Entrevista

Paloma San Basilio: «Estoy en la etapa de no tener miedo a nada»

La cantante comienza una gira este martes, en Madrid, junto a Los Niños del Coro de Saint Marc, para presentar el disco «Voces para el alma»

Paloma San Basilio Ángel de Antonio

Pablo M. Pita

Algo especial tuvo que sentir Paloma San Basilio durante la gira del pasado año con Los Niños del Coro de Saint Marc para decidirse a salir de su retiro y no solo volver a la carretera con ellos, sino incluso grabar un disco, «Voces para el alma» .

De hecho, la cantante madrileña se encuentra más centrada en su nueva faceta de escritora: en 2014 publicó sus memorias bajo el título «La niña que bailaba bajo la lluvia», y ahora está terminando su primera novela. Aún así, grabó el álbum entre mayo y julio de este año en tres ciudades, Madrid, Lyon y Cádiz, y ahora se embarca en la gira de presentación, cuyas fechas son las siguiente: 8 diciembre, Madrid , Auditorio Nacional; 9 diciembre, Valencia , Palacio de Congresos; 11 diciembre, San Sebastián , Kursaal; 13 diciembre, Bilbao , Palacio Euskalduna; 17 diciembre, Alicante , Teatro Principal; y 18 diciembre, Vitoria , Teatro Principal

–¿Cómo se dejó convencer para entrar en este proyecto?

–Soy muy fácil, cuando algo me gusta y me motiva. Si no, soy muy difícil

–¿Y cómo fue el primer contacto con El Coro de Saint Marc?

–La idea fue hacer dos conciertos, y me pareció una experiencia interesante porque iba en una dirección totalmente opuesta a lo que yo acababa de hacer, que era una gira de cierre de un ciclo, de despedida de las grandes giras, de los grandes conciertos, con montaje y músicos, con coreografías. Esto que me proponían era la música en estado puro, recuperar el origen, volver a lo que realmente es el alma de la música, colocar tu voz al servicio de unas notas con una emoción, y viajar por ellas. Entonces me apeteció ver cómo funcionaba, y me gustó, porque es muy desnudo el escenario, prácticamente no hay nada, son esas voces y yo, y la capacidad que tenemos de generar emoción a través de la armonía de las voces. El resultado empezó a ser estupendo, salieron unos conciertos más, se propuso la idea del disco, y Sony se animó. Pero volver al estudio es algo que me daba mucha pereza, porque yo no soy muy de estudio, soy más de directo. Entonces me propusieron una serie de temas, y me di cuenta de que entrábamos en un terreno que a mí me gusta mucho, que es la música de mi generación, de los setenta, y los grandes temas de todos los tiempos. Me dejaron meter baza, elegir canciones. He estado bastante involucrada en todo, tanto en el concepto de cada canción, en estructuras, temáticas... y he cantado como realmente me apetecía, como me sentía en cada canción. Ha sido recuperar una parte de mí de hace mucho tiempo, pero desde ahora, que es mucho más gratificante y divertido.

–¿Está en momento en que disfruta de la música sin presión?

«El mercado está como está y todos lo sabemos. Si antes vendías lo que hoy es un Disco de Oro te echaban de la compañía»

–Es curioso, pero cuando empiezas, aunque eres muy tierna, hay mucha responsabilidad sobre ti, es un proyecto de vida. Yo empecé siendo mamá, con lo cual tenía ya una responsabilidad que asumir, tenía que sacar adelante esa familia, esa pequeña familia, y hay un momento en el que por todas partes te atacan, y cuando ya consigues, después de mucho tiempo y mucho recorrido, que ya es el momento de pasar a otra etapa... No significa que yo no quiera saber nada de la música, me ha dado tantas cosas que sería un acto de injusticia, pero sí disfrutar de la música de otra manera, incluso alternándola con otras actividades, como escribir, y la verdad es que no tienes presión alguna. El mercado está como está y todos los sabemos, lo que nosotros vendíamos antes ahora es inconcebible. Si vendías lo que hoy es un disco de oro a lo mejor te echaban de la compañía. Pero este «Voces para el alma» lo presentas, ves una reacción, y ves que ha llegado al número cuatro, habiendo artistas mucho mejor posicionados... esto es algo que confirma que uno no termina de saber nada, y sigue siendo una enorme sorpresa, y posiblemente, cuando menos presionas, es cuando las cosas fluyen de una manera mucho más natural y probablemente accedes con más facilidad a la atención de la gente y a su emoción, y eso es una enorme lección de humildad y un gran aprendizaje.

–¿Como fue la experiencia de notar las voces del coro de niños detrás?

–Muy emocionante, tremendo, parece que estás suspendida en un espacio vocal donde la música flota, tienes la sensación de que te estás elevando y que todas esas voces blancas, esos niños que tienen esa capacidad de armonizar y de afinar, te envuelven, te rodean, te abrazan, y tu voz se entrega a ellos, se funde con ellos. Aprendes a matizar de otra manera, a cantar con otros tonos, a buscar la dulzura de la voz para que no choque con la de ellos. Es un ejercicio vocal muy interesante y te demuestra, una vez más, que nunca acabas de saber casi nada, y que siempre hay un camino por recorrer, no importa el momento o el tiempo, siempre que estés dispuesto a hacerlo, lo que es tremendamente sano.

–¿Cómo le ha dado por ser escritora?

–Porque soy una lectora empedernida, y cuando lees mucho, llega un momento que te contagias, algo aprendes. Es como cuando me preguntan cómo aprendí a maquillarme, pues cuando veía lo que hacían con mi carita y yo decía «esto está bien», y me ponía a hacer lo mismo. De pronto te apetece jugar con las palabras, reinventarlas, y contar cosas de una forma distinta. Yo antes escribía cosas muy

«Siempre hay un camino por recorrer, no importa el momento o el tiempo en que te encuentres»

puntualmente. De pequeña me daba por escribir poesía, después me pedían algún artículo, y luego empecé a colaborar con el ABC digital, con el «Ciento volando» , durante un año y pico, con un artículo semanal, y aprendí a mirar, a encontrar constantemente cosas que merecen la pena contarse. Fue un ejercicio de pluma muy interesante, y con la autobiografía había empezado a escribir hace unos años. Cuando la terminé la editorial me dijo que tenía madera de novelista, y que por qué no escribía una novela. Yo tenía una historia en la cabeza desde hace tiempo, pero no es lo mismo escribir sobre una historia que ya te sabes a inventarte una de principio a fin, hasta que me di cuenta de que no, de que las historias se inventan solas, que tú simplemente tienes que ser un atento y fiel narrador, y bueno, la verdad que está a punto de terminarse. Estoy en la etapa de no tener miedo, de hacer las cosas que me gustan, desde el más absoluto respeto y humildad, sin pensar que de pronto soy algo que no he sido, y estoy aprendiendo constantemente.

–¿De qué va la novela?

–Es una historia familiar, coral, con bastantes personajes, que empieza en el 36, pero no es sobre la guerra, y avanza unas cuantas décadas hasta que la persona que narra lo que pasó decide cerrar el ciclo.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación