Cien años de Frank Sinatra

El músico que supo reinventarse varias veces

El periodista José Ramón Pardo analiza el estilo y la carrera musical del cantante más importante del siglo XX

Frank Sinatra rodeado de fans en una imagen de 1943 ABC

JOSÉ RAMÓN PARDO

Dicen las biografías que Sinatra nació con un tímpano perforado por culpa del fórceps y de una comadrona inexperta. Eso fue hace exactamente cien años. En los siguientes ochenta y dos, que son los que vivió Francis Albert Sinatra , nadie echó en falta esos milímetros cuadrados de tímpano que podían faltar al que ha sido considerado como el mejor cantante de música popular del mundo.

Cuando uno se enfrenta a biografías tan repletas de éxitos como la de Frank Sinatra, la Voz por excelencia, tantas décadas de éxito en un mundo tan cambiante como es el de la canción popular, intenta explicarse como pudo sobrevivir a tantos formatos musicales como las listas de éxitos han reflejado desde aquellos cuarenta en que empezaba a cantar hasta los años 80 con sus ultimas giras mundiales con estadios repletos.

Cuando Frank Sinatra comenzaba a cantar, la figura indiscutible, y su modelo era Bing Crosby. Cualquier vocalista que intentara triunfar en el negocio de la música tenía que imitarle y Frankie no fue una excepción. Pero tocando con pequeños grupos -y luego con orquestas de baile- fue cambiando su estilo. Fue la banda de Tommy Dorsey la que modeló su forma de cantar. No parece normal que la mayor influencia en el estilo de un cantante fuera un trombonista, pero así sucedió y así lo reconoció el propio Sinatra. Parece que cuando empezaba a cantar, no tenía la potencia necesaria para atacar las primeras sílabas de cada verso ni manejaba con habilidad la respiración.

Y en eso, Dorsey era un maestro. Maestro del trombón, del fraseo, del racionamiento del aire de sus pulmones. Y fue inculcándole estos principios al joven cantante, que cuando dejó la orquesta se llevó con él a Axel Stordahl , arreglista de la big band y responsable de los discos de Sinatra en los años 40. Eran arreglos llenos de violines, cómodos colchones sonoros que hacían soñar a tantas y tantas estadounidenses que tenían a sus maridos en las trincheras de Europa y Asia y que veían en Sinatra al cantante capaz de enamorarlas. Pero los tiempos cambian y al acabar los años cuarenta aquellos arreglos y aquella forma de arropar la voz de Sinatra resultaba empalagosa.

El público buscaba otras emociones y tras una crisis de identidad, en el cine y la canción, Sinatra se reinventó por primera vez. Además de firmar por la Capitol, encontró a dos nuevos arreglistas que consolidarían su imagen y su sonido en los años 50. Eran Billy May y Nelson Riddle , reyes ambos del swing, una música que había servido de base a las big bands de los cuarenta, empezando por Benny Goodman y siguiendo por todos los demás. Con Frank Sinatra como cantante, inauguraron la era del swing vocal, algo inédito y en la que la voz y el estilo del todavía joven Sinatra se encontraba a gusto. Fueron los años del «Fly me to the moon», pero también de «Love is a tender trap», «All the way» o «Whitchcraft», canciones que se siguen oyendo con satisfacción sazonada de indudable admiración.

También cambiaron los cincuenta que marcaron el imperio de los jóvenes y del rock and roll. Frankie necesitaba otro cambio y esta vez lo capitaneó él mismo. Fundó su propio sello discográfico y empezó a hacer discos conceptuales, incluso desnudando su alma y contando sus dolores en sus canciones. Fue cuando grabó álbumes imperiales junto a orquestas como las de Duke Ellington o Count Basie o con autores como Antonio Carlos Jobim. Ya era su propio dueño y no tenía que demostrar nada a nadie. El nuevo Sinatra dominaba todos los estilos, Lo mismo cantaba temas ñoños como el «Something stupid» junto a su hija Nancy que grandiosos repasos a su vida como «It was a very good year» o el inmortal «My way».

El colofón glorioso a una carrera hecha de éxitos sonoros y fracasos silenciados. La historia de un chaval de Hoboken, hijo del jefe de bomberos del pueblo, que se convirtió en la máxima figura mundial de la música popular. Una historia que se refleja perfectamente en su canción «It was a very good year» . Un año realmente bueno. Tanto como todos los que Frank Sinatra nos regaló a todos los aficionados a la buena música.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación