos tenido toda la «experiencia negra» , por llamarlo de alguna manera. Ellos empezaron con el «rythm and blues» y toda la música fundacional con la que crecí. Pero en 1957, comenzaron a nacer cosas nuevas, como el concepto de estrellato . En realidad se había creado tiempo antes con Frank Sinatra, pero a partir de 1957 se convirtió en el fenómeno que todos conocemos hoy en día. Luego, la segunda ola fue mucho más grande, cuando llegó la invasión de los Beatles.

Una vez dijo que aprendió mucho de este negocio con el «Rat Pack»: «Ellos me enseñaron que no pasa nada por fracasar. Te vuelves a levantaar y punto», mencióno usted.

Sí. Esa lección fue importantísima, y siempre intento transmitírsela a los nuevos artistas cuando me piden consejo. Es lo primero que le dije a Michael Bublé cuando lo conocí, por ejemplo. Le dije que se necesita conocer el fracaso para testar nuestro verdadero carácter, y para entender de verdad qué es el éxito. En esta profesión nadie nace perfecto, nadie nace tan sofisticado como se quiere hacer creer al público. Al público se le quiere hacer creer que hay personas que nacen siendo estrellas o genios y eso no es verdad. Al final, todos tenemos que pasar por los mismos procesos de aprendizaje, de ensayo y error. Los mejores fracasan muchas veces.

Ha hecho tantas cosas... ¿Hay algo que se le haya resistido?

Me siento bendecido y afortunado por todo lo que he podido hacer en la vida. Pero sí, hay algo. Una de ellas es un documental profundo sobre mi vida. De hecho, acabo de tener unas reuniones y parece que saldrá adelante y estará dividido en tres capítulos. Por otro lado, también estoy trabajando en la preparación de un musical de Broadway basado en mi repertorio .

Creo que escuchar la versión de «My Way», de Sid Vicious, fue un momento importante para usted.

Mucho, porque al escucharla por primera vez me horrorizó. Pero entonces investigué el asunto y descubrí que era una canción realmente importante para Sid, que lo hizo con toda la pasión, la sinceridad y el respeto del mundo. Entonces lo entendí: ese es precisamente el mensaje de la canción. Él lo hizo a su manera y desde entonces siempre que la escucho me parece una interpretación estupenda.

Su gira tiene mucho de homenaje a Sinatra, pero para desmitificar, ¿podría contarnos aquella vez que le saltaron los dientes en un casino de Las Vegas?

(Risas) Sinatra perdió los nervios porque había perdido todas sus fichas, y como había bebido un poquito (risas), aquello acabó de una forma muy verbal, por decirlo de alguna manera (risas). En un momento dado, Frank tiró la mesa de juego, en la que había un café que acabó yendo a parar a la chaqueta del jefe del casino, que tenía conexiones con la mafia. Se levantó y de pronto escuché un golpe y vi un diente de Frank volando por delante de mis narices. Fue algo increíblemente surrealista para alguien tan joven como yo.

También trabajó con Michael Jackson en «This is it». ¿Qué pensó ante las acusaciones de abusos sexuales?

Es muy perturbador, para serle sincero. Hay que separar el talento que tenía de las cosas enfermizas que quizá hizo , como hacen tantos miles de personas en el mundo. No lo sé, ¿en España se le desprecia, o se le sigue admirando? ¿Sería apropiado cantarla?

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