Música
El Festival Flamenco de Nîmes hace patalear a Francia
La cita, por la que han pasado artistas como Inés Bacán, Rocío Márquez y Rocío Molina, es el primer gran evento de música flamenca del año
![Inés Bacán con Domingo Rubichi al toque y Manuel Valencia y Vicente Peña a las palmas](https://s1.abcstatics.com/media/cultura/2022/01/23/sandy-korzekwa-kqpD--1248x698@abc.jpeg)
Fuera de los teatros Nîmes se acuesta antes de tiempo. La vida se ha encerrado en los coliseos, como si tuvieran en exclusiva la patente del ocio. El frío tendrá algo que ver. Pero sobre todo es esta dichosa pandemia. Desde el equipo de producción así lo advierten: «Todo está permitido, pero la gente se ha desacostumbrado a salir. También hay algo de miedo». Los teatros son entonces los últimos alcázares de la fiesta. El año pasado la cita se tuvo que suspender, así que la extrañeza es enorme: los artistas celebran su presencia, aunque anhelan tiempos mejores. Los espectadores, por su parte, han agotado las entradas muchas noches. La ciudad se muere cada día a eso de las ocho y unos pocos locos tratan de resucitarla desde los dos escenarios del festival: el Theatre de Nîmes y la Sala Odeón . Afuera la nada augura peligro. Ya digo, allí solo presume uno: el silencio. Dentro Rocío Márquez enciende una vela con la serrana de Antonio Rengel. Este flamenco íntimo está superdotado de modernidad y romanticismo. Tantas vueltas se ha dado que ha vuelto. Vive en la coexistencia de cosas que nada tienen que ver, pero que parten de lo mismo. Siempre junto a los precipicios.
He visto a una niña francesa jugar a las palmas tras el espectáculo de la bailaora Leonor Leal y Antonio Moreno, percusionista. El público de aquí no dice ole, sino que patalea, como en una rabieta, al final de cada espectáculo . Eso es buena señal, aunque los españoles que pululan no terminan de acostumbrarse. El ciclo, además, cuenta con una encargada de nuevos públicos, un rol que no existe en España, ese que asegura la continuidad en el futuro. Chema Blanco , el director artístico de la programación, afirma que lo que más se valora es que se les descubran artistas: ¿has visto como ese señor me ha dado las gracias?, pregunta.
![Leonor Leal y Antonio Moreno](https://s3.abcstatics.com/media/cultura/2022/01/23/leonor-kxiE--510x349@abc.jpeg)
El cante lo pusieron Pedro El Granaíno e Inés Bacán . En el avión, cuando esa gitana de Lebrija tantea los asientos del pasillo en busca del suyo, yo imagino a Fernanda de Utrera recorriendo las estancias del Empire State. A La Paquera camino de Japón. A tantas piezas de museo fuera de la pared que se les presuponía. Ella es una de las pocas figuras radicalmente genuinas de la que podemos presumir en el extranjero. Cantó hilvanando sollozos en el teatro principal de esta bella población taurina, como antaño lo hiciera en Nueva York y en Laponia, donde no se cambió la ropa para ir a la cama, muerta de frío que estaba. En el tren, cuenta, se pegaron como pingüinos desconocidos unos y otros, en silencio, para robar algo de calor ajeno. Ha recorrido Europa regándose por dentro con un romance. Aún lleva el fandango por soleá, tan en desuso, por bandera. La muerte se adormece bajo su nuez, pero no se va. Allí suenan las cuerdas de su hermano Pedro, también su descendencia perdida, y el público francés va a muerte con ella. Planta y tacón se enfuercen desde el patio de butacas. No hay oles, sino golpes de agradecimiento. Una arenga de pies.
Su hermano, Juan Bacán , quien la acompaña en este viaje, ha llenado de humor el periplo. Pocos franceses quedarán a los que no les haya ofrecido bocadillos . «Uno no sabe qué le van a dar cuando va al extranjero. Hay que prepararse», me aconseja. Él, que ha grabado en Los Ángeles y caminado sobre la escarcha en el Polo Norte, se ha protegido con una bolsa bien llena y buen humor desde Lebrija. Todo lo hace desde la experiencia. Sobre todo, cantar.
En esta 32 edición otra artista ha tratado de abrir tres bombones muy bien envueltos en la habitación del hotel y se ha manchado los dedos de café; ha roto las cápsulas de una Nespresso. No hay mucha luz en Nîmes. O será la brisa que se arrastra por las plazas, que cuando crece nos aturde. También un periodista gaditano le ha explicado a un lugareño la diferencia entre el aire y este frío que pone a prueba la piel: «Viento, esto es viento», le ha dicho. «Aire es lo que está en la rueda». El mistral, que así se llama, ha saltado por bulerías .
Revelaciones y estéticas enfrentadas
Los medios franceses han escrito que la revelación ha sido María Marín , cantaora y guitarrista de Utrera con reminiscencias de música clásica, campo en el que se ha formado en el conservatorio. Rocío Molina , María Moreno , Ana Morales , El Choro, Marco Vargas y Chloé Brûlé danzaron a lo largo de toda la semana, además del Ballet Flamenco de Andalucía , presente con la obra 'El maleficio de la mariposa'. Lo contemporáneo, en líneas generales, tomó protagonismo. Florencia Oz , junto a su hermana, Isidora, ambas de Chile, compartieron un montaje entre la lírica y el deseo, henchido de sugerencias. Y la clausura, por último, corrió a cargo del guitarrista Dani de Morón.
Una silla vacía y un foco . Solo eso necesitó para hablar el dialecto propio que ha inventado dentro del lenguaje de la sonanta ante 850 personas durante casi dos horas. Por marianas y farrucas. Por bulerías. Desdibujando los palos con arpegios imposibles y mediante un uso de los armónicos que con la melodía como telón de fondo hace abstracta la madera. Su toque es pintura en el espacio. Aire deconstruido a pinceladas. Impopular de base, porque es difícil de seguir con el oído, y a su vez enormemente atractivo. Terminó en su tierra, evocando la casa de los Gastor.
![El Festival Flamenco de Nîmes hace patalear a Francia](https://s1.abcstatics.com/media/cultura/2022/01/23/rocio.molina-kxiE--510x349@abc.jpeg)
También se presentó el proyecto de RomeroMartín, por primera vez en un circuito flamenco . Importante por lo reivindicativo, de enorme carácter rítmico, aunque en lo estrictamente personal no me suscitara demasiado. Cantes tradicionales, de Aurelio Sellés y Remedios Amaya, de La Marelu, de Pepe Marchena…, en volandas de la música electrónica. Algunos asistentes disfrutaron de su propuesta, con proyecciones cercanas a la psicodelia y proclamas LGTB . Fui yo el que, a causa de su interpretación, de la que solo destaco lo enérgico, permanecí templado.
Francia se ha roto varias veces el pecho con Leonor Leal diseccionando un aula de baile. Nadie esperaba reir, y fue pura comedia física. Con Antonio Moreno, un músico de talento extraordinario, dictando el compás hasta en su lengua como colofón de la obra. El flamenco hace tiempo que explotó en múltiples direcciones. No hay ninguna que domine sobre las otras . Lo de Inés Bacán, disculpe el derrotismo, se acabará cuando ella se retire, y nos quedaremos todos algo más huérfanos de origen. Esa dolencia natural pertenece ya una época que añoro. Y lo que es peor: que nunca viví. Además, apenas se programa. El baile, como el cante más experimental, es cine de autor. Un riesgo continuo por parte del espectador, entre lo infumable y el fervor absoluto.
El Festival de Nîmes inaugura un año en el que todos hemos decidido prolongar la esperanza . Seguimos esperando que el siguiente sea más amable. Gozamos de lo sencillo. Un vino tras la seguirilla. Chocolate. El calor del hall de un teatro dispuesto a emocionarse donde no se espera. La gente da las gracias. Las moquetas del hotel en el que descansan los artistas huelen a espera y potito. Pasan los días, entre cantes y bailes. Hay quien discute a la salida, ya en la calle. Suenan móviles. Palmadas sin protocolo de reencuentro. Todo se muere allá fuera mientras la cultura imanta a los curiosos, tan abundantes. Se ubica en el centro de un montón de adeptos que se esconden. Siempre a las ocho, cuando todo en la ciudad son verjas y pasos apresurados a las puertas del teatro.