Muere B. J. Thomas, la voz detrás de 'Raindrops Keep Fallin' On My Head'

El cantante, que ha fallecido a los 78 años, alcanzó el éxito en los sesenta con canciones como 'Hooked On a Feeling' y se entregó al gospel en los años ochenta

B. J. Thomas ABC

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Ni siquiera tenía que ser él, pero como pocas cosas hay más azarosas que la música pop, a Billy Joe Thomas, B. J. Thomas, se le recuerda hoy como el cantante de 'Raindrops Keep Fallin' On My Head' gracias a que Ray Stevens no estuvo demasiado espabilado y prefirió quedarse con 'Sunday Morning Coming Down'.

Que estén tarareando con ganas la primera mientras buscan en Google si la segunda no es la misma que cantaba Johnny Cash ( spoiler : sí, lo es) dice mucho de lo caprichoso del estrellato y de lo que una buena canción en el momento oportuno puede hacer por impulsar una carrera. A B. J. Thomas, por ejemplo, le bastó con cruzarse en el camino de Burt Bacharach y Hal David y pescar al vuelo la canción que habían compuesto para la banda sonora de 'Dos hombres y un destino' y que Ray Stevens dejó escapar porque, ay, llevaba mucho tiempo esperando que Kris Kristofferson le escribiese una canción.

Nacido en Oklahoma en 1942 y fallecido el sábado a causa de un cáncer de pulmón, Thomas empezó a cantar en la iglesia y en 1966 ya coqueteó con el éxito gracias a una versión gospel de 'I'm So Lonesome I Could Cry' de Hank Williams, pero fue 'Raindrops Keep Fallin' On My Head', Oscar a la Mejor Canción de 1970, la que obró el milagro. «Fue un disco excepcional. Tenía dicos que habían vendido un par de millones de copias, pero nada como 'Raindrops'. Fue la primera canción que tuve en todos los ámbitos: a los niños les encantó; a las personas mayores les encantó; a los adolescentes les encantó. Fue una de esas canciones excepcionales», reconocía Thomas en una entrevista.

Bisagra entre el country y el pop, su voz suave y delicada pasó le abrió las puertas del soft-rock y le permitió dejar huella en los setenta, década que le granjeó media decena de premios Grammy y le acercó al lado más oscuro del 'rock and roll way of life'. Fueron años de alcohol y drogas, excesos que trataría de compensar años más tarde entregándose de nuevo al gospel y convirtiéndose al cristianismo evangélico.

A finales de los ochenta su popularidad vivió una tenue remontada gracias a 'As Long as We Got Each Other', sintonía de la popular serie 'Los problemas crecen', pero nada que ver con al éxito de los sesenta, cuando encadenó el impacto de 'Raindrops Keep Fallin' On My Head' con el de 'Hooked on a Feeling', canción que grabó en 1968. Alejado del circuito del pop, Thomas dedicó los últimos años de su vida a las canciones navideñas y religiosas hasta que en 2013 regresó 'The Living Room Sessions', recreación de sus viejos éxitos junto a gente como Lyle Lovett, Vince Gill y Keb 'Mo.

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