La 'espantá' de Duquende en el Festival de Granada

El cantaor Juan Rafael Cortés Santiago, Duquend e , abandonó el recital que estaba ofreciendo la noche del viernes en el Auditorio Municipal de La Chumbera, dentro del marco del Festival Internacional de Música y Danza de Granada. El cantaor dejó el escenario a la media hora de haber comenzado su concierto sin dar ninguna explicación.

El festival, que dirige Antonio Moral , ha emitido un comunicado en el que asegura que la actitud del cantaor es «reprochable e impropia en estos tiempos», y que no se la merecen ni el público, ni el mundo del flamenco, ni los patrocinadores ni el propio festival.

«Sentimos mucho lo sucedido y, como ya se anunció 'in situ', el Festival Internacional de Música y Danza de Granada devolverá el importante de las entradas al público asistente por el mismo sistema que las adquirió. Además el Festival de Granada se reserva la posibilidad de emprender acciones legales contra el artista por este hecho tan lamentable y sin precedentes en nuestro Festival».

Según cuenta Jorge Fernández Bustos en el periódico ' Ideal ', Duquende ya «llegó tarde a las pruebas de sonido echando la culpa a la organización por el difícil acceso al Sacromonte. Una vez sonorizando, el mal humor fue en aumento, pues no encontraba el sonido adecuado, haciéndoselo pasar negras a los técnicos y a su buen hacer desde el comienzo del Festival».

Comenzado el concierto, Duquende apareció «con cara larga y urgencia en el cuerpo. De hecho, los dos o tres temas que pudo brindar al público venían tildados de esa premura inexplicable. Acto seguido, sin saludar al respetable, sin despedirse siquiera y sin dar ninguna explicación, se levantó y se fue a la francesa, dejando al pobre tocaor solo ante la tempestad que se avecinaba».

«Más tarde -sigue la crónica de Fernández Bustos- se descubriría el juego: Duquende aparecía dentro del cartel de un festival, organizado por la Diputación de Málaga , que comenzaba en la ciudad vecina a las 21'30. El cantaor catalán se había comprometido a asistir a dicho encuentro antes de las 23'00 horas, que es el tiempo que había calculado para que fuera anunciado y le tocara actuar, matando así dos pájaros de un tiro. Pero lo que tiró fue la toalla, huyendo con el rabo entre las piernas y dejando al pobre Carlos de la Jacoba excusándose ante el público».