Guadalupe Plata & Mike Edison: «El aire de Andalucía está lleno de magia y fantasmas»
La asociación del ex Pleasure Fuckers con los blueseros de Úbeda fructifica en el álbum 'The devil can't do you no harm', que presentan en directo en una gira que arranca este fin de semana

Gospel del Antiguo Testamento, canciones que claman por la libertad, la salvación y por el amor a través de los profundos aullidos del country, de un blues renovado, de momentos épicos de theremin, de la percusión africana y de cantos espirituales que parecen provenir del espacio exterior. Así describen Guadalupe Plata 'The devil can't do you no harm' la criatura que han alumbrado en el estudio sevillano de La Mina junto al neoyorquino Mike Edison , conocido por su pasado en los españoles Pleasure Fuckers y muchas otras bandas de sonido afilado y cavernario. «Tenía que volver a España para hacer este álbum» dice Edison, que este fin de semana empieza una gira junto a sus socios que pasará por Zaragoza (día 4), Santa Coloma de Gramenet (5), Madrid (6), Úbeda (7), Granada (8), Pamplona (10) y Valencia (11). «Hay mucha magia aquí. Si hubiera un delta en España, estaría en Andalucía. Aquí es donde Don Juan fue arrastrado al infierno por el padre muerto de la chica a la que sedujo. Aquí es donde se inventó la guitarra. Y, por supuesto, aquí surgió Guadalupe Plata. Para un estadounidense que creció con el blues, son como un sueño hecho realidad. Se aproximan al género desde un nuevo ángulo, pero con mucha verdad. El terreno aquí es firme. Hay música en el aire».
Mike, ¿qué pensó la primera vez que escuchó a Guadalupe Plata?
(Mike Edison, guitarra y voz) La primera vez que escuché Guadalupe Plata me sentí como cuando fumé marihuana por primera vez, cuando era un adolescente. Me dije: ¿Dónde habéis estado toda mi vida?
¿Cuál de sus grupos anteriores dirías que está más conectado a este proyecto? ¿Quizá Edison Rocket Train?
(Mike Edison) Este disco está muy conectado con Edison Rocket Train. He estado manejando esa banda de forma intermitente durante veinte años, pero el último disco fue hace 15 años. Desde entonces he estado cantando blues y gospel en bares, a veces con la banda, a veces solo. Durante la pandemia estuve cantando en un solar abandonado, me sentía seguro allí, cerca del río, lejos de la gente. Algunas de estas canciones habrían sido el próximo disco de Rocket Train, de hecho, habíamos grabado algunas de ellas, y estamos hablando con Everlasting Records en Madrid sobre hacer un disco de Rocket Train, cuando se nos ocurrió la idea de esta colaboración. Toco con los mejores músicos, que conocen jazz y blues y son punks auténticos de Nueva York, pero no pueden hacer lo que hace Guadalupe Plata: ellos respiran el aire del desierto en las canciones, el aire de Andalucía, que está lleno de magia y fantasmas. Hay fantasmas en Nueva York, pero todo es muy caótico. Está inquieto. La banda de Nueva York suena más rocknroll. No hay nada de malo en eso, pero era hora de llegar a una verdad más profunda.
Los Guadalupe Plata no conocían a Mike.
(Pedro de Dios, guitarra) Nos pareció un tipo cercano, que circula por los mismos hemisferios musicales.
Mark Kitkat de Everlasting Records les propuso trabajar con él. ¿Tenían en la cabeza la idea de hacer un disco colaborativo? ¿O simplemente les pareció bien la idea?
(Pedro de Dios) Habíamos pensado hacer algo con el guitarrista de Lonesome Shack, con quien giramos por Inglaterra. La idea de Mike no la esperábamos, pero en cuanto supimos quién era, nos pareció muy buena.
(Carlos Jimena, batería) Hubo química. Ensayamos sólo un par de días antes de grabar el disco.
¿Qué les pareció su forma de trabajar?
(Carlos Jimena) Tiene un apodo, 'Tiburón', que está muy bien puesto. Porque no puede parar el tío. Si se para, se muere. Tiene mucha energía, tanta que intentábamos frenarle un poco (risas).
¿Y a usted Mike, qué le pareció la de ellos?
(Mike Edison) Tienen una excelente forma de trabajar. Es muy diferente en Nueva York, donde todo el mundo está mirando su reloj. El tiempo es dinero en Nueva York. En Úbeda el tiempo se percibe de manera muy diferente. Pero al final somos iguales. Tiburones, sí. Siempre estoy trabajando, puede ser solo en un solar abandonado o en la mesa de mi cocina trabajando en un libro nuevo, pero la necesidad de crear y actuar es muy fuerte. No puedo parar, no voy a parar.
Además de las versiones, el resto son composiciones de Mike. ¿Estuvo generoso a la hora de aceptar sugerencias, cambios?
(Carlos Jimena) Sí, totalmente. Otros músicos no son tan generosos.
¿Es eso cierto, Mike?
Bueno, ya sabes que siempre es mejor ser el árbol que se dobla con el viento y no el que se rompe. Por lo tanto, me mantengo abierto, flexible y aprendí muy rápido que no se puede planificar demasiado con estos gatos. La magia ocurre en el momento. Vine aquí para trabajar con ellos y aprender de ellos, para construir una verdadera colaboración. Podría haber contratado a una banda en cualquier lugar, pero nuestra relación es mucho más profunda, como si nuestro destino fuera trabajar juntos. Algunas de las canciones están muy cerca de lo que traje, otras obtuvieron la bala de plata: 'Joshua', 'Mary Don't you Weep', cuando compuse esas canciones en Nueva York, estaba persiguiendo un sonido diferente, que yo lo llamo 'Greenwich Village 1965', como Bob Dylan electrificado pero con la influencia de una vida de punk rock. Lo ralentizaron, me abrieron a nuevas verdades. Me acerqué mucho más a las canciones. Descubrí cosas sobre las canciones que no sabía, a pesar de que las había estado cantando durante mucho tiempo. También son muy generosos y abiertos, por supuesto. Así es como funciona, nos cuidamos unos a otros. Deja los egos en la puerta de la iglesia, junto al chicle. Ahora los tres juntos somos como una sola cosa: no es que seamos como la Santísima Trinidad, pero ya sabes lo que quiero decir. Es complejo, y poderoso.
Estoy leyendo un libro de Alan Lomax en el que cuenta que a principios de siglo en Estados Unidos, un sector de la población negra vio el gospel como algo que desvirtuaba los espirituales originales. Dice que hubo cambios importantes entre los espirituales, donde predominaban los coros femeninos, y el gospel, donde los reverendos tomaron más protagonismo. ¿Qué sabéis de esto?
(Pedro) No tenía ni idea.
(Carlos) Yo tampoco.
(Mike) La gran diferencia entre lo espiritual y el gospel es que el gospel fue escrito. Las canciones estaban compuestas, y era una forma de vender partituras para que la gente pudiera tocarlas en casa. Los espirituales se tocaban en la calle, están más cerca del blues crudo. Hay elementos de ambos en lo que estamos haciendo en 'The devil can't do you no harm', pero estamos mucho más cerca de algo que proviene de una tradición popular, es muy crudo. Podría tocar algunas de estas canciones con una guitarra de una cuerda, o golpear un baril de aceite con un palo, y sonaría bien, pero gospel, realmente necesitas un piano, que a mí también me gusta, y un órgano de iglesia. Quizás un coro. Una cosa que todos amamos son muchas panderetas. Solía ir a una iglesia batpista en Harlem con Michael Chandler, el cantante de Raunch Hands, ¡y la gente traía sus propias panderetas a la iglesia! Todo el lugar temblaba. Ese era el gospel fuerte, tenían el espíritu santo... si no creías en el poder de Dios cuando entraste, seguro que lo creías cuando te ibas. Para mí, los cantantes de Los Staple Singers son ese lugar dulce entre lo más primitivo y lo más sofisticado. Curiosamente, la canción más puramente gospel de nuestro disco es la canción de Bob Dylan, 'Make You Feel My Love', porque es la composición más formal. Es un himno devoto disfrazado de canción de amor, disfrazado de canción pop.
Ahora tocan sin bajo, desde la marcha de Paco Martos. A quien le va muy bien con su fábrica de artesanía mudéjar, que tiene clientes hasta en Hollywood.
(Pedro) Se veía venir. Tenía una presión laboral y familiar muy fuerte, y a la hora de ir de gira se le veía con falta de ganas, saturado.
Y después de esta gira, ¿qué?
(Pedro) Queremos grabar otro disco de Guadalupe Plata para dejar constancia de este momento, el momento dúo.
Si dice 'dejar constancia' es que ya están pensando en fichar a otro bajista/barreñista.
(Carlos) Sí, ya tenemos algún candidato.