Música
Mike Oldfield: «En la música moderna todo es tecnología y mentiras»
El guitarrista británico vuelve a sus orígenes con el disco «Return To Ommadawn», que entró directo al número uno en la lista de ventas española
![Mike Oldfield, en su casa de Nassau](https://s3.abcstatics.com/media/cultura/2017/02/14/mikeoldfield2-1440x808-kI3E--620x349@abc.jpg)
A principios de febrero, un viejo veterano dio la sorpresa desbancando a Melendi del número uno en las listas de ventas tras cinco semanas de dominio indiscutible. Fue nada más y nada menos que el legendario Mike Oldfield , que ha dado con la tecla para la satisfacción de sus fans volviendo a sus orígenes, a los tiempos de «Ommadawn» (1975), el tercero de una trilogía de clásicos –«Tubular Bells» (73), «Hergest Ridge» (74)– que fusionaron el rock, la música clásica, e incluso antes de que se acuñasen, la new age y la world music.
Compuesto, interpretado, mezclado y producido por Oldfield en el estudio de su casa en Las Bahamas, «Return To Ommadawn» es un álbum dividido en dos largos actos, centrado en el sonido acústico de los 22 instrumentos (entre los que se incluyen mandolina, guitarras, contrabajo, bodhrán, tambores africanos y flauta irlandesa) que él mismo ha interpretado. Con la emoción de las grandes ocasiones, llamamos a su hogar en la capital del país caribeño, Nassau, para que nos cuente cómo ha sido este regreso a sus raíces.
¿Quién hizo la portada? Es muy tolkienesca.
Sí, me alegra que le veas ese punto. La inspiración vino de «Juego de Tronos». También pregunté por el tema de la portada en Facebook y la gente volcó un montón de ideas, algunas realmente buenas. Pero al final quise plasmar una imagen que fuera todo lo contrario al lugar donde vivo, con nieve y montañas, y me vino la imagen a la cabeza después de ver varios capítulos de la serie de un tirón. Le propuse la idea a uno de los diseñadores de mi compañía y todo pareció encajar muy bien.
¿Le gustaría presentar el disco en directo?
No, de ninguna manera. Necesitaría unas veinte copias de mí mismo (risas).
Pero podría hacerlo con una orquesta dirigida por usted.
Mmm... Es una idea, pero creo que sólo estaría dispuesto a hacerlo con la Orquesta Sinfónica de Euskadi, como aquella vez que presenté «Music of the Spheres» en el Museo Guggenheim hace ya casi diez años. Fue una maravilla.
Lo sé, tuve la suerte de estar allí.
¿De verdad? ¡Increíble! Fue una de las mejores cosas que he hecho en mi vida. Quizá podría hacer un concierto a través de internet, con ellos tocando en el Guggenheim y yo participando desde mi casa, a través de una pantalla. No me apetece mucho salir de aquí (risas).
Termino con una pregunta incómoda. ¿Cree que después de aquella trilogía de lo setenta perdió la perspectiva como artista?
Sí, porque el mundillo de la música se volvió en contra de mi forma de hacer música. En la industria empezaron a aparecer tipejos malencarados, muy agresivos y sin sensibilidad, y pensé que el mundo se había vuelto loco. Mi música empezó a ser despreciada más y más, y llegó un punto en el que no tenía sentido publicar más discos instrumentales, porque hubieran sido brutalmente atacados. Empecé a volverme más mainstream, a escribir canciones como las que podría haber escrito cualquier otro. Así que sí, perdí la perspectiva como artista. Fue entonces cuando me llegaron éxitos como «Moonlight Shadow». Por eso, si «Return to Ommadawn» fuese un éxito de ventas me sentiría extraordinariamente satisfecho. Sería como si el público me diese permiso para volver a ser el que era antes, para volver a ser el Mike Oldfield de los años setenta.