«Letter to you» de Bruce Springsteen, una obra mayor en cinco días
El «Boss» publicará su formidable nuevo disco con la E. Street Band el 23 de octubre
Bruce Springsteen: «Siempre me ha costado escribir un disco de rock and roll»
El augurio que trajo «Ghosts», el primer adelanto del decimonoveno disco de estudio de Bruce Springsteen, «Letter to you», no pudo ser mejor. El «Boss» pareció querer decirnos que ha cumplido con creces su cuota de porche y mecedora y, efectivamente, en este nuevo trabajo se pone en pie para coger la guitarra eléctrica, subir el volumen al diez y ejecutar un repertorio salpicado de descargas de pura dinamita rockera, urgente e instantánea. El disco fue grabado en cinco días a golpe de primeras tomas, sin demos (la banda sólo necesitó escuchar unos primitivos audios vía iPhone antes de entrar al estudio), sin apenas posproducción, lo cual resulta agradablemente notorio tratándose de Springsteen, un tipo al que las sobrecargas sólo le han sentado bien en contadísimas ocasiones.
Ya lo dijo él mismo cuando anunció este lanzamiento hace poco más de un mes: «Me encanta el disco, estoy feliz por cómo ha quedado la parte emocional impresa en él. Lo grabamos en sólo cinco días y resultó ser una de las mejores experiencias de grabación que he tenido en mi carrera. El sonido de la E Street Band tocando en mi estudio completamente en vivo y sin regrabaciones es espectacular, algo que nunca antes habíamos hecho». Con estas hechuras tan orgánicas, este disco le arde en las manos al autor de «Born to run», tal como confesó ayer en un encuentro digital con medios de comunicación hispanoamericanos: «Nos rompe el corazón no poder tocarlo en directo, porque amamos hacerlo y es una parte central de nuestro trabajo».
El origen de este álbum, que ha llegado solo un año después del anterior, es realmente curioso. Un fan «posiblemente italiano», según contó el «Boss» en el encuentro, se acercó un día al camerino de su espectáculo «Springsteen On Broadway» y le regaló una guitarra acústica de una marca que no conocía. Durante un tiempo sólo tuvo un valor decorativo en su casa, pero un buen día, ya en plena pandemia, la cogió y empezaron a brotar canciones como por arte de magia. De pronto sintió que las musas que le estaban visitando eran las mismas que las que décadas atrás le inspiraron para escribir viejos descartes de «Greetings from Asbury Park, N. J.» (su disco de debut de 1973), así que las rescató de su fondo de armario para completar el álbum.
Grabado en el propio estudio de Springsteen en Nueva Jersey (con su productor y buen amigo Ron Aniello), mezclado por Bob Clearmountain (The Rolling Stones, Bon Jovi) y masterizado por Bob Ludwig (Led Zeppelin, Queen), «Letter to you» arranca con un único rastro de sosiego sonoro titulado «One minute you’re here», un tema de lírica autorreferencial (amaneceres redentores, ríos como metáfora de la vida…) que podría haber sido el epílogo de «Western Stars», y que funciona a la perfección como fundido a negro hacia este imponente regreso de la E Street Band. El tema que da título al disco irrumpe entonces como una locomotora abriéndose paso a través de un valle abierto y luminoso, con fantásticas capas de guitarras atravesadas por dramáticas notas de piano y una batería que grita: ¡más madera! El fuego crece y crece hasta escapar de la caldera en «Burnin’ Train», con un Steven Van Zandt alcanzando un nivel de épica digno de Brian May, para después atenuarse fugazmente en «Janey needs a shooter», un medio tiempo con mimbres de clásico, preciosamente arreglado por el Hammond de un Roy Bittan en modo Al Kooper, y aderezado con una armónica tremendamente desgarradora.
Con desplegar sólo un tercio de su repertorio, este disco ya se ha postulado como lo mejor que ha firmado Springsteen en décadas. La exhibición del saxofonista Jake Clemons (sobrino del añorado Clarence Clemons), con machadas como las de «Last man standing» o «Power of prayer», el torrencial sermón dylanita de «If i was the priest», la emoción desbordada de «Song for orphans», el memorable ostinato vocal de «House of the thousand guitars» y la cabalgada final de «I’ll see you in my dreams» conducen hacia una memorable culminación de «Letter to you» como una obra mayor, un disco lleno de versos de sincero homenaje al oficio de cantautor que se antoja casi, casi capaz de seducir incluso a los que tienen alergia al señor Springsteen, y que, algún día, en concierto retumbará como un cañonazo en nuestras entrañas.
Noticias relacionadas