Manolo García: «Los gobiernos están maltratando a los que generamos la riqueza»

El artista catalán publica un álbum doble fruto de un trance creativo, 'Mi vida en Marte / Desatinos desplumados'

Manolo García ABC

Nacho Serrano

En mitad de su gira de 2019, Manolo García empezó a pensar en nuevas canciones. Al volver de cada concierto, empezó a «dibujar ideas, vagas ideas» en su pequeño estudio casero, y pasó muchas horas haciendo maquetas, descartando o guardando propuestas que no volvió a escuchar hasta meses después, cuando ya había terminado esa gira. «No me acordaba en absoluto de lo que grabé», asegura. «Eso me sirvió de criba para aceptar o rechazar esos conatos de canción». Entonces llegó la pandemia, pero empleó esos «meses de incertidumbres y vida bastante solitaria» en rehacer textos, revisar partes de lo ya grabado o en algún caso aceptar la totalidad de la maqueta dándola por buena. «Ahí ya intermitentemente empiezo a entrar al estudio», cuenta el artista, que cuando ya estaba a punto de entregar su disco número ocho, recibió la sugerencia de añadir un bonus track o alguna versión acústica. Entonces, «llevado por un impulso irrefrenable», volvió a entrar al estudio y se encerró allí durante tres semanas y media donde, con una simple tableta, una guitarra, un bolígrafo y un papel, compuso ocho nuevas canciones. Y así es como nació 'Mi vida en Marte / Desatinos desplumados' , un álbum doble para negar la mayor a estos tiempos de consumo rápido.

Algunas canciones del primer disco tuvieron que grabarse enviando las pistas por internet. Imagino que el resultado le habrá gustado, pero el proceso no, ¿verdad?

No me gusta nada grabar así. ¿Te imaginas a Mingus o a Miles Davis grabando con un músico en Singapur, otro en Nueva York y otro en Burgos? ¿A que no? Lo que yo busco en una grabación es intercambiar miradas, gestos, emociones, todo en persona. No hay una cerveza al terminar, un abrazo, un ¡vámonos a cenar por ahí! Eso es lo importante, de ahí nace la emoción de los discos.

Varios artistas jóvenes con los que hablado últimamente, me dicen que sí se sienten cómodos trabajando así, incluso que se pierde menos el tiempo. Brecha generacional total, ¿no?

Total. Yo soy del estilo setentero. Lo que para ellos es perder tiempo, para mí es ganarlo en todas esas experiencias que he mencionado. Pero bueno, cada cual elige su camino.

Ya lo decía en su canción 'Nunca el tiempo es perdido'. El segundo disco nació fruto de un auténtico trance creativo, ¿verdad?

Sí, fueron tres semanas muy intensas. Me hizo muy feliz acometer un nuevo reto en ese momento, y me lo pasé muy bien. Tiene un aire más acústico, con la guitarra española mandando, con rumbitas y música del sur... Cuando vi que sacaba otro disco, dije: 'les voy a dar una sorpresita a estos de Sony entregándoles otro disco, van a flipar' (risas).

Al escuchar la rumbita, y perdone por esta pregunta de total deformación profesional... me dije: '¿A Manolo le molaría colaborar con C. Tangana?

Pues bueno, no estoy cerrado a nada, pero no soy muy de hacer colaboraciones. He hecho cosas con Alejandro Sanz, con Calamaro, Los Secretos, Miguel Ríos... soy un buen compañero de viaje cuando se me requiere. Si dijera que no sería sólo en el caso de que el artista no me gustase nada, y en ese caso saldría con cualquier respuesta que evitase ofender, porque respeto mucho a toda persona que tiene la osadía de grabar y publicar música. Yo no busco estas cosas, pero si de pronto Nirvana existieran para fortuna de la humanidad, y me pidieran colaborar con ellos, diría que sí. O a lo mejor no, porque me asustaría (risas). Como he dicho, no son cosas que vaya buscando. Si Bob Dylan me lo pidiese seguro que diría que sí, pero si pusiese un anuncio diciendo 'quiero colaborar con artistas españoles', no me pondría a la cola.

No ha llegado a contestar así que habrá que leer entre líneas, jeje. Ahora toca defender dos discos en directo, con una gira que va a pasar por toda España de aquí a diciembre. Por fin vuelve el directo, pero al parecer también lo hace la reventa, y con fuerzas igualmente renovadas.

Sí, me lo está comentado gente de la industria. Es algo injusto y feo, porque juegan con la ilusión de la gente. Es un disparate. Un juego falso, y punible. Sigue siendo difícil resolver algunas lagunas legales al respecto, así que yo mientras tanto lo que hago es alertar constantemente a mis seguidores para que no caigan en él. Si se acaban las entradas, que no paguen doscientos euros por ellas. Que no les pueda el ansia, un concierto de Manolo no es tan importante como para caer en esa trampa.

¿Cómo está viendo este inicio tan perturbador de la vida post-pandémica?

Nos están maltratando a los que generamos la riqueza, a los que nos levantamos por la mañana para acometer nuestra jornada laboral, a veces con sueldos de miseria. Una buena madre alimenta a sus hijos, no se los come. Los gobiernos tienen una responsabilidad con nosotros en cuanto a sanidad, energía, educación... y no están cumpliendo. Y deberían hacerlo aunque fuera egoístamente, porque si no podemos tirar para adelante, dejamos de producir riqueza y todo se va a la mierda.

El tema energético le interesa mucho, por su derivada medioambiental pero ahora imagino que también por el encarecimiento y la carestía que se avecina. ¿Cree que quizá ha llegado el fin del derroche, pero por las malas?

Aquí hay una situación kafkiana, una paradoja. Este sistema neoliberal se basa en el derroche, y si eso no se da, colapsa. Si nuestra cultura de consumo compulsivo cambia, el sistema se derrumba. Y por otro lado, este mismo sistema es tan depredador que nos aboca al fin del derroche por las malas, como dices tú. Es extraño, ¿verdad?

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación