Miguel Poveda: «El flamenco es marca España y está desprotegido»

El cantaor actúa este domingo en «Abre Madrid», en Ifema, a las 22 horas

Miguel Poveda, durante una actuación ABC
Nacho Serrano

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El ciclo de espectáculos en directo «Abre Madrid» , que se está celebrando contra viento y marea en Ifema-Feria de Madrid , celebra este domingo el recital «Miguel Poveda-En Concierto» (Pabellón 1 a las 22h., desde 43 euros) , en el que el artista barcelonés tratará de acercar el sonido que más le ha caracterizado: el de la diversidad musical desde la raíz flamenca más tradicional.

¿Con qué sensaciones llega a Madrid?

Con un poco de miedo, porque parece que las cosas no van del todo bien, pero con la esperanza de que derrotaremos al virus como sea, o al menos podremos convivir con él. ¡Es que esto que nos está pasando parece una película de ciencia ficción! Cada día es un pellizco en el estómago. Y hay tanta gente pasándolo mal… Si hay que volver a quedarse en casa, habrá que hacerlo.

Pero se está demostrando que el 99 por ciento de los promotores hacen las cosas bien.

Claro. Porque esto es una cuestión de civismo y responsabilidad individual y, aunque haya imágenes que no nos gusten, la mayoría de la gente es responsable. En los conciertos, las medidas de seguridad están al máximo, eso puedo garantizarlo porque lo veo. En Starlite, por poner un ejemplo, no ha habido ningún contagio. Cuando entras parece que vas a pasar un control del aeropuerto, está todo muy controlado. Pero hay que saber que el virus está ahí para no confiarse. Lo malo es cuando uno se toma dos copas. Es humano tocarse cuando sientes un poquito de euforia.

Y en España somos más tocones que en otros países, para qué negarlo.

Es que además todo es tan contradictorio, tan confuso. Todo es una gran incertidumbre. Nadie tiene respuestas. Si fuese muy católico diría: «¡A rezar!», pero como no soy muy de rezar, aunque crea en mis universos y mis cosas, pues no sé ni qué pensar.

Está bien reciente el aniversario del asesinato de Lorca. ¿Le recordará en su concierto de Madrid?

Al ser Madrid, me voy a llevar al maestro Amargós, que es una delicia como compañero. Y me va a dar la oportunidad de mostrar otra parte de mí, cantando a la poesía, a Federico García Lorca, alguna canción andaluza… y también habrá una parte en la que rendiré homenaje a Camarón y a El Lebrijano, con unos arreglos maravillosos que ha hecho Amargós. Todo, con el telón de fondo del flamenco tradicional. Y por supuesto habrá un momento de agradecimiento para los sanitarios, que siguen en primera línea de fuego, con el tema «De qué manera», cuyos derechos hemos cedido con fines solidarios.

¿Cómo va a afectar la pandemia al flamenco más de raíz, el de las calles, las plazas y las peñas?

Ese sector del flamenco, que siempre ha sido un reclamo muy fuerte para los turistas, está castigadísimo. Desde aquí quiero mandarles mi solidaridad. Mi hermano trabaja…. bueno, trabajaba en un tablao, y tengo muchos amigos que han perdido el trabajo porque no han venido los turistas. Afortunadamente, se ha creado una plataforma que se llama Unión Flamenca, que está capitaneada por Eva Yerbabuena, y también están Dorantes, Marina Heredia, Arcángel… Yo he puesto mi granito de arena. Está protegiendo a los artistas, como se está haciendo en otros países, donde estas cosas parecen tenerlas clarísimas, más que en el nuestro.

En Inglaterra han destinado más de dos millones de libras para salvar los «grassroots venues», que serían el equivalente a nuestros tablaos.

¡Pffff! Es que eso es una maravilla. ¿Ves? A eso me refiero. En otros países saben lo que la Cultura les aporta. Y el flamenco es una música maravillosa, genial, marca España, y es de las expresiones culturales más desprotegidas.

¿Cuáles son, o eran, sus planes para el resto del año?

Tenía un proyecto precioso, de intercambio cultural con América. Había muchos viajes planeados para visitar varios países y celebrar encuentro de flamenco y folclore latinoamericano, para encontrar vías de conexión. Yo sigo tomando apuntes, pensando ideas, pero tendré que madurarlo de otra manera por culpa de la pandemia, hasta que se pueda coger aviones con total seguridad.

Una vez dijo que primero ambicionó la fama, y luego el prestigio. Conseguidos los dos, ¿cuál supone un reto mayor para la gestión del ego?

Creo que dije eso cuando empezaba. Y claro, cuando tienes catorce años tienes en la cabeza ser famoso por tu música. Pero después, cuando la cabeza se amuebla un poco, te das cuenta de que deja de ser un juego y adquieres un compromiso vital, que es mucho más importante que la fama. Intentas hacer cosas que perduren en el tiempo, que inspiren a alguien, que me hagan crecer a mí, y que te hagan sentir bien en tu relación con la vida y con el arte. Después, si la gente te conoce más, y va mucha gente a tus conciertos, mejor. Eso que dije me duró lo que dura la adolescencia esa tonta, el pavo.

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