La nueva canción francesa ostenta sus raíces negras e islámicas
Aya Nakamura e Yseult Onguenet, de origen africano, y Mennel Ibtissem, que profesó la religión musulmana, son las cantantes más populares del país
Por vez primera en la historia cultural de Francia, las tres cantantes más populares, en lengua francesa , en la escena nacional e internacional, son dos negras de rompe y rasga y una ex musulmana, cuya vida, «milagros» y adaptaciones del cancionero popular tradicional causan sensación. Hay muchos otros cantantes franceses, claro está. Pero Aya Nakamura (25 años), Yseult Onguenet (26 años) y Mennel Ibtissem (24 años) están cambiando de manera muy profunda los códigos tradicionales de la canción popular francesa, de una manera más radical, quizá, que la irrupción de la generación «ye ye» en los años 60 del siglo pasado.
Silvie Vartan, Johnny Hallyday, France Gall o Françoise Hardy , entre otros (as), rompían de manera espectacular contra la «vieja canción» francesa que habían encarnado de manera canónica Edith Piaf o Juliette Gréco . Medio siglo más tarde, una generación de raperos (masivamente negros), una generación muy hip hop y una emergente generación de artistas negros (as) dan un rostro inédito a la nueva canción francesa, introduciendo «rupturas» brutales, con frecuencia, que van de lo cultural a lo sexual.
Aya Nakamura nació en Bamako, Malí, pero se ha criado en Francia : es la cantante francesa más escuchada internacionalmente a través de Spotify y otros canales de streaming musical, al frente del movimiento «afro pop». Su primera canción, «Karma» (2014) consiguió un millón de visitas en YouTube en muy pocos meses. Siguió un rosario de triunfos a paso de carga: 13 millones de visitas con «Brisé». Con esos comienzos, se hizo famosa antes de publicar su primer disco, «Journal intime» (2017): disco de oro en pocos meses.
Un año más tarde, su segundo disco, «Nakamura», inició su carrera internacional. Fue el disco francés más vendido desde el legendario «Je ne regrette rien» de Édith Piaf, en 1961. A los 620 millones de visitas en YouTube siguió un rosario de premios y reconocimientos. El 2019, los BET Awards la consagró la mejor artista internacional. Durante la pandemia, Nakamura ha consolidado sus posiciones nacionales e internacionales. Su nueva canción, «Jolie Nana», lanzada en julio, consiguió 19 millones de oyentes en poco tiempo. Semanas más tarde, el primer clip de «Dousou» comenzó a arrasar en YouTube. A primeros de noviembre, su nuevo disco, «Aya», sigue arrasando: la cantante mejor situada en el ranking nacional, acaparado los puestos segundo y tercero…
Yseult Onguenet nació y creció en Quessy , un pueblo minúsculo al norte de París, en el seno de una familia africana muy modesta. Conocida como Yseult, simplemente, fue consagrada el 2013 como la nueva estrella de la canción francesa. A caballo entre varios estilos y escuelas, decidió lanzar un estilo propio que llamó «Y-Trap» hace apenas año y medio. Sus cinco primeros singles, «La Vague» (2014), «Bye, Bye, Bye» (2914), «Pour l’impossible» (2015), «Summer Love» (2015) y «Heart of Glass» (1017), «Brut» (2020) no han tenido el éxito multimillonario de Aya Nakamura. Pero varias de sus canciones han barrido de manera considerable. «Corps» (una obra más o menos autobiográfica) vendió millón y medio de copias en pocos meses. Yseult gusta retomar viejas canciones de autores como Charles Aznavour para interpretarlas a un «gusto mestizo».
Mennel Ibtissem (24 años) se crió en Besançon , en el seno de una familia franco siria, y fue, hace dos años, la primera francesa, musulmana, con velo, que se hizo célebre de la noche a la mañana, hace cuatro años, interpretando una versión personal de «Hallelujah» de Leonard Cohen, en un muy popular programa de variedades musicales, «La Voz». La irrupción de Mennel en la TV pública, con su velo musulmán, comenzó causando estupor. Y su confesión musulmana se transformó en una bomba de relojería. Dos años después, la cantante se ha separado de su esposo, musulmán practicante, ha abandonado el velo y vuelve a causar sensación con declaraciones de este tipo: «Terminé comprendiendo la gravedad del fanatismo religioso. Terminó cansándome el puesto de la mujer en la familia, sometida. Comencé confesando ser musulmana, sin darle importancia. Era la verdad. El comportamiento de mi ex terminó descubriéndome cosas que me horrorizaban. Me marché a los EE.UU. Y vuelvo a Francia para seguir mi carrera de cantante. Soy un espíritu libre. Preparo cosas con canciones francesas de siempre y de hoy».