Obús: «Si hubiéramos tocado con Sherpa se hubiese liado muy gorda»

La banda celebra su 40º aniversario con un gran concierto este viernes en La Riviera, una cita que fue aplazada tras la polémica desatada por las declaraciones del ex Barón Rojo, que ya no será su telonero como estaba previsto inicialmente

Obús ABC

Nacho Serrano

El caso de Obús es una rareza absolutamente irrepetible en la música española. No sólo alcanzaron el estrellato con su primer disco, logro difícil si haces pop y auténtico milagro si tocas heavy metal, sino que además fueron número uno en los 40 Principales, un hito que les suena a broma a los melenudos de hoy en día. Fue un llegar y besar el santo que ni Rosalía: nada más salir su álbum de debut, 'Prepárate', su manager les organizó un concierto de presentación en el Pabellón Deportivo del Real Madrid que para sorpresa de Fortu y compañía, vendió todas las entradas y acabó convirtiéndose en una de las fechas más importantes en los anales del rock duro nacional. «Nosotros pensamos que el promotor estaba loco», dice el cantante burgalés. «El pabellón del Madrid era un sitio mítico en el que habíamos visto actuar a grandes bandas, y de repente ahí estábamos nosotros, con la gente vibrando a tope con nuestra música. El reventón que pegamos fue increíble, nadie se lo esperaba. Cantábamos aquello de 'prepárate, va a estallar el Obús', y vaya si estalló».

Su victoria en el festival Villa de Madrid, unos meses antes, fue el verdadero trampolín para unos músicos que, es de justicia recordarlo, llevaban ya una década picando piedra con otras bandas. El premio no sólo atrajo la atención del sello Chapa Discos, sino que también desencadenó un brutal efecto 'boca a boca' que copó las conversaciones entre heavies en las plazas de los barrios y en las barras de los bares . «Antes de salir el disco tocamos en el estadio del Rayo con Pata Negra, Bloque y otros grupos, y ya ahí la gente estaba a muerte con nosotros», recuerda el guitarrista Paco Laguna . «El público estaba sentado en las gradas, no había nadie en el césped, y en un momento dado Fortu saltó al campo y dio toda la vuelta al estadio cantando. Nunca olvidaré lo enloquecida que se puso la gente».

¿Cuál fue el secreto de aquella conexión tan instantánea? «Yo creo que el hecho de ser heavies y no cantar sobre dragones y espadas medievales influyó bastante», ríe Laguna. «La gente estaba deseosa de este tipo de música en ese momento, y si además de dársela con calidad, lo hacías con letras que hablaban de la calle y de lo que pasaba en el día a día, se identificaban contigo». Lo curioso, casi se podría decir que lo mágico, es que también conectaron inmediatamente con el público infantil (su actuación en un programa de TVE cantando 'Vamos muy bien borrachos como cubas' rodeados de chavales es un tesoro nacional) y el latinoamericano, diluyendo la frontera entre el grupo de música y el icono popular de la música cantada en castellano en una maniobra que posiblemente no hubiera podido ser ejecutada sin Tino Casal , que hizo una espectacular labor como productor de sus tres primeros discos. «Como músico era brutal, si no hubiera muerto podría haber llegado a unas cotas altísimas, pero como persona era incluso mejor», asegura Laguna. «Eso es totalmente cierto, se convirtió en un gran amigo», añade Fortu mientras señala una vitrina en la que guarda «como oro en paño» la cazadora que diseñó para él con motivo de aquel mítico concierto en el pabellón del Madrid. «Era tan humano, tan cariñoso, y nos enseñó tanto sobre el arte en general, que todavía sigue siendo un maestro para nosotros. Estamos enamorados de Tino Casal».

El final de la década de los ochenta les sentó, como al resto del heavy patrio, muy mal. Los poderes políticos dejaron de buscarles para hacerse la foto, y la presencia del género en la televisión se redujo a cero. «A mí personalmente me ofende y me jode lo que se hizo con la politización del heavy en aquella época , porque cuando dejó de interesarles la tarta se repartió de otra manera y se quedaron por el camino muchas bandas con una calidad impresionante», lamenta Fortu, que se siente «casi un privilegiado por poder seguir siendo un obrero del rock» cuarenta años después del nacimiento de Obús.

Este viernes, tras haber vivido mil aventuras que afortunadamente no les han pasado factura, el grupo celebra su cumpleaños con un gran concierto cuya fecha inicial tuvo que aplazarse por una polémica que trascendió la escena heavy. Posiblemente lo recuerden: su telonero Sherpa (líder de Los Barones) hizo unas declaraciones a este periódico ante su participación en un evento de VOX , que provocaron una oleada de críticas, y la sazón, el aplazamiento de la actuación a nueva fecha, ya sin el ex Barón Rojo en el cartel. «No estábamos de acuerdo con las cosas que dijo, y todo lo que pasó después hizo que el concierto se convirtiera casi en un mitin, así que decidimos cortar por lo sano», afirma Laguna. «Yo le quiero un montón», concluye Fortu. «Pero mezcló churras con merinas y perdió los papeles con el tema de ametrallar a los inmigrantes. Es un tema con el que estoy muy comprometido, porque pienso firmemente que las fronteras no deben servir para aislar a la gente que necesita emigrar porque no les queda otra si quieren sobrevivir. Sherpa seguirá siendo un amigo y un compañero, pero no podíamos tolerar mezclar ese tema con nuestro concierto. Lo sentí mucho por él, pero si hubiésemos tocado con él se hubiese liado una muy gorda».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación