Manel: «Es liberador saber que no existe el camino seguro»

Omnipresente en las listas de lo mejor del año, «Per la bona gent» , el quinto disco de Manel , es, además de un atrevido salto al vacío y un sugerente artefacto pop, el tiro de gracia definitivo a aquellos otros Manel que picaron al timbre de 2008 cargados de ukeleles. «Es verdad que cuando lo estábamos haciendo pensaba: ‘nos está quedando rarito’», reconoce entre risas Martí Maymó, bajista de una banda que, sin complejos, lo mismo se saca de la chistera un hit a lo Talking Heads que corta y pega fragmentos de Maria del Mar Bonet, Maria Cinta, Lluís Llach y Els Pets para licenciarse en el noble arte del sampleo. «La misma noción del sample ya conlleva una idea de modernidad», destaca el cantante y compositor Guillem Gisbert.

A su lado, el guitarrista Roger Padilla y el batería Arnau Vallvé no pueden más que asentir y buscan en su método de trabajo la explicación de por qué «Per la bona gent» suena como suena. Y es que, a diferencia de «Jo competeixo», gestado a partir del intercambio de correos electrónicos, es fruto del trabajo conjunto en el local de ensayo. El resultado es una musculosa aleación de pop contemporáneo, injertos electrónicos y ritmos con vistas al hip hop. Un nuevo volantazo que para ellos no lo es tanto. «Siempre hay un espíritu que se mantiene: las canciones son de una manera concreta y destilan unas sensaciones similares. No hay que tener miedo a cambiar mucho, porque hay un estilo que permanece sin que te des cuenta», argumenta Vallvé.

Otra cosa es que las canciones de sus primeros discos hayan perdido peso para ceder el protagonismo a sus más recientes mutaciones sonoras. Otro salto al vacío que los catalanes asumen con sumo gusto. «Es muy liberador saber que no existe el camino seguro», sentencia Gisbert.