El festival wagneriano de Bayreuth se blinda en una Alemania sacudida por los atentados

La ola de violencia obliga a redoblar la seguridad y la novedad será este año la retransmisión en directo de la apertura por TV

Las fuerzas del orden están omnipresentes en el arranque del festival con el «Parsifal» de Wagner EFE

Ovidio Prada

La última semana en Alemania ha sido sangrienta y preocupante. Ante la ola de violencia, el Festival Wagneriano de Bayreuth, que arranca esta noche, ha sido blindado por las autoridades. La policía patrulla de manera omnipresente y la seguridad parece tan importante en estos momentos como la calidad de la música para todos.

[ El despliegue de seguridad, en imágenes ]

Las expectativas eran diferentes hace tan solo unas pocas semanas. Gente hubo que contemplaba incrédula la calma y tedioso silencio mediático que envolvía este año los prolegómenos del Festival wagneriano . Pero la tradición se impuso. Año tras año, de una forma u otra, surge el consabido escándalo, según explicaba hace días el director musical Christian Thielemann en una de sus entrevistas autoexculpatorias sobre su presunto protagonismo en la «espantá» del jovial y circunspecto Andris Nelsons, uno de los directores favoritos del público. En Bayreuth, debido a la intensa carga emotivo-pasional que le es históricamente consustancial, todo resulta amplificado: «los infundios se convierten rápidamente en verdades» y «palabras cogidas al vuelo se convierten en la transmisión oral en rumores verosímiles y a la postre en certezas indubitables sobre el caos total que presuntamente reina en el Festival».

Esta vez lo desencadenó el mencionado director musical letón, batuta titular de la nueva producción inaugural de «Parsifal». De modo irrevocable renunció a proseguir los ensayos y marchó de Bayreuth, debido –se dice- a intromisiones intolerables en su trabajo por parte de las direcciones musical (Chr.Thielemann) y artística (Katharina Wagner). En consecuencia, el nuevo montaje de esta ópera emblemática se presentará con dos suplentes del original elenco directorial: el polémico director de escena Jonathan Meese fue defenestrado y sustituido hace ya tiempo por Uwe Eric Laufenberg, y la vacante de A.Nelsons se cubrió a toda prisa a principios de mes por el, a la sazón veraneante, Harmut Haenchen. Por suerte, ambos son reconocidos expertos en la partitura wagneriana.

Un año de novedades

El sajón Haenchen, 73 años, natural de Dresde, intentó en los veinte días escasos que tuvo a su disposición replantear los criterios directoriales y plasmar sus propias ideas musicales (celeridad rítmica, sonoridad sucinta y transparente), muy diferentes a las de su predecesor. Se emparentan con las de Pierre Boulez, del cual fue asistente precisamente en Bayreuth en los años 70. Todo lo cual significa subvertir la versión de Nelsons y consiguientemente, un adicional y tenso esfuerzo adaptativo para los instrumentistas en el foso y también para el director y personal escénico y canoro.

Su primer «Parsifal» –obra cuya representación escénica estaba vetada en la extinta RDA- lo dirigió por primera vez en 1983 en Amsterdam. En 2008, en la Ópera de París, mostraría una versión aún más impetuosa y arriesgada. ¿Proseguirá su experimentación en el relicario original de la obra?

La segunda gran novedad la aporta otro «pensionista» e igualmente debutante en el foso de la orquesta. Se trata del también septuagenario Marek Janowski, sustituto en «El anillo del nibelungo» del ruso Kirill Petrenko, protagonista, a su vez, del escándalo bayreuthiano del año pasado, que motivó su negativa a seguir dirigiendo la tetralogía.

El germano-polaco Janowski realizó la legendaria primera grabación digital de «El Anillo» con la Staatskapelle de Dresde. Siempre fue reacio a la dirección escénica, pero no quiso sustraerse a la magia del lugar, a pesar de que lógicamente el montaje de Castorff no refleja –dijo- «mi mundo wagneriano» y, por ejemplo, sobre la escena de los cocodrilos prefiere no pronunciarse y simplemente no mirarla.

Novedosas igualmente son las rigurosas medidas de seguridad , adoptadas por una doble motivación: las normales en estos tiempos, pese a que la canciller Merkel, contra su costumbre, declinó previamente su asistencia, y, por otra parte, las derivadas de la presunta o fantasiosa crítica al islam en algunos pasajes de la escenografía. Laufenberg censuró duramente las medidas como ineficaces, repitiendo con insistencia: «Si Vd. quisiera detonar aquí una bomba, lo conseguiría sin problemas».

Novedosa es igualmente la retransmisión de la representación inaugural a centenares de cines del área lingüística alemana. Asimismo, por primera vez en la historia de la televisión será retransmitido «El Anillo» en directo (en SKY Arts HD) a todos los países europeos en los cuales es sintonizado este nuevo programa. Por lo demás, aparte de «Parsifal» y las cuatro partes del «Ring»,el programa presenta la reposición de «Tristán e Isolda» (firmada por Chr.Thielemann y K.Wagner) y «El holandés errante» (A.Kober y J.Ph.Gloger), con las normales variaciones en los repartos, de lo cual se informará oportunamente.

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