Pablo Alborán: «La reacción está siendo tibia, no sólo en Cultura»

Ha publicado una canción a beneficio de Unicef, y ha apoyado el proyecto de fabricación de respiradores «Andalucía Respira» junto a Antonio Banderas

Pablo Alborán ABC
Nacho Serrano

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A Pablo Alborán el confinamiento le pilló en casa de sus padres. Los primeros días estuvo como todos, en shock. «Como un conejo cuando le das las largas”, bromea el artista malagueño. Pero una vez superado el bloqueo inicial, y tras una conversación con una “buena amiga», se puso a componer y grabar una canción inédita en su habitación de la adolescencia. Así, como nacieron sus primeras canciones cuando empezaba como YouTuber, fue como Alborán dio a luz «Cuando Estés Aquí», un tema escrito para ser «el abrazo que no nos podemos dar ahora», y cuya recaudación (no sólo los derechos de autor y royalties de Pablo, también la parte que le corresponde a su sello Warner) irá destinada a Unicef - Emergencia Coronavirus.

—De todas las canciones que se han hecho últimamente sobre esta crisis, la suya tiene una de las mejores letras.

—Muchas gracias. He intentado transmitir ilusión, y lanzar un mensaje sobre los errores que hemos tenido como sociedad. Salió casi del tirón. Con las primeras noticias sobre la pandemia, yo estaba bastante desanimado. Pero en cuanto vi a la gente que se ponía a ayudar, cuando vi la solidaridad, la entrega de sanitarios y policías, me puse a escribir.

—La recaudación va para Unicef, ¿tuvo dudas de a quién entregársela?

—Hay que dudar de todo, también para este tipo de cosas. Hay que hacer las cosas bien informado, y ellos han demostrado una solvencia enorme con estas cosas. Además con esto quiero enfatizar que la solución no es local, es global.

—Antonio Banderas y usted han apoyado una iniciativa de la Universidad de Málaga, donando cien mil euros cada uno al proyecto «Andalucía Respira», que permitirá la fabricación de respiradores mecánicos para pacientes con COVID-19.

—Eso es un proyecto muy grande. Se ha dado a conocer hoy (por ayer), pero llevo un mes detrás de ello. Desde el minuto uno he querido colaborar de la forma que he podido. No encontraba la forma de ayudar de una forma clara, y eso me ha hecho pensar que tenemos que reflexionar sobre las burocracias y sobre los protocolos para estas cosas. A veces, ayudar cuesta más de lo que debería. Por eso llamé a Antonio Banderas, y me propuso este proyecto. Málaga tiene una universidad brutal, con instalaciones y técnicos buenísimos. Y hoy, por fin nos han aprobado la patente de los respiradores.

—¿Cómo es para usted ese momento del aplauso diario?

—Mis vecinos se van a enfadar conmigo, pero lo cierto es que los primeros días mi madre y yo éramos los únicos que aplaudíamos (risas). Pero sí, con los días se ha ido viendo cada vez más solidaridad. Aunque algunos digan que aplaudir es muy fácil, yo lo seguiré haciendo.

—Hay músicos que critican los conciertos online, que prefieren no sacar música estos días…

—Eso es muy subjetivo. Cuando empezó todo, a nivel creativo no me salía nada, e incluso pensé en quitarme de las redes sociales. Pero una buena amiga me dijo: “Pablo, olvídate de egos y de neuras, no es el momento. Ahora hay que estar, como sea. Aunque te sigan tres, esos tres están esperando que los abraces”. Todo el mundo está demostrando cosas buenas estos días, y los que tenemos suerte, tenemos que usarla. Porque hay gente que está muy mal en estos momentos.

—¿Qué aprenderemos de todo esto?

—Muchas cosas, espero. Vamos a tener que reflexionar sobre nuestra sanidad, nuestra educación y nuestra cultura. En este país se han hecho muchos recortes en los tres ámbitos, y ahora, aunque estén machacados, siguen estando al pie del cañón. Es el momento de reservar los mensajes de odio para otro momento. Tenemos que volver a confiar los unos en los otros, a nivel global te diría.

—Muchos artistas creen que la reacción del ministro de Cultura ha sido demasiado tibia.

—Ha sido tibia no solo en Cultura, sino en casi todo. A veces veo las comparecencias, y no me entero de nada. Y como yo habrá mucha gente. Pero por otro lado, no desespero. Si pido que confiemos, no voy a decir ahora que no confío yo mismo. Pero tendrá que haber un replanteamiento a nivel cultural, y en tantos otros sectores.

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